De repente

Capítulo 10: Cuida bien de Makoto

Tras la visita a casa de Rin, todos regresaban juntos a casa. Pero, al llegar al lugar donde Nitori y Momo debían de separarse éste último observó curioso.

—¿Eh? Sousuke-senpai ¿no viene por aquí?- la voz de Momo era casi impertinente a oídos de Sousuke. El pelirrojo pensó que quizá sólo era debido a su mal sentido de la orientación.

Makoto habló saliendo al rescate.

— Sousuke se queda a dormir hoy en mi casa.—Nngh más que un rescate esto es todo un hundimiento. Pensó Sousuke y se quedó paralizado.

—¿¡¡Eeeh!!? —Nagisa y Rei que iban un paso por delante se giraron bruscamente.

—¿Y eso? ¿Como así?— Nitori fue el más inocente.

—B-bueno, es que soy un poco miedoso y no me gusta la oscuridad y como estoy sólo en casa pues le pedí a Sousuke que se quedase hasta que llegasen mis padres. —¿Podía una cosa tan cierta sonar tanto a excusa? Sousuke quería que la tierra lo tragara. Se sentía tan acalorado como avergonzado.

—Bueno entonces nos despedimos aquí. — dijo Nitori y saludó con su mano. Momo repitió el gesto y ambos se desviaron sin darle más importancia a los otros dos. Makoto asintió y los demás también se despidieron.

—Por eso estaban juntos tan temprano.— analizó Nagisa y después les miró con picardía.

Sousuke se volvió a paralizar. Deseó por encima de todo que el rubio no dijese nada vergonzo pero antes de que pudiera seguir hablando Rei le tapó la boca y cambió de tema.

—Ha estado genial la tarde ¿no? Mañana volveremos a nadar y todo volverá a la normalidad. — dijo con prisas y con su característica risa al final.

La normalidad. Sí, al día siguiente irían a nadar y al salir, todo acabaría. Sousuke pensó en ello. En Makoto. En no caminar con él hasta casa, no cenar con él, no dormir en su casa. Suspiró. Había sido demasiado afortunado, y ya pasó su tiempo se fortuna.

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Llegaron a las escaleras y Haru quien estuvo todo el camino ensimismado y sin escuchar conversaciones ajenas se detuvo antes de subir hasta su casa. Dió media vuelta y se giró hasta cruzar su vista con la de su mejor amigo.

—Makoto, lo siento y gracias por lo de esta mañana. — Sousuke y Makoto se quedaron callados sin saber qué responder. El primero por no meterse en un tema ajeno, y el segundo por no esperar las disculpas tan pronto. Haru hizo un silencio y después se dirigió al otro chico.— Yamazaki, cuida bien de Makoto.

Sousuke estaba muy avergonzado, esas palabras sonaban muy serias venidas de Nanase. Y exactamente así las tomó, como si con su espada tuviese que proteger al rey con su vida. Sin perder la compostura se metió las manos en los bolsillos y le respondió:

—No te preocupes. No pienso dejar que le pase nada malo.

—Sousuke.— susurró Makoto y abrió los ojos con sorpresa antes de dirigir la mirada hacia él. Juraría que su cuerpo entero respondió con un calor agradable tras escuchar eso. Lo hizo sonar tan bien. ¿Por qué le ardían las orejas?

Haru continuó subiendo las escaleras hasta su casa y Sousuke y Makoto permanecieron allí parados hasta que Haru entró. Makoto no podía dejar de mirar a Sousuke saboreando en su mente las palabras que acababa de decir atesorándolas en su mente. Asegurándose de guardarlas. No pienso dejar que le pase nada malo. Sousuke le miró de reojo y a Makoto se le removieron cosquillas en el estómago.

— ¿Vamos? —dijo el moreno con una sonrisa. Makoto tenía un nudo en la garganta y se limitó a asentir.

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