CAPITULO VI: Los Gatos También Se Mojan.

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Ambos Yuris se encontraban discutiendo en la cocina sobre que platillo era mejor, y no concordando completamente con la situación lo someten a votación, pues Otabek por estar constantemente visitando al rubio ahora era el intermediario entre estos; no dando una respuesta firme acerca de cuál plato tenia mejor sabor opto por dar la opción de los phiroskys con katzudón el cual Yura como le decía el kazajo para no confundirles, aun con sus cachetes inflados pretendiendo no estar de acuerdo dejo a Yuuri encargado de la cocina haciéndose mohín en el sofá de la sala frente al televisor. El japonés ya comprendiendo el comportamiento del joven durante los pocos días d conocerlo lo deja ser, y Otabek quien sentado junto a él le mantiene abrazado, este se deja hacer por el pues aunque al principio no entendió la razón por la que congeniaron, ahora más que nada en el mundo sabía que sus ojos hacia el no mentían, pues sus canciones al igual que su personalidad le daban a conocer que el motivo de la soledad era el que los unía.

Yura guardaba celosamente su verdadero carácter, pero no contaba que la astucia del moreno le hicieran desbordarse sobre el en todo su esplendor, sorprendiéndose ambos en más de una ocasión, pues el rubio nunca en su vida ha sido sumiso, jamás sea andado por las ramas, oculta rápidamente su timidez con tono sarcástico iracundo, pero su corazón es más grande que el mar y a eso el kazajo le tenían más embelesado. Fueron pasando los días los cuales ambos compartían a cada momento que se podía, pues Yura entre sus prácticas y estudios se mantenía un poco distraído de extrañar los brazos del morenos los cuales le rodeaban constantemente. Por su parte Otabek entre sus dos trabajos y la universidad aprovechaba su tiempo al máximo dándole a entender a Mila quien era su manager y amiga, que este se encontraba anhelante y enamorado, pues soltaba constantemente suspiros un poco delatores las cuales la pelirroja interpretaba a la perfección dándole el tiempo necesario para disfrutar de esa etapa; porque aunque no lo parezca ella era una romántica empedernida y se sorprendía de ver a su representado de esa manera pues ya le creía un muerto por sus faltas de expresiones y apego a las emociones de la vida.

Yuuri quien ahora se encontraba más aliviado acerca de lo acontecido días atrás en la empresa, se disponía a tener un nuevo comienzo gracias a la hazaña del pequeño rubio que le daba la sensación de familia, pues durante los días que han estado interaccionando ha conocido facetas del rubio que le hacen crear lazos de amor haciéndole ver como un hijo para él. Ahora ambos Yuris vivían juntos y como no todo es perfecto, se enteró que el rubio estaba bajo la tutela de su actual malgeniado jefe, el cual decidió mantenerlo en silencio bajo su propia conveniencia más adelante con una sonrisa de satisfacción... Yura quien se encontraba abrazado fuertemente a la cintura del kazajo en su moto rumbo al Club Red Light donde se presentaba dos sábados al mes por contrato con su dueña y manager a quien el rubio conocía perfectamente y decidía mantener en secreto, pero estando en el establecimiento con Otabek agarrado de su mano ya había gente animando el ambiente del lugar, los cuales Mila observando desde la barra aquello, no dudo en acercarse a ambos y abrazando fuertemente al moreno entre besos y cariños algo insinuantes, a lo que el rubio sin pensarlo dos veces le jala bruscamente separándole del moreno.

-Maldita vieja bruja aléjate de lo mío!!!!

-Oh! Con que mi gatito tiene dueño? –abrazando al rubio y sonriendo sonoramente haciendo que este de forma obstinada refunfuñara entre dientes.

-aléjate bruja!

Mirando el rubio al moreno a la cara y cae en cuenta sobre sus palabras, poniéndose rojo como un tomate desviando la mirada del kazajo, el cual este le toma del brazo y le lleva a una de las habitaciones de sonido sin mediar palabras. Estando ambos solos lejos de los espectadores y sobre todo de Mila a quien el moreno con un gesto le indico no seguirles, Yura tratando de ocultar su rostro del moreno este le toma de su cintura apegándolo a su cuerpo y subiendo sus manos para acariciar su cabello y subir su barbilla para que este le mirara a los ojos le besa deseosamente entendiendo Yura lo que este con aquel beso le decía, durando así varios minutos son detenidos por una voz al otro lado de la puerta, pues era Mila quien le indicaba que ya debía hacer su trabajo, a lo que separándose y mostrándose decepcionado le dice al oído que continuaran más después de hacer su trabajo a lo que este ya no pudiendo soportar sus mejillas arder solo se ríe por lo bajo asintiendo torpemente a las palabras del kazajo. Saliendo ambos de la habitación Otabek baja al costado de la pista para comenzar a hacer sus mezclas y encender la magia dentro del Club, mientras que Mila detiene al rubio llevándole invitándole a charlas en una de las mesas del segundo piso accediendo este, pues no quería ser molestado por los borrachos del lugar.

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