«Ara: CATA NECESITO HABLAR CONTIGO.»
«Ara: CATARINA POR FAVORRRRRRRRR.»
«Ara: NO SABES LO QUE ACABA DE PASAR!!!!!»
«Cata: (Audio 00:52)»
«Ara: No puedo escucharte ahora porque ADIVINA QUÉ.»
«Cata: Ups. Qué pasó?»
«Ara: Étienne está en el crucero.»
«Cata: Étienne como en Étienne Dupont?»
«Ara: SÍ, DIOS.»
«Cata: Tienes que estar bromeando.»
«Ara: Ojalá. Pero no.»
«Cata: Qué hace ahí?»
Decidí que lo que Étienne me había dicho no era algo que yo debía contar.
«Ara: Vacaciones, como la gente normal.»
«Cata: Tiene sentido.»
«Cata: Aguarda un momento. Ya regreso.»
Levanté la vista de mi teléfono, y la cabeza de Étienne estaba justo emergiendo del agua tras desaparecer debajo de ella por como un minuto entero. Sacudió el pelo y abrió los ojos. Ahí fue cuando me sorprendió mirándolo fijamente como una completa estúpida. Aunque traté de correr la vista lo más rápido que pude, ya era tarde: se había percatado de que lo contemplaba como si fuese la estatua o la pintura de algún importante museo, extasiada por su belleza.
La verdad era que la belleza de Étienne nada que envidiarle tenía a obras de legendarios artistas como Van Gogh o Miguel Ángel.
—¡Ven! —Invitó. Se encontraba flotando en la parte más profunda de la piscina y me daba terror siquiera pensar en no poder tocar el fondo con los pies.
—No, gracias. —Sonreí con lo que espero que fuese una aparente tranquilidad, mas eso era lo que menos sentía: me aterraba pensar en el inevitable momento en el que debiera meterme a la piscina por el mero hecho de haber accedido a las lecciones particulares de natación del profesor Dupont.
Conozcan la primera asignatura que iba a reprobar en toda mi vida.
Por otro lado —y no por eso menos importante— todo lo que venía aconteciendo ese día se resumía en una palabra: irreal. O, como mi parte racional se encargaba de repetir cada dos segundos: «Estás soñando, Arabelle. Despiértate de una vez.»
Estaba en la luna de Valencia, por lo que no fue sorpresivo que me perdiera todo el momento en el que Étienne salió del agua y me cargó en su hombro cual saco de patatas.
Oh. Mi. Dios. Por favor alguien tiene que convertir esto en el guión de una película e inmortalizarme como la protagonista de alguna película hollywoodense para adolescentes.
Alcancé a lanzar el teléfono en la tumbona antes de gritar:
—¡Bájame en este instante, Étienne Dupont!
Lancé patadas, pero por algún motivo ninguna llegó a tocarlo. Mis esfuerzos eran en vano: no conseguiría que me dejara en el suelo de ninguna manera. Al parecer, tampoco lo conseguiría tratando de llamar la atención de todo el mundo puesto que, aunque la mayoría nos miraba, nadie hacía nada al respecto.
—Shh —dijo—. No voy a hacerte daño.
Rodé los ojos pero terminé por cerrar la boca. Quiero aclarar que no fue porque él lo pidió; la decisión fue mía: con mis gritos todos creían que había perdido la cabeza.
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Atrapados en el Mar (Atrapados #1)
Teen FictionTodo parece perfecto... Cuando el hermano de Arabelle y su prometida deciden tener una boda simbólica arriba de un crucero, lo primero que Ara quiere hacer es salir corriendo. Tiene sentido: nadie querría pasar veinte días en un crucero en lugar de...
