Capitulo XIV

23 2 1
                                    

Llegamos al edificio en donde vivo y estacioné el auto. Dominic aún seguía conmigo.

-¿Es necesario que vengas a mi casa?- pregunté algo incomoda mientras subíamos por el elevador.

-No, pero lo haré de todos modos- respondió.

Estuvimos sentados en el sillón durante al menos una hora sin decirnos nada. Ni siquiera la tv encendí. Quería lograr que se sintiera incomodo y se fuera, pero no lo logré. Es terco.

Me levanté del sillón y me dirigí hasta la cocina en busca de un vaso con agua. Di media vuelta para volver a la sala y me topé con Dominic de frente a quien, no lamentablemente, mojé por completo. Él solo me miró de una manera algo picarona.

-¡Qué lástima! Ahora tendré que sacarme la remera- dijo para luego dar un ligero suspiro y quedarse completamente desnudo, de la cintura para arriba claro.

Giré mis ojos, y caminé por su costado para volver a la sala.

Me senté en el sillón y segundos después llegó Dom y se tiró pesadamente a mi lado. Él golpeaba su rodilla con sus dedos. Sabía que algo estaba planeando y yo sabía que era.

Apagué las luces y dejé encendida solo la lámpara de lectura. Volví a sentarme en el sillón y esperé unos segundos para luego subirme sobre las piernas de Dominic y besarlo apasionadamente. Estoy segura que a Dom, eso lo excitó ya que me tomó de la cintura y comenzó a besarme desesperadamente. Bajó el cremallera de mi campera y la lanzó a un costado del sillón. Me miró de una manera pervertida al notar que no traía más que mi sostén debajo, el cual comenzó a desabrochar a medida que acariciaba mi espalda. Yo desabroché su cinturón y luego el pantalón. Dominic se levantó conmigo rodeada de su cuerpo y me llevó hasta mi habitación. Me recostó en la cama y comenzó a quitarme el jean negro que traía puesto y mis botas.

En definitiva, el sexo con Dominic era muy placentero. Lo hacía de una manera tan sexy. Sus movimientos eran increíbles. Él, realmente sabía como hacer gozar a una mujer.

Cuando terminamos nuestro acto de amor, me levanté de la cama y me puse solo mi tanga, dejando mis pechos al descubierto.

-¿A dónde vas?- escuché la voz de Dominic.

Me limité a mirarlo y entré en la cocina. Saqué de la heladera dos botellas de cerveza y las destapé.

Volví a la habitación, Dominic ni siquiera se había movido. Le pasé una cerveza y me senté sobre él mientras se acomodaba para poder beber de la botella. Sentí su miembro aun erecto. Entonces lo miré seductoramente mientras bebía de mi botella.

No nos decíamos nada, solo nos mirábamos y bebíamos nuestras cervezas. Era una linda escena, para nada incomoda. Sabía que él lo estaba disfrutando al igual que yo. Estuvimos así por un rato, hasta que terminamos la bebida de las botellas.

Tomé su botella y la mía para dejarlas en el suelo y luego comenzar a besarlo nuevamente.

Terminamos teniendo sexo otra vez.

Me desperté como a las 6am, aún estaba muy oscuro. Entré al baño y me di una ducha. Cerré mis ojos para disfrutar del agua que caía en mi cara. Sentí unas manos que rodeaban mi cintura y unos labios que besaban mi cuello.

-No sé que es lo que tienes, pero me encantas- me dijo Dominic.

Sonreí mientras me giraba para tenerlo de frente. Dom era solo unos diez centímetros mas alto que yo. Podría decir que éramos perfectos juntos. Nos complementábamos. Al menos a la hora de tener sexo.

Terminamos de ducharnos y nos envolvimos con unas toallas. Miré la hora y faltaban cinco minutos para las 7am.

Era lunes, significaba que tenía clases. Dominic y yo nos vestimos. Él fue hasta la cocina a poner café en la cafetera. Entré por detrás de él.

-¿No te parece raro esto que tenemos?- le pregunté.

-¿Qué crees que tenemos?- me respondió con otra pregunta.

-No lo sé. Supongo que coincides conmigo cuando digo que se siente bien.

Él me sonrió y se acercó a mi para dejar un pequeño beso en mis labios.

-Sea lo que sea, me gusta- me dijo y luego sirvió dos tazas con café.

Bajamos hasta el estacionamiento y nos subimos a mi auto, dejé a Dom en el Parque Belmonte, en donde quedamos en vernos con Marcus en dos días. Pensar en eso hizo que me pusiera algo tensa.

Decidí llamar a Kev para saber cómo estaba, hoy volvía a trabajar nuevamente,

Llamada con Agente Adams;

-¿Qué pasó, Adams? ¿ya estas de vuelta en el trabajo?- pregunté cuando respondió.

-Claro, niña. Eso hacemos los adultos responsables- me dijo de buen humor- ¿Has podido averiguar algo sobre el caso de tus padres?- preguntó.

-Aún no tengo nada, pero tal vez el miércoles descubra algo.

-No estarás por meterte en problemas, ¿Cierto?

-No, ¿Cómo crees? Problemas es mi segundo nombre- respondí sarcásticamente.

-Creí que era Destinity- bromeó- Ten mucho cuidado, Alex.

-Lo tendré Kev. Debo entrar a clases. Nos hablamos luego- me despedí y colgué.

Bajé del auto y salí del estacionamiento de la universidad. Violet y Sam me estaban esperando en la puerta.

-Quiero saber como te fue en tu cita con Christopher- fue lo primero que pronunció Violet.

-Hola, yo estoy bien gracias por preguntar Violet y ¿tú?- dije con sarcasmo- Bueno, resulta que Christopher es el hijastro del posible asesino de mis padres- comenté y los mellizos me miraron con una expresión de ¿De qué mierda estás hablando?.

-Oh por Dios. Y ¿Ahora qué harás, Alex?- preguntó Sam.

-Bueno, Marcus Ken y yo tuvimos una pequeña reunión esta madrugada en el río. Nos veremos el próximo miércoles en el Parque Belmonte. Y en cuanto a Chris no he vuelto a hablar con él desde la fiesta. Me fui sin decirle nada, creo que eso le pudo haber causado una mala impresión de mí- les comenté antes de entrar a mi primera clase.

Luego de una hora de clases, entró al salón Dominic. Se dirigió directamente a donde yo estaba y se sentó a mi lado sin decir nada.

La clase terminó y me levanté para salir, pero Dominic me sujetó del brazo. Esperó a que todos salieran para poder besarme.

-El sábado, en la fiesta, en realidad no estaba con Sophie. Solo estábamos hablando. Ya no somos novios- me dijo.

-Y ¿Por qué me dices eso a mí?- pregunté algo confundida.

-Porque en verdad me gustas. Sophie y yo seremos solo amigos. Es una buena chica y dijo que no tenía ningún problema en que tú y yo estuviéramos juntos, siempre y cuando tú la ayudes a conquistar a Sam.

Les juro que en ese momento no sabía que decir. No me esperaba algo así.

-A ver si entiendo: yo te gusto y tú quieres estar conmigo, tu exnovia está bien con eso, pero quiere conquistar a mi amigo con mi ayuda. ¿Entendí bien?

-Resumidamente, sí.

-Esto es una locura- dije luego de un largo suspiro.

En el comedor me encontré con los mellizos y les conté lo que acababa de decirme Dominic. Los tres nos quedamos en silencio por unos minutos, como tratando de digerir todo.

-Le gusto a Sophie Ken- dijo Sam sin poder creerlo aún y con una sonrisa estúpida en su rostro.

Sin limites Donde viven las historias. Descúbrelo ahora