Capítulo 8: Chicos, hoy no vamos a nadar

1.5K 141 46
                                    

Los tres chicos volvieron a casa. El ambiente estaba tan tenso que parecía que podía romperse si alguien hablaba. Haru seguía enfadado por lo que Makoto y Sousuke no se atrevieron a decir nada que pudiera acrecentar su estado. El silencio no se rompió hasta llegar a casa de Makoto. Y la voz dulce del mismo fue la única valiente:

-H-Haru nos vemos luego en la piscina.

El aludido se limitó a asentir y siguió subiendo las escaleras hasta su hogar.

El teléfono de Sousuke sonó cuando Haru desaparecía por el callejón.

-¿Sí?

-Sousuke. Soy Gou, verás...

...

-Me temo, que vamos a tener que volver a visitar a Haru- dijo Sousuke tras unos minutos al teléfono. No parecía tener mucho entusiasmo.

-¿Qué ha pasado?- Makoto se volvió hacia él.

-Rin. Está en cama con fiebre. Debió pillar un resfriado ayer por correr por ahí semidesnudo con el pelo y el bañador mojado. Me temo que hoy no vamos a ir a nadar.- Sousuke resopló sonoramente y su mirada se posó en su mochila.- Cambiando de tema, Makoto. ¿Cuándo vuelven tus padres?

-Mañana. Seguramente lleguen en el tren de la tarde.- respondió el chico con un gesto pensativo y un dedo en su mejilla.

Sousuke metió las manos en los bolsillos y volvió a resoplar:

-Vamos a informar a Haru y después acompañame a casa.

-¿Eh?- Makoto parpadeó extrañado. No seguía una relación en las cosas que estaba diciendo Sousuke.

-Si me voy a quedar otra noche más al menos debería ir a por mi ropa... Aunque...- cruzó los brazos con un exagerado gesto concentrado. Después sonrió hacia Makoto y chasqueó los dedos.- No, mi pijama no. Prefiero el tuyo.

Makoto se sonrojó. Un segundo después comenzó a reír al recordar a Sousuke con su pijama de perritos. Y al hacerlo quedó embobado al moreno preguntándose cuantas veces más podría escuchar esa risa hasta saciar su corazón.

...

Después de llamar a Nagisa para que informase a los demás, Sousuke y Makoto volvieron a casa de Haru. Makoto llevaba una caja de leche bajo el brazo, aunque Sousuke no sabía bien para qué hasta que vio al castaño, parado en mitad de las escaleras para darle de beber a un par de gatitos diminutos.

-Hoy no me puedo quedar mucho tiempo- los acarició suavemente y se levantó buscando la mirada de Sousuke.- ¿Continuamos?

A Sousuke se le enterneció el corazón y dulcemente asintió aceptando que no podía estar tranquilo con esa tierna sonrisa y esa amable mirada haciendo de las suyas con su pulso.

Se encaminó tras el hasta la casa de Haru no, quien para sorpresa del castaño no tardó en abrir la puerta.

-¿Qué hacéis aquí otra vez?- suspiró.

-Haru, me temo que esta tarde no vamos a ir a nadar.- dijo Makoto.

Haru les miró confuso.

-Rin ha pillado un catarro y está en casa con fiebre.- explicó Sousuke.

Un movimiento brusco en el interior de su pecho y a Haru le dieron ganas de salir corriendo para ver a Rin. Pero no lo hizo. Seguía enfadado. Sabía que algo raro estaba ocurriendo y nadie quería decirle nada. Ni siquiera Rin, y eso le molestaba.

-Está bien- dijo por fin y agachó el rostro al suelo uniendo sus cejas.

...

La casa de Sousuke estaba muy limpia y ordenada. No había nadie puesto que estaba viviendo sólo. Mientras él cogía su ropa y un par de cosas más para llevarlas a casa de Makoto, éste le interrumpió:

De repenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora