A T L A N T I S | Personas cómo yo no merecen ser amadas por personas cómo tú. Y sé que duele, pero la verdad siempre es así.
Donde SHIELD manda a una de sus agentes para vigilar al joven vengador Peter Parker, sin embargo ella termina enamorándose...
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El decatlón académico había llegado a su fin, coronándolos a ellos cómo los ganadores nacionales. Sin embargo, su mente estaba actualmente viajando por otros rumbos.
Por ejemplo, el hecho de que Peter podría estar secuestrado o algo peor. La idea de que Julian y su padre podrían estar involucrados con la venta de armas alienigénas en Queens, Vulture, etc.
María Hill Niña Estás en problemas Repórtate cuanto antes
Nadia ignoró los mensajes monumentalmente y apagó su celular. Se quitó los audífonos y los metió a su bolsillo, deteniendo su caminata al ver que MJ se quedaba de pie, con su libro en mano.
—¿Qué sucede? — preguntó — ¿No piensas subir? —La morena negó con la cabeza.
—No me voy a meter en detalles, pero simplemente el concepto completo me parece poco ético. —le respondió, encogiéndose de hombros. Nadia le dio la razón.
—¿Quieres que me quede contigo? —Michelle la miró a ella, luego su libro, después al monumento, y una última vez a ella.
—No quiero arruinar la experiencia para ti —dijo con una sonrisa de lado —. Estoy bien acompañada – levantó el libro que llevaba.
Nadia no estaba convencida, pero igual le sonrió y se despidió brevemente antes de ingresar al monumento, alineándose con Ned.
—¿Haz recibido alguna llamada de Peter? — inquirió él. Ella negó.
—Apagué el celular.
—Tengo como un millón de mensajes suyos — dijo. Nadia alzó una ceja.
—Al menos eso significa que está bien, ¿no? ¿No tendré que rastrearlo por todo Washington DC? —Aquello la alivió un poco.
—Supongo que no...
—Celulares, por favor —indicó uno de los guardias de la entrada. Ambos siguieron la orden y continuaron caminando hacia el elevador.
—¿Quieres saber algo extraño? —le susurró la pelinaranja a su amigo. Él asintió emocionado. —Le tengo un terrible pavor a las alturas.
Ned la miró con la boca abierta. —Eso no puede ser. ¿No se supone que en tu profesión, saltar techos y demás es parte del trato?
—Así es. Lo cuál es horrible porque me dan náuseas y siento que me voy a desmayar. Aunque cada que me enfrento a eso intento no pensarlo mucho y sólo actuar.
Justo cuando Ned estuvo a punto de responderle, una fuerte sacudida agitó el ascensor, causando un estruendo y pánico en los presentes. Ned miró a Nadia alarmado. Las luces comenzaban a parpadear. Dentro de aquel cubículo sólo iban ellos dos, Liz, Flash, el profesor y una guardia de seguridad.