CAPITULO X: Caras vemos, Intensiones No Sabemos II.

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El mar se encontraba siendo estremecido por aquella tierra parduzca que le miraba silenciosamente reflejando timidez e inocencia pero que a su vez reflejaba cierto sonrojo pícaro que le incitaba a querer corromper aquella pura imagen, que yacía bajo su cuerpo sobre las sábanas blancas en la habitación del ruso; segundo que parecieron eternos se estuvieron mirando el uno al otro haciendo Viktor estremecer al nipón, pues este le acariciaba sus mejillas como pidiendo permiso para besar aquellos rosados labios que titubeaban pero que para si estarían llenos de la más pura esencia del deseo, esbozando un leve gemido el contrario por aquel contacto el peliplateado le toma como un asentimiento, acercándose lenta y gentilmente rosando levemente los labios del japonés quien tímidamente comenzó a corresponderle, el ruso afincando sus brazos a ambos lados del cuerpo del Yuuri, este obedientemente conociendo al intensión que sus besos le brindaban posa sus brazos sobre su cuello profundizando el beso que ambos se encargaban de no terminar, el ruso notando que este comenzó a recargar su cuerpo sobre él, acelera sus besos abriendo paso con su lengua a la boca del nipón quien hacía lo mismo, haciéndole encender algo más que sus deseos, pues su instinto comenzaba a reaccionar ante el roce que el pelicastaño de forma poco consiente ejercía en este.

Abrazados en aquel vaivén de sus labios y concentrados en el baile de sus lenguas dentro del otro, ambos acalorados se separan por instantes para respirar, volviéndose a unir de forma necesitada e intensa rompiendo esto el silencio que en la habitación había minutos atrás, Yuuri que gemía bajo y ahogado por la boca del ruso sobre él comenzaba a estremecerse bajo este que intencionalmente se había posado entre sus piernas rosando su parte baja con animosidad usando sus manos para tocar su pálida piel oculta bajo la camisa del día anterior haciendo esto que Yuuri comenzara a temblar quedamente bajo la placentera sensación que este le causaba, Viktor viendo la pronta respuesta del cuerpo del contrario mordisquea el lóbulo del contrario y rosando su lengua sobre esta ocasionando ligeros gemidos que le excitaban aún más y bajando a su cuello este ya habiendo destapado la camisa del nipón solo se limitó a jugar lentamente y con su lengua sobre el pezón de este haciéndole aumentar aquellos sonidos que el japonés no se impedía en ocultar; jugando con ambos pezones y acariciando con sus manos la nívea piel del contrario delineaba su estructura que besos suaves que creaban espasmos ligeros sobre el cuerpo del contrario, Yuuri que de forma inadvertida rogaba por los besos del ruso, este al mirarle de forma expuesta ante aquel deseo sonríe con malicia abordando vorazmente aquellos labios que gemían su nombre, el peliplateado quitando de forma brusca aquel pantalón que hacia estorbo entre su piel y la del japonés, respira pesadamente pues dicha acción le hizo despegarse de aquellos labios que le generaban hambre por el contacto del otro con la suya y posándose nuevamente entre aquellas piernas que le invitaban a rosar ambas pieles sin más que el deseo, comienza a moverse de forma deseosa sobre este haciéndole gruñir por lo bajo y provocando espasmos aún más notables en Yuuri que yacía bajo de él ahogando sus gemidos en sus labios y estremeciéndose el ruso ante aquella imperiosa vista que el nipón absorto de deseo le daba este afinca más su cuerpo sobre este intensificando sus movimientos rosando más íntimamente su miembro sobre el del japonés quien amagaba más su cuerpo con el del otro anudaba sus piernas en las caderas impidiendo que este se apartara y los gemidos que eran el eco de aquella habitación era el toque erótico que encendía a ambos contrincantes sobre aquella cama de sábanas blancas testigo de sus intensos deseos, y el más bajo dando señales que se aproximaba su clímax el peliplateado le besa sus ya hinchados labios y arqueándose el menor bajo este Viktor también llega junto a este regando su esperma sobre ambos abdómenes y con sus respiraciones agitadas el ruso de forma risueña le besa sutilmente correspondiéndole con un leve gemido que quedo atrapados entre ambos labios que intercambiaban de forma silenciosa un beso cómplice y soñoliento, Viktor posándose a un lado del cuerpo de este aboca ambos brazos a su cintura rodeándole y pegándolo hacia si quedándose dormido ambos en forma de cucharita.

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