- 03. WHY DO YOU CARRY A GUN?

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03. ¿¡Por qué cargas con un arma!?

Al terminar las clases Peter hizo lo que siempre hacía; dejaba de lado al nerd que no convivía y se convertía en el justiciero enmascarado de Queens, el superhéroe con mejor sentido del humor -según él-, Spideman.

Y cómo siempre, intentaba hacer lo mejor que podía, evitando robos de bicicleta, robos de auto que en realidad eran bastante confusos y ayudando a personas mayores perdidas que de vez en cuando le daban recompensas. Así era mayormente su vida, ó eso al menos hasta que Stark lo llamara para la siguiente misión.

Pero ese día se encontró con algo más emocionante.

Se encontraba pasando su reporte diario a Happy cuando vislumbró a un grupo de hombres entrar a los cajeros del banco, llevaban un par de mochilas e iban cubiertos de cuerpo completo, mientras que en el rostro llevaban máscaras de los vengadores.

—Al fin algo bueno... — murmuró para sí antes de dirigirse al interior del lugar usando sus telarañas.


• • •


Nadia llevaba toda la tarde observando los movimientos de Peter y sinceramente comenzaba a cuestionarse la importancia de aquella misión. Aquel chico podía ser Spiderman, pero llevaba una vida bastante aburrida. Suspiró; seguirle la pista había sido cansado, considerando que él viajaba a través de la cuidad balanceándose en telarañas por los edificios y ella básicamente tenía que correr y utilizar el rastreador que se encontraba en su traje.

Se recargó contra una pared mientras tomaba aire y revisaba una vez más la ubicación del chico en su teléfono.

—¡Genial! Se detuvo — habló, regodeándose con la idea de tomarse un tiempo de descanso.

Se dio la vuelta una cuadra abajo, donde indicaba él se encontraría, y decidió escoger un punto para me tener la distancia. Quizá entrase por un sándwich. No descartó la idea ya que se moría de hambre, pero la hubiese puesto en práctica de no ser porque justo al otro lado de la calle se encontraba Spiderman luchando contra los vengadores. Por un momento pensó que sería buena idea ir a echarle una mano, pero derrochó la ida rápidamente. !Él era Spiderman! Podía vencer a un par de ladrones de banco sin su ayuda.

Y de verdad que lo hubiese dejado así de no ser porqué notó las peculiares armas que cargaban esos ladrones. Definitivamente no eran comunes, ella era experta en armas debido a su entrenamiento en SHIELD, así que si no reconocía esas armas, era porque no estaban en el mercado abierto. Eran bastante nuevas.

Frunciendo el ceño tomó lentamente el arma que se encontraba en la parte trasera de su pantalón y la cargó intentando hacer el más mínimo ruido. Para suerte de ella la calle estaba completamente vacía y la mayoría de las tiendas de alrededor ya habían cerrado. Se acercó solo lo suficiente para tener blancos certeros y precisos, manteniendo el cuidado de no darle a Peter por error.

Mientras que el enmascarado luchaba contra uno de ellos, Nadia se encargó de disparar a tres de ellos rápidamente, dejándolos fuera de juego y rompiendo los cristales del lugar. Peter se vio distraído por el ruido de los disparos, haciendo que el ladrón se adentrara a cargar el arma que llevaba en manos. El chico a penas y alcanzó a lanzar una telaraña a sus manos cuando el arma se activó.

—Oh, mierda...

En sus siete años que llevaba en SHIELD jamás había visto un arma cómo esa, la cual causó una explosión de largo alcance y ella apenas y logró alejarse antes de que el fuego la alcanzara. Rodó por el piso y alcanzó a golpearse un poco el hombro, pero nada grave. Al poco rato se puso en pie, vislumbrando a Peter, quien había sacado al dueño de los sándwiches y lo estaba poniendo a salvo del fuego. Nadia se puso en pie, sacudiendo sus pantalones y volviendo a guardar la pistola. En aquel momento Spiderman se acercó a ella.

—¿Te encuentras bien? — preguntó con una voz fingida — ¿Ocupas ayuda? ¿Por qué cargas con un arma? — preguntó rápidamente.

—Estoy bien, puedo cuidarme sola spideyboy...

—Spiderman — corrigió el enmascarado.

—Cómo sea — contestó ella rodando los ojos y evitando la última pregunta — Deberías irte de una vez arañita, tía May está haciendo la cena y no querrás llegar tarde — la pelirroja sonrió de lado al ver que Peter por un segundo ni siquiera se dio cuenta, solo se dio la vuelta para irse. Pero prontamente logró reaccionar y alarmado se giró para buscarla, sin embargo ella ya había desaparecido.

Ella sabe quién soy.

Ese pensamiento le llegó de lleno, desde que la vio supo que había algo mal con ella, algo dañino. Intentó pasar por alto aquello, distrayéndose en pasarle el reporte de las armas a Happy y llegar a casa con Tía May. Aunque le resultó bastante difícil ahora que esa misma noche otra persona más descubrió su identidad.

Pero estaba más preocupado por Rebekah que por Ned; no tenía ni la menor idea de cómo aquella chica pudo haber descubierto su secreto con tan poco de conocerla, no sabía si usaría esa información en su contra ó la guardaría. Peter estaba dispuesto a interrogarla mañana en la escuela, pero lo haría de la manera más discreta posible, claro.



• • •



Nadia se encontraba en el recién restaurado Triskelion, centro de comando de SHIELD de Nueva York, el cual había sido destruido hace poco debido a la persecución del capitán América y la infiltración de Hydra en la asociación.

—Fury, tienes que hacerme caso, yo sé lo que vi. Esas armas no se han visto en el mercado, ni siquiera nosotros poseemos algo así. — decía la pelirroja con énfasis, intentando en vano atraer la atención del hombre del parche.

—Agente Hallow, me temo que aún no podemos hacer nada, muchos piensan ahora que SHIELD ya esta muerto, yo junto él. No puedo exponer todo nuestro trabajo por esta clase de situación.

—Esas armas son peligrosas, Fury. Alguien las está vendiendo en las calles de Nueva York, no sabemos qué tan grande sea el negocio, no sabemos si esas armas están siendo exportadas, no sabemos quienes las crean, no sabemos a quienes se las venden... ¡Demonios, no sabemos nada!

El hombre no le dio una respuesta, al contrario, simplemente le dio la espalda y observó la ciudad a través de los cristales del edificio. Nadia comenzaba a frustrarse a niveles que no reconocería ante su superior.

—Bien. — suspiró, dándose por vencida — Si tú no piensas hacer nada, yo me encargaré de esto.

La chica se dio la vuelta, molesta con él, pero antes de que atravesara las puertas de la oficina, la voz de Fury la detuvo.

—No te desvíes de tu misión, Nadia. Veré si puedo enviar a alguien para que le eche un vistazo a la escena. Pero hagas lo que hagas, no dejes solo a Peter Parker.

Ella no dijo nada, se detuvo un momento a procesar las palabras de aquel hombre, pero no prometería nada. Si algo sabían las personas que conocían a Nadia Hallow, era que la joven era un hueso duro de roer.

ATLANTIS | Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora