De repente

Capítulo 18: Arreglos

—¿Sou-Sousuke? ¿Rin? —dijo Makoto sorpendido por la visita mañanera.

Haru se levantó lentamente del suelo, sus ojos resplandecían mirando al carmesí de los de Rin. Dió un solo paso y de pronto, el pelirrojo lo sacó de la casa jalándolo con energía por la camiseta hasta encararse con él.

—Como vuelvas a despertarme sin motivo aparente te hincaré los colmillos.— amenazó a pesar de tener un brillo especial.

Una parte de Haru, quiso que lo hiciera justo en ese momento. Sus colmillos ahora, apretando en su cuello. Pero quizá había demasiada gente alrededor como para permitírselo. Sacó el pensamiento de su cabeza. No se iba a dejar ganar tan fácilmente.

—Si lo único que querías es dormir plácidamente entonces deja de preocuparme para dormir también.

—¿Cómo puede decir eso alguien que se ha quedado "plácidamente" dormido en el vestuario? —protestó el pelirrojo.

—Si no te aparecieras cada noche haciéndome soñar cosas raras dormiría a mis horas.— Haru miró a un lado pero Rin devolvió su vista al frente con un dedo.

—Yo también sueño raro y no culpo a nadie, así que ¿qué culpa tengo yo de ello?

—Te lo he dicho si te comportas raro me preocupas.

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Sousuke no entendía nada.

—Parecen unos críos. Yo pensé que estos dos iban a arreglarse.— le susurró a Makoto, quien rió, y le llevó a confundirse aún más.

—Y lo están arreglando. A su manera.— dijo mirando a los otros dos.— ¡Oh, Sousuke ! — Makoto cambió su expresión a una totalmente desesperada.— ¡No deberías haber venido! ¿O... si? Aaagh, no sé. —se revolvió el pelo sin saber qué hacer. De pronto le cogió de la mano y le rogó explicándole la situación.— Necesito que me ayudes con Ran y mamá. Verás...

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—¿Cómo esperas que no me comporte raro si te enfadas conmigo antes de que me de tiempo a explicarte?

—La próxima vez habla conmigo debidamente. Quiero saber antes que nadie qué es lo que te preocupa.— Rin nervioso ante esas palabras apretó la camiseta de Haru. Sus ojos azules volvieron a apartar la vista, esta vez porque sabía que no podía seguir mucho más con aquella discusión sin sentido. El deseo de acercarse más le inundaba el cuerpo.

—Deja de hacer eso.

—¿Hacer qué?

—Girar tu cara. No puedo ver tus ojos.— Rin también se derrumbaba. Estaba ahí, discutiendo, cuando en su cabeza sólo rondaba el deseo de volver a abrazarle.

—Rin.

—¿Qué?

—Cumple hoy tu promesa.— no pudo jugar más, Haru de verdad necesitaba saber que Rin estaba bien con él. Al otro le saltó el corazón en el pecho y con lentitud soltó la camiseta de Haru.

—Nada me hará incumplirla.— dijo seriamente. Tras unos segundos sonrió con seguridad.

Haru volvió su cara para encontrarse con la mirada de Rin. Ahí estaba, su Rin, de nuevo él.

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Cuando Makoto acabó de explicarle a Sousuke. Éste quedó asombrado e incluso sonrojado. A Makoto no le había quedado más remedio que contarle a su madre, pero aún así sintió que era importante, que quizá sí que se había hecho un hueco en su corazón. Dio un suspiro y contestó: