Capítulo 24: ¿Dónde Estuviste?

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 Sabía que estaba arrepentido. En ese momento el querría retroceder el tiempo para cambiar nuestra historia, y así permanecer juntos. La realidad era que yo seguía sintiendo cosas por él, nuestros dulces momentos pesaban mucho sobre mi conciencia pero todo se había complicado porque seguía sintiendo el dolor de haberlo visto marchar sin considerar mi opinión. Todo estaba hecho un lío y el enredo iba a peor. Zayn también formaba parte de mi corazón.

Justin no tenía intención de soltarme. Noté que respiraba sobre mi cuello deleitándose de mi aroma. Había pasado mucho tiempo, probablemente esto fue lo que él más deseó desde que volvió a verme. No podía deshacerme de su agarre, tampoco quería ser brusca, en ese momento me encontraba con el Justin sensible y dulce.

-Te perdono – las palabras brotaron suaves, sinceras, cargadas de comprensión desde lo más profundo de mi ser – No tiene sentido odiarte … – suspiré para mí.

Justin se separó de mí. No había rasgos de alegría, no, sus ojos eran pura ternura e incredulidad. Sus labios formaban una línea; quién sabía lo que se estaba conteniendo en ese momento …

-¿Vamos a dar ese paseo? - le sonreí para aliviar la tensión.

-Siempre dije que no te merecía – balbuceó – Aún después de todo lo que te he causado sigues aguantándome – suspiró con pesadez – No hay nadie como tú.

-Déjate de tonterías – le reprendí – Y vamos fuera, ¿quieres?

Cogí mi chaqueta y me la puse mientras abría la puerta. Justin salió por delante de mí y caminó a mi nivel con las manos metidas en los bolsillos de su cazadora. Íbamos en silencio, tan solo notábamos las pisadas bajo nuestros pies. Yo miraba el suelo y de vez en cuando giraba la cabeza, estaba paranoica por si nos seguían.

-____, disfruta un poco ¿quieres? Si se acerca alguien le meteré una bala entre ceja y ceja – me dijo como si nada.

Se me puso la piel de gallina. Justin el duro había regresado … ¿cómo se me olvidó que siempre iba armado? Realmente se me olvidó lo que era estar con él, olvidé su figura imponente y la dureza con la que trataba a los demás con tal de quedar como el mejor.

-No lo harás – le miré – estamos en plena calle – le acusé con la mirada – y deberías pensar un poco en el trauma que me causaría ver eso.

Entreabrió la boca para protestar pero se arrepintió. Sus facciones se marcaron.

-Lo siento – presionó los labios.

-Deberías pensar un poquito más en lo que dices o en como actúas, así no te tendrías que arrepentir tan a menudo de todo – rechisté con mi reciente malhumor.

-Oh vamos, nena – me apretó de la cintura y me apegó a su lado – Ya sabes que soy muy brusco – rió – te has vuelto una chica delicada.

Me aparté de él y paré de caminar para enfrentarlo.

-¿Crees que es normal ir hablando de matar gente con esa naturalidad? No eres un asesino, yo lo sé, vas de tío duro que se da de hostias con todo el que le vacila. Llevas una pistola para advertir que te defenderás lo que te dé la gana y de cualquiera de las maneras. Me juego el cuello a que tienes buena puntería y que has usado esa pistola contra personas – le miré con ojos impenetrables – pero tu no has matado a nadie – susurré.

-¿Cómo puedes tú saber eso? - me señaló con la barbilla.

-Porque te conozco, sé como eres, te comerías la cabeza por haber quitado una vida como lo hice yo. Te replantearías llevar esa pistola pegada a tu culo todo el día – solté.

Behind My Steps (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora