Capítulo 6: Gracias

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De fondo, se escuchaban las olas chocando con los cientos de piedras que habían esquivado antes y el silbido de la brisa mientras pasaba de largo. Sólo estuvieron unos minutos allí pero Makoto sintió que se había parado el tiempo mientras estuvieron observando el cielo por la cavidad entre las rocas. Aún recordaba cómo consiguió vencer su miedo al agua mirando a las nubes mientras nadaba. Eso hizo que observarlo le gustara, hubiera sol o nubes, de noche o de día. Había sido una grata coincidencia que Sousuke le mostrase algo tan importante para él sin saberlo. Sentía que mirar hacia arriba era su manera de volar, de superar las pequeñas cosas. Y ahora volvía a repetirse esa sensación. Intentó contener más lágrimas, debía aceptarlo ahora que por fin sus amigos habían dado ese paso. Quería demasiado a Rin y Haru, les deseaba toda la felicidad del mundo.

Se siente tan bien. Makoto tomó una bocanada de aire. Y lo expulsó lentamente tranquilizándose por completo. Aunque en su pecho aún sentía los estragos de haber llorado por largo rato. Después se quedó mirando a Sousuke sintiendo una agradable sensación que no pudo describir y le agradeció internamente que hubiera permanecido a su lado.

—Será mejor que volvamos antes de que suba demasiado la marea.— Sousuke seguía mirando hacia el cielo. No interrumpió la tranquilidad ya que a Makoto escucharle susurrar le había resultado melodioso.

—Sousuke, te puedo pedir un último favor.—se atrevió a decir

—No me has pedido ningún favor antes — bromeó encogiéndose de hombros. Pero era cierto, Makoto no le había pedido nada, Sousuke estaba con él en ese momento por impulso o amabilidad. Makoto dejó ver otra de sus sonrisas.

—Mis padres y mis hermanos se han ido hoy a Tokio a visitar a unos familiares y estoy sólo en casa. N-no me gusta quedarme sólo. Normalmente se lo pido a Haru pero... preferiría... Quiero decir... ¿te podrías quedar conmigo? Si no es molestia, por supuesto.— en ese momento Makoto no podía pedírselo a Haru, estaba demasiado sensible aún para hacerlo. Además sabía que si se quedaba solo en casa no dormiría del miedo o se la pasaría en vela pensando demasiado. Quería estar con Sousuke, era su mejor opción. Pensó en que quizá había sido egoísta de su parte acaparar su compañía así pero era por necesidad.

—Para mi no es ninguna molestia.— Sousuke sonrió y su sonrisa hizo que Makoto soltase una risilla antes de darle las gracias debidamente. Y se sintiera más liviano.

...

Los chicos recogieron sus mochilas, se sacudieron la arena y retomaron el camino. Apenas hablaban pero el silencio no era incómodo. Caminaron por la orilla, con los pies descalzos, hasta llegar a la playa que dejaron antes de lado. Pero algo llamó de momento la atención de ambos.

—¡Rin!— los ojos aguamarina se le abrieron como platos.

Antes de poder reaccionar, Makoto se le adelantó. Tiró con su mochila a un lado y comenzó a correr hacia el pelirrojos. Rin estaba sentado en la arena con la cabeza y los brazos apoyados en sus rodillas y con sólo la sudadera por encima.

Rin, no es tu culpa. No estés mal. Yo no quería entristecerme. Yo no debí llorar. Siempre supe que eras especial para Haru. No lo acepté. Yo soy el egoísta. No es tu culpa. No estés mal. Pensaba mientras corría hasta él.

Pero al llegar al lado de Rin las palabras se le atrancaron. Y sólo pudo decir su nombre.

—Rin...— Makoto dejó caer las rodillas en el suelo y le abrazó intentando deshacer el nudo en su garganta. Éste le devolvió el abrazo disculpándose repetidas veces.

—No quería hacerte daño, Makoto. Lo siento mucho.

No Rin, no es tu culpa. Yo estoy bien. De verdad. Yo he sido el egoísta. Además gracias a Sousuke... yo estoy bien, de verdad.

De repenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora