Salí de mi clase de anatomía y Violet me acompañó al centro comercial debía comprar un vestido para la fiesta del padre de Christopher que era mañana por la noche.
-¿Qué sabes acerca de Christopher? – pregunté a Violet.
-No mucho. Él siempre fue muy reservado, su padre murió en un accidente cuando él tenía cinco años y lo criaron su madre y su padrastro, aunque no lo conozco y tampoco sé de su madre. Ahora que lo pienso es prácticamente un desconocido. Tiene un perfil muy bajo- me respondió ella.
Sentía curiosidad por Christopher. Sea cual sea su historia, no puede ser tan mala, al fin de cuentas, mañana por la noche conocería a su familia.
Entramos a una última tienda con Violet, y encontré el vestido más perfecto y sencillo que podría haber encontrado. Simplemente era precioso. Era un modelo clásico, pero sexy y atrevido, de un color rojo carmesí. Un delicado escote en V con unas tiras muy finas, espalda descubierta, un corte en la pierna izquierda y algo suelto al cuerpo, me llegaba hasta los tobillos. Los zapatos que planeaba usar quedarían perfectos.
Pensé que sería una buena idea peinar mi cabello hacia atrás, alisarlo, sujetarlo con pequeños ganchitos y rociarlo con spray.
Antes de salir del centro comercial compramos un par de lattes en Starbucks.
Subimos al auto y emprendimos la marcha. Encendí el estéreo. Have you ever seen the rain? comenzó a sonar. A papá le encantaba esa canción, bueno en realidad, le encantaba la lluvia. Esos días eran sus favoritos. Él siempre me decía que cuando llovía en un día soleado era porque el diablo y una bruja estaban contrayendo matrimonio. Siempre tenia alguna loca idea en su cabeza.
Creo que escuchar la música que el solía escuchar es la manera que encuentro de tenerlo cerca y no olvidarlo.
Mensaje de Christopher;
Hey Alex. Aquí te dejo la ubicación de mi casa. Nos vemos mañana.
Ubicación Adjunta.
Terminé de arreglarme y tomé mi pequeña cartera qué hacía juego con mi vestido, y salí de mi departamento. Bajé hasta el estacionamiento del edificio y marqué la ubicación que Christopher me había enviado en el GPS. Me escribió un mensaje diciendo que no podría recogerme ya que había tenido un problema con su traje. Me pareció divertido cuando me lo contó.
Manejé a una velocidad adecuada, mientras escuchaba Wish you were here de Pink Floyd.
Llegué a casa de Christopher. Y déjenme decirles, eso no era una casa. Era un palacio. ¡Era enorme! Al parecer el rubio era un niño rico.
Había una larga fila autos hasta la puerta de la mansión. Estuve demorada unos diez minutos hasta que logré llegar, bajé de mi auto y un muchacho recibió mis llaves y lo llevó al estacionamiento. Subí las escaleras de entrada y en la puerta estaba él esperándome. Christopher se veía tan reluciente. Sea cual sea el problema que tuvo con su traje, lo resolvió muy bien. Se acercó a mí, y me tomó de la mano.
-Estas realmente muy hermosa- dijo con cierto asombro en su rostro.
-Gracias- me sonrojé- Tú estás impecable- ¿Impecable? Si, impecable. Eso fue lo que dije. Y no pudo ser más estúpido.
Nos adentramos al interior de su mansión, en donde se encontraban muchas personas vestidas elegantemente. Nos ofrecieron copas con champaña. La música era muy aburrida y suave. En una esquina, un pequeño escenario con una orquesta tocando sus instrumentos; violín, chelo, etc.
-Ven, te presentaré a mis padres.
Nos dirigimos hacia una hermosa mujer rubia de unos cuarenta y tantos años vestida con un hermoso vestido verde esmeralda.
-Mamá, te presento a mi acompañante. Ella es Alexa Owen. Alexa te presento a mi madre, Marie Ken.
No, no, no. Esto no puede estar pasando. Por favor, que solo sea una casualidad, me dije para mis adentros en ese momento, mientras saludaba a la mujer.
-Oh, aquí está mi padre. Él es Marcus Ken.
Mierda. Me giré lentamente suplicando no ver su cara. Definitivamente esto no podía ser verdad. Marcus me saludó amistosamente, aunque yo sabía que fingía. Detrás de mí sentí una pequeña y odiosa risita.
-Pero mira que sorpresa. Alexa Owen era la misteriosa acompañante de mi hermano- dijo sin borrar esa horrible sonrisa de su rostro. Con su brazo izquierdo tenía agarrado a Dom. Él me miro con cierta confusión y sorpresa.
No se imaginan como se veía mi cara. Hacia apenas unos días que Dominic se había presentado en la puerta de mi edificio diciendo que Sophie había terminado con él. Y ahora, aquí lo encuentro. Pues, yo no comprendo nada.
Eran demasiadas sorpresas por una noche. Me disculpé con Christopher y me dirigí al baño. Me miré en el espejo tratando de eliminar todo rastro de odio, rabia e impotencia que sentía en ese momento de mi cara. Acomodé un poco mi cabello, renové mi labial y me dispuse a volver con mi pareja. Pero la presencia de Marcus con dos de sus matones en el pasillo me detuvo.
-Vaya sorpresita nos dio Chris esta noche. Primero te metes en mis negocios, luego te metes con el novio de mi hija y ahora ¿también con mi hijastro? No puedo permitir eso. Yo no creo en las coincidencias- me dijo con esa típica mirada de mafioso.
-De a poco comienzas a acabar con mi paciencia, niña. Ya supe que tu amiguito, el policía, anduvo husmeando por donde no debe. Están navegando en aguas turbulentas.
-No tenía ni idea que Christopher era su hijastro- le dije pacíficamente.
-En cuanto a lo otro, juro que no descansaré hasta descubrir la verdad. Y si mis padres realmente están vivos, pasaré por encima de quien sea para recuperarlos- dije mirándolo a los ojos sin una gota de temor. Quería que supiera que no tenía miedo de desafiarlo.
-Tienes muchas agallas Alexa, pero eso no te hará ningún bien ni a ti ni a tus allegados- me amenazó.
-No te temo Marcus- dije por último antes de pasar por su lado para irme, pero el sujetó mi brazo.
-Aléjate de mi familia Owen, no quiero que vuelvas a ver a Christopher- me advirtió sin mirarme.
Me solté de su agarre y fui en busca de Chris. Él estaba esperándome con mi copa, le sonreí luego de recibirla.
-¿Está todo bien?- preguntó.
-Claro- respondí sin dejar de sonreír.
No me dejaría dominar por Marcus y sus amenazas. No tenía nada que perder. Me enfrentaría a él sin importarme las consecuencias. Algo se me ocurriría, había algo que Marcus no quería que descubriese y estaba casi convencida de que era que mis padres aún seguían con vida.
Si de una cosa estaba segura era de que no dejaría que esto se quedara así. Llegaría a la verdad como sea, aunque eso significara negociar con el terrorista.
Marcus se acercó a Christopher y a mí, comenzó a conversar con nosotros como si no pasara nada, creo que eso era bueno para mí, podría aprovechar para sacar algo a la luz.
-Entonces, Señor Ken, ¿A qué se dedica usted?- dije tratando de parecer curiosa.
-Bueno, Señorita Owen, yo me dedico a la importación y exportación de productos agrícolas- claro, ahora así le llaman a las metanfetaminas y cocaína.
-Supongo que sus hijos seguirán con la empresa familiar, ¿Cierto?
-Sé que Sophie lo hará, pero aún no he podido convencer a Chris de que lo haga. Confió en que usted lo convencerá- dijo con una leve sonrisa. Escuchar eso la verdad es que me relajó un poco ya que entonces Chris no estaba de acuerdo con la venta y distribución de drogas o bien no sabia nada acerca de eso.
-Yo espero que no lo haga. Quiero decir, él estudió una carrera que no tiene absolutamente nada que ver con los productos agrícolas. No creo que a Chris le interese su negocio, y me alegro por él- le dije mirándolo fijamente a los ojos.
Lo que más deseaba era que notara que yo era valiente y que le costaría bajarme de mi pedestal. Aunque por dentro sentía algo de miedo, no dejaría que me dominara. La sed de venganza era más poderosa.
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Sin limites
Action¿Qué sucederá cuando las vidas de Alexa y Dominic se crucen? ¿Podrá el amor y la amistad vencer todas las adversidades? Una historia de amistad, amor, peligros, velocidad y muerte.