2.

71 16 4
                                    

Alexander.

-¡Toc! ¡Toc! ¿Podemos pasar? -dice mi madre al otro lado de la puerta que, aunque sabe que la respuesta va a ser un rotundo "sí", decide tocar y preguntar antes pues, según ella, pueda que esté haciendo "cosas de hombres" (ver porno, explorar mi cuerpo, estar con una chica); de verdad le agradezco que respete mi privacidad. En fin, ella, junto con mi hermana pequeña, entran a mi habitación con un pequeño pastel cantando una canción de feliz cumpleaños. Acto seguido, mi hermana se lanza sobre mí para abrazarme y entregarme una pequeña caja de color azul.

-¡Ábrela, Alex! ¡Vamos! -grita la pequeña niña mientras mi madre se sienta sobre mi cama.

Termino abriendo la caja entre gritos y saltos; al abrirla, me encuentro con un collar: tenía una cadena de pequeñas bolitas de metal de cual colgaba un cuarzo de color rojo.

-Espero te guste. En el primer momento en que lo vi, pensé que sería perfecto para ti- dice mi madre mientras me abraza.

La mañana pasó demasiado rápido; al ser mi cumpleaños, decidí no ir a la escuela por el día de hoy, pero tampoco quería estar en casa, entonces, decidí ir a la biblioteca, mi segunda casa o, más bien, mi hogar. Me cambié de ropa, me puse el collar que me regaló mi madre porque:

1.-Si no lo usaba mi madre se sentiría decepcionada.

2.-Si no lo veía sobre mi cuello no saldría.

Así que coloqué el collar sobre mi cuello y justamente en ese momento una tranquilidad entró en mí, me sentía diferente. Por alguna razón, me sentía protegido. Generalmente, no creo lo que mi madre dice acerca de las energías que nos rodean; pero si se refería a lo que sentí cuando me coloqué el collar, entonces, tendré que escucharla más seguido.

-Madre, voy un rato a la biblioteca, regreso antes de la hora de comer -dije con bastantes ánimos.

-Alex, se te ve muy bien el collar. Sólo ten cuidado, por favor -me dijo mi madre mientras me abrazaba.

Al llegar a la biblioteca, saludé a la bibliotecaria como siempre, sólo para recibir de su parte una mirada asesina; no puedo creer que aun siga enojada porque le tiré un té encima.

Seguí caminando y observando a todas las personas que habían en la sala, pero una en especial me llamó la atención: una chica, más bien, su collar, era técnicamente igual al mío, la misma cadena, el mismo dije.

-Debe de ser fan de las cosas esotéricas igual que mi madre -dije mientras mi mirada se centraba en el stand de literatura clásica.

Escogí leer "Don Quijote de la Mancha" un libro bastante difícil para muchos; pero, para mí, bastante entretenido. Me fui a sentar a mi sillón favorito, pero estaba ocupado.

-¡DEMONIOS! -dije en voz alta mientras veía como un señor se sentaba.

Al escuchar esa palabra, todos me respondieron con un ensordecedor:

-SHHHHHHHHHHH -lo cual me hizo enfadar bastante.

El único lugar disponible, por alguna razón, justamente se encontraba frente a la chica que vi cuando entré a la sala; se veía realmente molesta así que sólo me senté frente a ella y repetidas veces la volteaba a ver de reojo.

Cuarzo Gemelo. #CA2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora