Capítulo 1: El Resto del fin de Semana

881 34 2
                                    

Estaba soñolienta y desorientada … algo me acababa de despertar. Mientras buscaba a tientas con la mano mi móvil para mirar la hora me di cuenta de que un número desconocido me llamaba.

Con dudas acepté la llamada y me llevé el móvil a la oreja.

-¿Diga?

No se oía nada. Finalmente un suspiro despidió aquella absurda situación y salieron unos pitidos intermitentes para señalizar que habían cortado la línea. Tiré el móvil a un lado resoplando irritada por haber interrumpido mis lindos sueños con una tontería. 

Miré el reloj y vi que eran las seis de la mañana … maldije por dentro a quién me había llamado, sabiendo que no podría volver a dormir. Al menos era viernes.

Sentí la boca seca y pastosa y me levanté en busca de un vaso de agua. No me quedaba mas remedio que empezar a preparar las cosas … obviamente terminé muy temprano y tuve tiempo de sobra para entretenerme con mi ordenador mientras desayunaba.

A las ocho menos cuarto me puse mi chaqueta sobre la camiseta de manga corta. Las mañanas de Delaware eran frescas pero después hacía calor.

Con la mochila sobre un hombro salí de mi casa para ir al instituto. Lo odiaba. No había nada más aborrecible que aquellas horas encerrada fingiendo prestar atención a los profesores.

A mis diecisiete años estaba harta de estudiar y en cuanto terminase el bachillerato me buscaría la vida, la única razón por la que seguía estudiando era por mis padres.

Cuando finalizaron las clases salí lo más rápido posible del gentío que se apelotonaba en los pasillos del colegio. Una llamada me interrumpió cuando bajaba las escaleras que daban a la calle. Otra vez un número privado. Respondí malhumorada recordando mi falta de sueño.

-¿Quién es?

-Hola ____

Di un respingo al escuchar mi nombre en un tono de voz burlón y distorsionado. Quien fuera que fuese el que me estuviera gastando esa broma me estaba cabreando.

-No estoy para idioteces, si te aburres ¡búscate una vida!

Una risita se filtró por el teléfono y me puso el vello de punta antes de que el desconocido colgara. Un minuto después salí del edificio y vi a Justin apoyado en su brillante coche negro manejando su móvil. Me acerqué a paso ligero y poniéndome frente a él le pregunté seria.

-¿Me has llamado tú?

Alzó sus castaños ojos para mirarme con una nota de broma.

-Hola a ti también, cielo – sonrió. Me crucé de brazos en protesta y pasó su brazo por mi cintura para acercarme sin borrar su alegría – te veo estresada.

-Eso pasa porque alguien me llamó de madrugada y me despertó – cambié el peso de cadera.

-Yo no fui – alzó las manos – no me gusta verte de mal humor.

-Eso tiene fácil solución – le sonreí.

Sus manos se apretaron en mis caderas. Se aproximó rápido para presionar sus labios con los míos y rozó su lengua con ellos rogando la entrada a mi boca. Aprisioné su labio superior y nos dejamos llevar por el calor del momento. Nos separamos por el simple hecho de necesitar aire.

-Esto siempre funciona – dijo Justin victorioso.

-Si – me burlé – aunque yo me refería a que me invitases a comer.

-Aam – ambos reímos – está bien, yo también tengo hambre.

Los dos subimos al coche y Justin condujo hacia el Hot Stuff, nuestro restaurante favorito para pedir unas hamburguesas. Me encantaba verlo conducir. Desde el asiento de copiloto lo veía concentrado, con un rostro sereno y cauto. Nunca lo veía más controlado que conduciendo. Por lo general, Justin era un chico impulsivo, a veces prepotente y en otras ocasiones era más razonable. Lo que no cambiaba nunca era su amor por un bonito coche, era especialmente delicado con el suyo.

Behind My Steps (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora