Capítulo X

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Los mellizos me dejaron en mi departamento y volvieron a su casa.

Christopher se ofreció a quedarse y curar mis heridas, las cuales no eran de gravedad.

Estábamos en el sofá que se encontraba en mi living, hablando sobre la carrera y de cómo fue el accidente, pero en un momento nos quedamos en completo silencio.

-¿Desde cuándo corres?- me preguntó Christopher mientras limpiaba un corte que tenía por encima de mi ceja derecha con una gasa empapada en alcohol.

-Desde que mamá me descubrió metanfetaminas en mi habitación- contesté recordando ese momento.

-¿Eres una drogadicta?- preguntó confundido y mirándome a los ojos.

-No, no eran mías. Unas chicas de mi escuela, con las que no me llevaba bien, las pusieron en mi mochila para incriminarme, pero el truquito no les salió- dije divertida.

-Y ¿Qué tiene que ver tu no drogadicción con las carreras?

-Es que mis padres me dieron una extensa charla acerca de ello y papá dijo que prefería ver a su hija morir en un accidente de auto y no por consumir sustancias- repetí haciendo una muy mala imitación de la voz de papá, sonreí con nostalgia al recordarlo- Así que tomé eso como un permiso para competir en las carreras de la ciudad.

-Entonces, ¿Usted es una niña mala señorita Owen?

-No te imaginas cuanto- respondí sonriendo.

-El próximo viernes habrá una fiesta en mi casa. Mi padre acostumbra a hacerla todos los años en estas fechas. ¿Te gustaría acompañarme? - comentó Christopher tímidamente.

Admito que me tomó muy de sorpresa. Había visto a Christopher solo en dos oportunidades. En la salida del Bar Spring y esta noche en Carson Valley. Parecía un buen chico y quería conocerlo un poco más así que, acepté. Él me dijo que pasaría a buscarme esa noche e iríamos juntos.

-No te he visto en la Universidad, ¿A qué te dedicas Chris? - pregunté tratando de entrar en confianza.

-Bueno, tengo veinticinco años. Me gradué el año pasado de periodista, pero ya sabes como es este negocio, no es fácil conseguir empleo- dijo con tono bromista- Ya es tarde, será mejor que regrese a casa- agregó.

-¿Qué hacías en Carson Valley?- pregunté inmediatamente cuando Christopher se ponía de pie.

-Asisto a todas las carreras. A mi hermana le gusta estar allí y la única condición de mi padrastro para que vaya es que yo la cuide.

Me conformé con la respuesta. No quería parecer estresante preguntando más. Me puse de pie y tomé mis llaves para acompañar a Christopher hasta la calle. En el elevador estuvimos en silencio, nuestras miradas se encontraron un par de veces y solo nos sonreíamos. Me despedí de él y subí nuevamente hasta mi departamento.

Eran las tres y cuarto de la madrugada. mi celular sonó, era una texto de Daryl,

"Alguien cortó tus frenos".

Marcus Ken y su provocadora charla previa a la carrera era lo único que se me venía en mente. Tuvo que ser él.

Me metí en la ducha. Estaba tan cansada que necesitaba sentir el agua tibia recorriendo por mi piel. Envolví una toalla alrededor de mi cuerpo y me dirigí a mi habitación. Me puse un pijama y me recosté en mi cama. Me dolía un poco la cabeza y solo quería dormir. Cerré mis ojos y el sueño no tardó en llegar.

Me desperté a las nueve de la mañana con un terrible dolor de cabeza. Me levanté y fui hasta el baño a buscar unas aspirinas, me quedé unos segundos observando mi rostro en el espejo. Tenía la cara algo inflamada por el golpe y mi frente cortada dolía un poco. Luego me dirigí a la cocina por un vaso con agua. Volví a mi habitación y tomé mi celular. Tenía cinco llamadas perdidas de Kev y dos mensajes de texto, uno de él y otro de un número desconocido.

Mensaje de Kev;

Alex, llámame cuando puedas.

Número desconocido;

¿Estás bien? Vi lo que sucedió. Dominic.

Mensaje de Alexa;

Sí. Estoy bien. Gracias.

Estaba sorprendida por el mensaje de Dominic, pero me puso feliz, y no sé por qué, que se preocupara.

Llamé a Kev, pero no respondía. Regresé a la cocina para preparar algo de desayunar y mi celular comenzó a sonar.

Llamada de Kev;

-Hola- respondí.

-Alex, estoy viajando a Bull Town. Debo mostrarte algo- me dijo y colgó.

Odiaba que hicieran eso: tirar una bomba y salir corriendo.

Me empecé a preocupar. ¿Por qué Kevin estaría viajando hacia aquí sin avisar? ¿Se tratará de algo de mis padres? Miles de preguntas surgieron en mi cabeza, comencé a temblar por los nervios y también algo de miedo.

Dos horas habían pasado hasta que sonó el timbre. Era Kev. Salí de mi departamento deprisa. El elevador estaba clausurado por mantenimiento, maldije. Bajé los siete pisos por las escaleras, llegué a planta baja casi sin aire. Debería hacer más ejercicios me dije. Vi a Kevin parado de espaldas a la puerta, la abrí y lo abracé. Estaba muy feliz de volver a verlo.

Kevin sacó de su mochila una carpeta negra con una etiqueta que decía: 25/11/2016- Caso Owen. Era el expediente del accidente de mis padres. Mi corazón comenzó a latir con precipitación y la respiración se me aceleraba.

-A penas lo encontré, salí para aquí. No lo comprendí, por eso quise traerlo a ti- me dijo Kev en voz baja como si alguien nos estuviera escuchando- Es una copia, el original sigue en la comandancia. Puedes quedarte con este- agregó.

-Gracias Kev- fue lo único que pude decir, las palabras no me salían.

-No puedo quedarme más tiempo, debo regresar cuanto antes. Un compañero me está cubriendo. Léelo y luego me puedes llamar- me dijo y me abrazó, antes de subir a su auto y marcharse, agregó- Tómalo con calma, no sé que puede significar.

Ya estaba dentro de mi departamento. Había preparado una sopa de verduras para almorzar. Levanté la carpeta que había dejado sobre la mesa y con mucho valor la abrí.

    A los veinticinco días del mes de noviembre en el corriente año dos mil dieciséis a las veintidós horas y trece minutos, se registró un violento choqué entre un auto de la marca Mercedes Benz modelo Gle de color gris contra un árbol en la orilla de la Ruta 17 con dirección a Bull Town. Su conductor identificado como Luke Jefferson y su copiloto, identificado como Sandra Douglas presentaban:

Luke Jefferson: Tres disparos en la zona torácica y uno en la región lumbar. Muerto antes del siniestro vial

Sandra Douglas: Un disparo en el cráneo y dos en la región abdominal. Muerto antes del siniestro vial

Detrás de la primera página en la que se encontraba eso, había un papel que decía:

Nota adjunta:

Difuntos identificados oficialmente como John Adam Owen y Sarah Tess Parker Owen.

Seguido por la misma planilla anterior, pero con las causas y los nombres cambiados:

John Adam Owen: Fractura de costillas, pulmón derecho perforado, hombro y pierna izquierda fracturadas. Causa de muerte: Paro respiratorio

Sarah Tess Parker Owen: Fractura de cráneo, dislocación en el hombro izquierdo fractura de tibia y peroné en ambas piernas. Causa de muerte: Hemorragia

Esto no tenía ningún sentido.

Yo no había podido ver los cuerpos de mis padres porque me dijeron que estaban en muy mal estado. Este expediente me dejaba muy confundida. Lo guardé en la parte más alta de mi ropero, debajo de una pila doblada de ropa.

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