Capítulo 2: Todo en orden

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Después de informar a sus amigos, Rin volvió a Samezuka. Aún debía recoger sus cosas para llevarlas a casa de su madre. Al llegar a la habitación encontró a Sousuke guardando sus últimas pertenencias. Al verle tan concentrado, se apoyó en la puerta y le observó con detenimiento.

— Siempre dejando todo para el último momento, ¿eh?

— Vaya, señor sargento. Creo que alguien se ha levantado demasiado motivado hoy. — rió, pero Rin tenía razón. Había dejado todo para el final, incluso eso que debía decirle a Rin. Pero ahora había ganado más tiempo para hablar con él. Se había conseguido un pequeño estudio para pasar ese mes nadando con sus amigos tal y cómo Rin había preparado.

— Sousuke, prométeme algo. — el aludido dejó la ropa en la maleta y miró a su mejor amigo esperando que continuara ya que había dejado su actitud burlona y se había acercado a él tomado un tono serio. — No fuerces demasiado a tu hombro. Incluso si no quieres venir con nosotros lo entenderé.

— Tsk, qué molesto. — Rin se sorprendió ante la respuesta. — ¿Primero me incitas y luego no quieres que nade con mis amigos? — se hizo un pequeño silencio. Rin sonrió al escuchar como Sousuke, sin distinción, llamó a todos sus amigos. — Seguiré yendo al fisioterapeuta y prometo que si me duele en algún instante pararé de nadar en seguida, mi señor sargento.

Rin soltó una carcajada y ambos chocaron los puños. Después Sousuke continuó con su equipaje mientras le explicaba que ya había encontrado un lugar donde hospedarse. Rin se tumbó en la cama y le escuchaba atentamente y a pesar de insistirle que podía quedarse en su casa, el moreno no quiso. Además tenía un par de buenas razones para no hacerlo. Primero era demasiado independiente y no quería importunar a la familia de su amigo y segundo y más importante. Pasar los días bajo el mismo techo que Rin no era lo que quería justo ahora. Estaba decidido a darse su espacio y olvidarse de él.

Cuando ambos acabaron de prepararse salieron de la habitación y se encontraron con Ai-chan que venía casi llorando por el pasillo mientras Momo intentaba tranquilizarlo.

— Ai, está bien. Sólo nos vamos de la academia pero seguiremos viéndonos todos los días en la piscina. — dijo Rin.

— Eso es lo que estoy tratando de explicarle. — replicó Momo.

Sousuke soltó una risa leve y Ai-chan hizo un puchero. Rin y Momo no aguantaron y comenzaron a reír.

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Era ya entrada la noche y Makoto jugaba con sus hermanos. Ran intentaba hacerle trencitas mientras Ren evaluaba la situación cuando su mamá lo llamó:

— Makoto, cariño ¿puedes limpiar la vajilla?

Makoto dejó en la habitación a los gemelos para atender la solicitud de su madre, y en medio de la tarea recordó algo importante. Rin había dicho que habría que mantener la piscina y las estancias de Samezuka limpias...

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— ¡Haruuuu!

Llamó por enésima vez, pero como era usual nadie contestaba. Makoto entró a la casa y se dirigió directamente al baño. Su sorpresa fue grande cuando esta vez no encontró al chico sumergido en la bañera.

— ¿Haru? — volvió a llamar en el pasillo algo más preocupado. Entonces su mejor amigo asomó la cabeza desde la parte superior de las escaleras.

— Makoto. — dijo sin más. El castaño respiró tranquilo.

— Haru, ¿qué haces? Vamos a llegar tarde, Rin y los demás deben estar esperand...

— No sé cuál elegir. — interrumpió mostrando dos de sus bañadores desde arriba.

"¿De verdad? ¿Haru retrasándose cuando vamos a la piscina?" pensó Makoto. Después rió, debía de estar muy entusiasmado si le costaba tanto decidir. Eso era bueno.

— Son todos iguales Haru. — Haru miró hacia un lado con gesto de desaprobación y volvió a su habitación. Se colocó uno de los bañadores y bajó las escaleras.

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En Samezuka todos estaban esperando por ellos. Aunque había alguien impacientándose por encima de los demás.

— Tsk, ¿por qué habéis tardado tanto? — dijo Rin molesto.

— Bueno... Haru ha tenido un dilema con sus bañadores. — se disculpó Makoto.

— ¡Haruka-sempai! — Rei agarró del brazo a Haru pues éste ya tenía los pantalones en el suelo y estaba quitándose la camiseta para meterse a la piscina.

— ¡Haru, por el amor de Dios! — Rin se puso la mano en la cara sonrojada en muestra de exasperación. — ¡Al menos escucha primero lo que tengo que decir!

Haru miró a un lado con gesto de molestia y esperó a que todos atendieran a las explicaciones de Rin. El pelirrojo les expuso a los chicos las ideas que tenía. No eran entrenamientos exigentes (dando así un respiro a Sousuke), además todo estaba pensado para pasar un mes divertido entre todos. Cuando terminó con las explicaciones, Nagisa preguntó:

— Oye Rin-chan, ¿y cómo haremos la limpieza?

— Bueno... — Rin se rascó el cuello ya que era lo único en lo que no había pensado. Pero antes de que pudiese seguir, alguien salió al rescate.

— Yo ya había pensado en ello. De hecho, tengo un cuadrante con lo que hay que hacer y todo organizado para que sea sencillo y... — Makoto paró de hablar al levantar la mirada y se sonrojó al ver que Sousuke le estaba mirando tan asombrado. ¿Qué hacía tan absorto en él como si fuese un espécimen extraño? Sin embargo, andaba equivocado, Sousuke sólo pensaba en lo generoso que el castaño había sido por plantear aquello él solo. Después sonrió y Makoto se sonrojó aún más, pensando que había hecho de alguna u otra manera el idiota.

Al ser consciente de aquel inocente sonrojo Sousuke sintió un fuerte latido dentro de su pecho y notó que también la sangre le subía también a él a las mejillas. ¿Qué de repente?

Rin estaba anonadado pero de pronto reaccionó y sacó a todos de sus pensamientos:

— Makoto eres el mejor. — Makoto desvió su mirada de Sousuke y sonrió a Rin con alivio mientras este le pasaba un brazo por los hombros. El pelirrojo apoyó su cabeza contra la de él y le agradeció.

Sousuke sintió otro golpe fuerte, pero esta vez en el estómago. Algo que desde luego no le gustó. ¿Acaso estaba celoso de Makoto? No tenía sentido, después de todo a Rin le gusta Haru.

— He separado los días para que limpiemos por parejas. Así limpiariamos casi dos veces a la semana y bueno... Sólo... Lo único que habría que hacer es echar a suertes a quien le toca. — explicó Makoto.

— Está bien pues vamos a ello. — dijo Rin.

Los chicos echaron a suertes la pareja de limpieza, al final los resultados fueron los siguientes : A Nitori le tocaba limpiar con Rei, a Nagisa con Haru, a Rin con Momo y a Sousuke con Makoto.

Una vez todo preparado, Rin miró a Haru con un brillo de picardía en los ojos y enseñando los afilados colmillos. Como observando a su presa. Haru retrocedió un paso asustado.

— ¿R-rin?

— Jé... ahora sí, Ha-ru-chan. — dijo para molestarlo mientras se acercaba lentamente a él. Haru se sonrojó, dio otro paso atrás y antes de que pudiese hablar Rin lo había lanzado al agua. Cosa que no pareció importunarle pues seguidamente se puso a nadar.

Por su parte, Sousuke se sintió aliviado observando la situación, ya temía tener que limpiar con Haruka. No es que lo odiase ni nada de eso, pero era Haru. Después de todo, era pronto para sentirse del todo cómodo con él. Por otra parte, también agradeció de que entre todos, Makoto le ayudara con la limpieza le pareció la mejor de las opciones y la persona más responsable. La carga de su corazón se hizo liviana entonces admirando otra vez la sonrisa de aquel castaño.

De repenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora