7.

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Emily.

Regresé corriendo a mi casa. Abrí la puerta y la cerré casi de un portazo. Estaba exhausta, mi respiración se hallaba agitada.

-¿Mily? -habló la tía Emma mientras caminaba hacia mí desde la sala.

-Sí, soy yo... ya he llegado -dije con la respiración agitada.

-Niña, parece que viste un fantasma, ¿estás bien? -me dijo mi tía.

-Sí, sí, estoy bien. Sólo... No es nada -le sonreí para inspirarle seguridad.

-Okey -me dijo brindándome una leve sonrisa -. Me tengo que ir. Aarón está arriba jugando vídeojuegos. Cuídate mucho -dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

Tan pronto la tía Emma abandonó la casa, subí corriendo a mi habitación, tiré mi mochila al suelo, me lancé a mi cama de manera que quedé boca abajo y ahogué un grito contra la almohada para poder liberarme un poco de la presión y el ligero nerviosismo que aún cargaba.

Me di vuelta quedando boca arriba esta vez y miré el techo durante largo, largo rato, pensando en aquel chico.
Había algo, sabía que había algo que me llamaba; pareciera una estupidez, pero eso sentía. Cuando estaba a mi lado, maldita sea... Y su voz... Simplemente no lo podía describir, era... Perfecto, totalmente perfecto.

-Aghhhh -me quejé mientras cubría mi sonrojado rostro con mis manos.

-¿Qué sucede, Mily? -preguntó mi hermano entrando a la habitación y sentándose a mi lado. Rió levemente - Je... Estás más roja que un tomate.

-Ya sé -dije quitando mis manos de mi rostro mientras me levantaba quedando sentada sobre la cama y mirando a Aarón.

-¿Qué tal la exposición? -preguntó sonriente.

-Lo que vi, estuvo muy bien, amo las fotografías de Doisneau. El resto, no sé, no la terminé de ver.

-¿Por qué? -ladeó la cabeza confundido.

-Es que... es... fue... -suspiré ruidosamente mientras la imagen de aquel chico volvía a mi mente.

-Dime qué fue.

Volví a suspirar y le comencé a contar desde mi primer encuentro con aquel chico en la biblioteca hasta esta última vez que lo vi en la exposición y cómo me sentía.

Cuando terminé de contar, miré a Aarón; se quedó pensativo un rato, luego me miró y sonrió burlón.

-¡Mily tiene novio! -rió.

-Aarón... -dije mientras me volvía a sonrojar.

-¡Mily tiene novio! ¡Mily tiene novio! -exclamaba mi hermano mientras se paraba sobre mi cama y comenzaba a saltar.

-¡Aarón! -le dije divertida mientras lo detenía y hacía que se volviese a sentar sobre la cama.

-¡Mily tiene novio! ¡Mily tiene novio! -canturreaba divertido aun sentado mientras yo sólo reía intentando detenerlo.

-¿Niños? -se escuchó la voz de nuestra madre dirigiéndose a mi habitación. Asomó la cabeza por la puerta y sonrió al vernos - Hola.

-Hola, mamá -sonreí.

-Mily tiene novio -dijo Aarón sonriendo como inocente a lo que yo lo miré de manera asesina.

Mi madre me miró seria.

-No, tranquila -le respondí divertida.

Mantuvo su mirada seria pero luego rió.

-En fin -dijo mi madre -, ¿quieren pizza para cenar?

Aarón asintió emocionado, me causaba gracia. Yo asentí lentamente con una leve sonrisa.

-Okey, la pediré. Les hablo cuando ya halla llegado -dijo mi madre sonriendo y caminando hacia la cocina.

Aarón estaba por abandonar la habitación, pero se detuvo y me miró.

-Oye, Mily...

-¿Sí?

Aarón sonrió burlón y siguió con su canturreo:

-¡Mily tiene novio! ¡Mily tiene novio!

Y después se fue.

Reí en voz baja.
Sin eliminar la perfecta imagen de aquel chico de mi mente.

Cuarzo Gemelo. #CA2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora