Sin limites

Capitulo V

Luego de leer las cartas que había escrito mi madre, me di una ducha y esperé a que los mellizos llegaran. No se tardaron mucho.

Me vestí con un mini short de jean, una top rosa con escote y mis converse blancas.

¿Mi mamá quería que yo hiciera lo que me hacía feliz? De acuerdo. Esta noche no sólo iría al Camino de las Espinas, sino que también competiría.

No sabía cómo serían los demás autos en la carrera pero estaba segura de que mi Camaro me iba a permitir tener una buena posición en la carrera. Aunque yo solo quería volver a sentir esa adrenalina que me fortalecía, y lo iba a hacer por mis padres. A pesar de que ellos no me dijeran la verdad y me hayan ocultado algo tan delicado durante toda mi vida, yo sabía que lo hacían para protegerme. No les guardaba rencor, pero sí estaba un poco decepcionada y triste.

Llegamos al lugar de la carrera. Había muchísima gente y muchos vehículos. Muchas chicas semi desnudas y chicos detrás de ellas. Muchas caras conocidas, los había visto en la universidad. Busqué el sitio en donde se inscribían los participantes, cuando lo encontré me acerqué allí.

-Alex, ¿A dónde vas? ¿Qué vas a hacer?- me preguntó Sam.

-Voy a anotarme ¿A caso no crees que mi bebé pueda competir aquí?- le contesté soberbiamente mientras le sonreía.

-Pero ¿Y tú qué sabes de estas cosas? Estos tipos corren desde hace años, son profesionales- dijo casi burlándose Violet.

-No me importa. Sólo quiero divertirme.

Me estaba inscribiendo cuando se acercó a mí Dominic.

-¿Qué demonios crees qué haces?- me dijo enfurecido.

-¿No está claro? Voy a competir- le respondí con aire de campeona.

- ¿Acaso estás loca? Te dije que te alejes del peligro, que no vengas aquí ¿Por qué me haces la contra?- me regañó.

-Tú no eres mi padre. Y si lo fueras, créeme que él me diría que compitiera.

Terminé de llenar el formulario y me alejé de Dominic. Los mellizos estaban apoyados en mi auto.

-Esto es una locura Alexa- me dijo el rubio.

-Ya déjame en paz, Sam. Yo sé lo que hago- respondí con un tono molesto.

-Competidores, acérquense a la línea de salida. La carrera comenzará en cinco minutos. Gracias- dijo una voz por un parlante.

Subí a mi auto, me abroché el cinturón de seguridad y me coloqué en mi posición.

Estaba muy nerviosa, así que decidí prender el estéreo. Habían pasado más de tres meses desde la última vez que corrí.

Un chico que estaba ubicado a mi lado en su auto me habló.

-Oye, belleza, lindo auto. Pero esto no es para princesitas como tú. Trataré de que no llores- me tiró un beso.

-Sólo obsérvame- dije dedicándole una sonrisa y volví a mirar al frente.

Se escuchó una pequeña explosión que dio la señal de largada.

Delante de mí iban seis autos de los dieciocho que competían. Seguía las señales que habían dejado en el camino. Apreté un poco más el acelerador y pasé a cuatro competidores más. Estaba en el tercer lugar y ya quedaban cerca de 800 metros para la línea de llegada, moví un poco la palanca de cambio para agilizar mi vehículo, activé, levemente, el nitrógeno que tenía instalado y volví pisé el acelerador a fondo. A falta de pocos metros logré pasar a mis oponentes y alcancé el primer puesto. Sorprendentemente para todos, la única mujer que competía logró ganar en la primera noche.