Capítulo 7: ¿Haru?

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En mitad de la noche, Makoto se removió en la cama y se dio la vuelta. Sousuke lo notó pero no le dio importancia y siguió durmiendo.

—Mmm.— Makoto encogió su cuerpo como si tuviera frío y apretó los puños contra su pecho. Esta vez, Sousuke abrió sus ojos y se levantó. Makoto estaba soñando, quizá teniendo una pesadilla.— T-tengo miedo. Sou-Sousuke, no me dejes sólo, por favor.

La súplica de Makoto hizo que a Sousuke se le paralizase el corazón. Le había llamado en sueños. A él que apenas creía que ser había ganado su amabilidad. Para tranquilizarlo se apoyó en la cama y le susurró:

—No pasa nada, Makoto, estoy aquí. No me voy a ir a ninguna parte. Estarás bien. — le apartó el pelo de los ojos y el cuerpo de Makoto se relajó poco a poco. Victorioso y sonriente Sousuke volvió a dormirse.

Un ángel. El pensamiento fue recíproco.

...

Un pajarillo comenzó a cantar cuando ni siquiera el sol había salido aún. Makoto despertó con su sonido. Abrió los ojos lentamente y se percató de que aún la oscuridad reinaba, ya que apenas comenzaba a amanecer. Sonrió al despertar por completo y observar que su mano estaba aferrada al meñique de Sousuke...

—Espera, ¡qué!

No tardó en sonrojarse. Alzó sus cejas sorprendido. No se había dado cuenta de que gritó no sólo en sus pensamientos por lo que Sousuke apretó los párpados y también despertó.

Miró su mano con sorpresa dos segundos antes de que Makoto alterado y nervioso la soltara. La situación embarazosa hizo que Makoto girase la cara pero tan pronto miró por la ventana exclamó de nuevo:

—¡Sousuke!

—¿¡Q-qué sucede!?— se asustó sin poder procesar la información anterior.

—¡Haru!

Sousuke se levantó lo más rápido posible y miró por la ventana, después dirigió la vista a Makoto que estaba tremendamente agitado.

—¡Aún tiene la luz encendida! Haru nunca deja las luces encendidas.— se levantó de la cama de un salto, cogió un par de mudas y le tiró las ropas a Sousuke. — Vístete.

...

Era demasiado temprano pero Makoto estaba muy preocupado, por lo que Sousuke, a pesar de no parecerle la mejor idea, le acompañó a casa de Haru.

Tocó el timbre y llamó pero no contestó nadie.

—Ven. — le dijo a Sousuke, le cogió de la mano y tiró de él hacia un lateral de la casa.

Entraron por el jardín. Al sol le dio tiempo al fin de asomar e iluminarlo todo lentamente. Corrieron la puerta y ahí encontraron a Haru.

—¡Haru!— gritaron a la par.

El chico estaba apoyado encima de la mesa. Se había quedado dormido con una toalla mojada en el cuello y sin probar bocado de la cena. Removió su cabeza entre sus brazos antes de despertar. De repente dió un golpe en la mesa que hizo vibrar la vajilla y gritó:

—¡Rin!— su respiración se aceleró pero poco a poco comenzó a tomar su ritmo normal.

Sousuke y Makoto se miraron extrañados. Haru se puso una mano sobre el rostro. Se encontraba un tanto desorientado y su cabeza dolía.

Sousuke observó a la mesa con detenimiento ¿había... dos platos de caballa? Haru debe haber estado esperando a alguien hasta quedarse dormido.

—Haru-chan ¿por qué no comiste nada anoche? ¿cómo es que te quedaste dormido aquí? No debes ser tan descuidado.— Makoto estaba en verdad preocupado.

De repenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora