Tʜᴇ Oᴛʜᴇʀ➝ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟs, ᴛʜᴇ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ ᴅɪᴀʀɪᴇs.©|

─Chapter; S I X T E E N.

𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐌𝐈 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

❝Pero es así; el ángel caído se convierte
en pérfido demonio.
Pero incluso ese enemigo de Dios
y de los hombres,
tenía amigos y compañeros
en su desolación;
yo estoy completamente solo.❞

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Tenía un gran hematoma en mi mejilla izquierda, y también tenía el labio partido, haciendo que luciera de una manera más pálida de lo habitual; ayer cuando me pelee con Elena hubo un momento en que ella me dijo 'bastarda', diciendo que no me dieron el apellido que merecía, y me dejo pensando toda la noche en aquello, hasta que hace un momento le marque a Stefan y le explique la situación, me dijo que ya estaba enterado de la pelea, y que lo mejor sería que fuera a la casa para que habláramos del tema, del porque Elena me había llamado de tal forma. Me había bañado y cambiado, entonces comencé a bajar por las escaleras de la mansión Mikaelson, encontrándome en el sofá de la sala a Klaus pintando en un cuaderno de hojas blancas; el subió su mirada chocándola conmigo dándome una sonrisa ladeada.

-¿Vas a algún lado?-me pregunto tomando su copa de bourbon y bebiendo de ella.

-Sí; hay algo que no quedo claro con mis hermanos, y necesito hablar con ellos.

-¿Y que fue aquello?

-Elena me dijo bastarda, y Damon dijo que había algo que encontraron respecto a eso, tengo curiosidad y necesito respuestas.

-¿Quieres que te lleve?-me pregunto sacando las llaves de su chaqueta y poniéndolas delante de mí.

-¿Seria mucha molesta?-pregunte.

-Claro que no, Victoria; iba al Grill, vamos.

Y con una sonrisa salí detrás de Klaus, ambos nos subimos al auto y él lo puso en marcha, en el camino ambos íbamos en silencio, la verdad era que comenzaba a acostumbrarme a los cambios bipolares de Klaus, al fin y al cabo tenía una parte licántropo explosiva y de alguna u otra manera él se preocupaba por mí. Las dudas del porque Elena había dicho aquello de mi seguían en mi cabeza, me había dolido un poco sus palabras pero lo deje pasar en el momento, ahora aquello era como un gusanito taladrando mi cerebro en busca de apaciguar mi curiosidad y mi latente nerviosismo porque la noticia que me tienen mis hermanos no sea algo malo para mí, pero mi conciencia no me podía engañar, yo sabía bien que algo estaba mal y que pronto habría un problema. Al llegar Klaus paro el carro y volteo a ver.

-Estaré en el Grill, cuando acabes paso por ti y te invito a comer-me dijo con una sonrisa-Yo también necesito hablar contigo.

-¿Seguro no quieres pasar?, tal vez este Caroline adentro-dije en broma.

-No, amor-dijo con una sonrisa y riendo levemente-Es de eso de lo que quiero hablar contigo al rato-dijo volviendo a su expresión seria.

-De acuerdo, no tardare-dije bajando de auto-Hasta el rato.

Y con eso comencé a caminar a la entrada de la que alguna vez, fue mi casa y mi hogar, entre sin tocar, como era de costumbre y directamente vi en la sala solamente a Damon y Stefan, este último parado frente a la chimenea con una vaso de bourbon; ambos tenía una mirada de angustia y desesperación.

-Estoy aquí-dije mientras me sentaba-¿Qué es lo que necesitan decirme?-pregunte.

-Tienes que tener en cuenta que lo que te diremos no es algo...fácil-dijo Damon.

-Solo háganlo-dije.

-Dile tu Stefan, tienes más tacto que yo-dijo Damon volteando a ver a Stefan.

-Bien, hace una semana fuimos a los archivos viejos de Mystic Falls, a investigar sobre una bruja descendiente de Bonnie, la ocupaba para un hechizo, vimos los expedientes de todos los Salvatore y sobre nuestra madre y padre, hasta el de nosotros y decidimos tomarlos; al llegar aquí comenzamos a leer y encontramos algo muy extraño-explico.

-¿Qué encontraron?-pregunte.

-Tu acta de nacimiento-dijo Damon mirándome-Pero en la firma donde va el padre, no estaba el nombre de Giuseppe.

-¿Qué?-pregunte, y sentí que las lágrimas se acumulaban en mis ojos.

-El apellido que venía en el acta no nos gustó en absoluto.-explico Stefan.

-¿Qué apellido venia?

-Fell, tu padre es Thomas Fell-dijo Damon.

-No-murmure comenzando a llorar-Madre lo odiaba por ser un enfermo-grite.

-Ese es el punto, Victoria-dijo Stefan arrodillándose frente de mí y tomando mis manos entre las suyas-Thomas violo a nuestra madre.

-Por eso padre nunca me quiso-dije-Era porque destruí parte de su reputación, por eso siempre deseaba mi muerte-dije llorando.

-Eso no quita que para nosotros sigas siendo un Salvatore-dijo Damon abrazándome.

-No-dije poniéndome de pie-No llorare más por esto, no tiene caso-dije limpiando mis lágrimas y sacando el teléfono mandando el mensaje a Klaus, de que había acabado.

-Si quieres quedarte hoy...-comenzó a decir Stefan, pero lo corte en seco.

-No, no quiero; no crean que esta confesión nos vuelve a reunir y vamos a volver a ser la familia feliz, lo que ustedes me hicieron no tiene perdón.-el mensaje de Klaus diciendo que estaba afuera me hizo terminar-Me voy.

-Victoria, ¿Cuándo nos perdonaras?-pregunto Damon.

-Cuando ustedes en realidad sientan esa disculpa.

Y sin más salí de la casa de mis hermanos, y comenzó a caminar hacia la camioneta de Klaus, donde él ya se encontraba con una sonrisa en su rostro, la cual borro al darse cuenta de mis ojos rojos e hinchados.

-¿Qué paso?-me pregunto tocando mi cara.

-Confesiones que duelen.-dije mientras comenzaba de nuevo a llorar.

-Victoria, ¿Qué paso?-me pregunto mientras me abrazaba.

-Soy una bastarda, Klaus-dije llorando.-Y te entiendo si ya no quieres hablar y...-el me corto alejándome de él y mirándome fijamente a los ojos.

-Jamás haría eso, me encanta pelear contigo-me dijo viéndome-A parte, eso sería muy estúpido de mi parte, porque yo también soy un bastardo-dijo viéndome.

-¿Qué?-pregunte abriendo mis ojos.

-¿Qué te parece si te invito a comer y te cuento mis historia con más calma?-me pregunto con una sonrisa-Y así me conoces.

-Me encantaría-dije haciendo una pequeña sonrisa.

Él puso el auto en marcha, alejándonos de la casa Salvatore, y yendo rumbo a un restaurant cerca del Grill, al llegar ambos bajamos del auto y entramos al local, tomando una mesa y sentándonos.

-Te contare toda mi vida-dijo mirándome-Y también te diré de él porque quería hablar contigo hoy.

-Soy toda oídos.