Capítulo 4: ¿Asustada?

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Despertar con sus dedos trazando líneas por mi espalda fue lo más agradable que pudo haber en cualquier mañana de mi vida. Las suaves sábanas tapaban hasta la altura de nuestra cadera ocultando nuestras piernas entrecruzadas. Mi cabeza reposaba sobre el pecho de Justin y podía escuchar el acompasado ritmo de su corazón. Alcé la vista para encontrarme con sus ojos.

-Hola – sonreí, aún un poco soñolienta.

-Buenos días nena – besó mi frente – ¿qué tal dormiste?

-Mejor que nunca – respondí bostezando – ¿qué hora es?

-Mediodía – sonrió – ¿aún tienes sueño?

Un poco – reí girando sobre mí misma para ponerme boca abajo abrazando una almohada.

-Eres increíble – suspiró inclinándose hacia mi espalda y acariciando mi cintura – voy a ducharme – besó mi hombro.

-Después te acompaño – bromeé.

-Y yo que creía haberte dejado abatida esta noche – rió levantándose.

Se fue al baño y me dejó sola. Me quedé en un estado de semi-consciencia por el cansancio, medio dormida y medio recordando la noche que habíamos pasado. Era difícil borrar la sonrisa de mi boca. Diez minutos después Justin salió con una toalla entorno a su cintura con ligeras gotas de agua cayendo desde su pelo. Me mordí el labio inferior conteniendo un suspiro por lo erótica que era la imagen. Daban ganas de repetir todo lo que había pasado en la cama hacía horas.

Me levanté enrrollándome las sábanas alrededor del cuerpo y pasé a su lado para tomar mi turno en la ducha. Justin me detuvo cogiéndome de la muñeca. Lo miré interrogante.

-No viniste a hacerme compañía – reí por lo bajo – y para que lo sepas, con esa sábana despiertas mi apetito.

-¿No te cansas?

-De ti no – rozó nuestros labios – y apuesto que tú tampoco.

-Para ser justos, mojado y con una toalla dan ganas de hacerte muchas cosas. Pones a prueba mi imaginación – Justin echó su cabeza hacia atrás riéndose. Me mordí el labio … no podía ser más sexy.

-¿Y que esperas a ponerlo en práctica?

-Esperaré a esta noche, no te lo voy a dar todo en un solo asalto.

-Estaré impaciente – respondió en su tono más juguetón.

-Come ansias – me burlé dirigiéndome a la ducha.

Tras varios minutos relajándome en el agua caliente salí del baño envuelta en una toalla y con el pelo en una coleta. Al cabo de un momento me acorde de que el bolso con mi ropa se había quedado en el maletero del coche. Fui hacia la cocina. Justin estaba preparando algo para comer.

-Biebs, se me olvidó la ropa en tu coche – le comenté poniéndome a su lado para ver que cocinaba – ¿patatas fritas y carne?

-Sí, siempre es un acierto – sonrió – ponte algo mío si quieres para estar por casa. Voy ahora a por tu ropa – me besó – vuelvo en cinco minutos.

-Gracias.

Justin cogió las llaves del recibidor y salió por la puerta disparado. Mientras le esperaba fui a su dormitorio para rebuscar entre su ropa y ponerme una camiseta que quedaba por debajo de mis nalgas. Aproveché para organizar un poco el desastre que habíamos generado alrededor de la cama.

Recogiendo la ropa del suelo y metiéndola en un cesto, encontré el móvil en el bolsillo del pantalón. Miré las novedades. 00:07<<Gatita, te has pasado con esa chica>> 00:44<<Tus chillidos se oyen desde aquí, ¿a que jugáis? x)>>02:13 <<Yo soy mil veces mejor que el mi*erda de Justin>>12:25 <<Buenos días nena, ¿sabes cuál es mi plan de hoy? Seguir observando por donde mueves tu cu*lo ;)>> Todos los mensajes procedían de un número oculto. Tiré el móvil con frustración a la cama llevándome las manos a la cabeza y tirando ligeramente de las raíces.

Behind My Steps (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora