Capítulo 8: Te Quiero y Nada Lo Va a Cambiar

403 20 3
                                    

Desperté con una manta sobre mi cuerpo. Al girarme vi a Justin dormido boca abajo abrazando una almohada en diagonal. Él no había descansado en toda la noche mientras yo estuve inconsciente. No entendía porque quería alejarse de mí después de todo lo que le había confesado.

Su oscuro pelo rubio estaba desordenado. Bajo sus ojos se habían marcado las ojeras, sus labios al igual que los míos estaban secos, pero por suerte seguían igual de rosados. No llevaba camiseta, pero seguía con los jeans desgastados. Mirarle me hizo pensar en que haría sin él si me dejaba.

Me levanté para preparar el desayuno.

Eran las diez de la mañana y probablemente pasarían un par de horas más hasta que Justin despertase.

Preparé unas tostadas con mantequilla y mermelada de fresa. Estaba hambrienta. Pasé el rato viendo un poco de televisión para entretenerme pero no podía evitar pensar en toda la noche, en todas las palabras de Justin, en todo lo que dije yo.

Decidí llamar a Ally.

-¿Qué pasa nena?

-Justin quiere romper conmigo – solté – quiere que regrese a casa, pero no estoy de humor para ver a mi madre.

-¿Sigues en su depa?

-Sí. Han pasado cosas … prefiero contarte a solas.

-Voy a buscarte. No tienes que seguir ahí. ¡Ni se te ocurra suplicarle! - rodé los ojos – tienes muchas opciones antes que Justin. ¡Lo sabes!

-No, Ally. Él es lo único que quiero. Pero creo que es mejor darle espacio por el momento.

-¡Que vea lo que se pierde!

-Basta. ¿Cuánto tardas en llegar?

-Dame media hora. Tengo que vestirme.

-Ok. Por cierto, tengo que comprar un móvil.

-Vale, daremos un paseo por el centro. Hasta luego.

-Adiós.

Colgué y fui al baño para arreglarme. No sabía muy bien que contarle a Ally. Lo que seguro iba a saltarme sería la parte de la pelea en el callejón.

Me puse unos vaqueros largos y una camiseta junto a una chaqueta para ocultar las recientes cicatrices. Afortunadamente no había señales en mi cara y se me veía bien. Justin abrió la puerta del baño y me miró de pies a cabeza con los ojos entreabiertos por el sueño.

-¿Te vas?

-Sí, no quiero molestarte – Justin mantuvo su cara seria pero un ligero temblor en el labio descubrió que aquello no le gustaba – dijiste que me querías lejos de ti, y no es que yo esté de acuerdo, pero no puedo quedar en tu casa si tú no me quieres aquí.

-Dame dos minutos y te llevo a casa – dijo dándose la vuelta.

-No hace falta, Justin. Ya llamé a Ally y viene a buscarme. Mi madre no espera verme hasta el lunes después de clase, así que … ya no seré más una carga para ti.

-Nunca he dicho que lo seas – frunció el ceño.

-No, pero yo si lo siento – cerré los ojos hinchando mis pulmones – aún así, tendrás noticias de mí. No me voy a rendir por difícil que me lo pongas.

-Estás loca – torció sus labios.

-Y te vuelvo loco – le provoqué – por eso volverás conmigo – negó con la cabeza – ya lo verás – presioné mis labios sobre los suyos. No respondió, pero tampoco se retiró.

-Deberías seguir adelante sin mí.

-Es muy fácil decirlo, parece que olvidas todo lo que hemos pasado – mi estómago se retorció – yo no creo haber matado una persona por alguien que ahora me abandona.

Behind My Steps (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora