CAPITULO 3- Empecemos.

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En la salida caminando con uno de mis mejores amigos llamado Enrique, aquel que me presento ha Ana, noto que voltea atrás y se detiene, Ana venia sola, detrás de nosotros, pero cuando la notamos veo en su rostro desagrado total, supongo que no quería encontrarnos, pero lo hizo, esperamos a que se acerque y Enrique le empieza a preguntar cosas tontas ya que ellos se hablan de antes, entonces en un punto de nuestra caminata ella y yo quedamos solos al frente, así que le pregunto dónde vive, ella de mala gana me contesta, pero después de unos segundos ella me pregunta lo mismo y le contesto, su indiferencia me causa cierta intriga ya que en Messenger parece que es otra, parece más amigable y amable y en persona es todo lo contrario, pero es divertido ver cómo trata de resistirse a algo que siente, así que me echo a reír, ella sume el entre ceja y me pregunta de que me rio, pero solo la volteo a ver y la abrazo, lo más fuerte que me dan mis brazos, y siento su cuerpo pegado al mío, ella no hace nada, lo cual le da toda la razón a mi teoría de que se quiere complicar conmigo, pero no lo lograra, le doy un beso en la mejilla y me voy.

Al transcurrir las semanas nuestras pláticas en chat aumentan más, pero en la escuela ella me ignora completamente, ni siquiera me voltea ver, a veces lo hace muy discretamente. Un día caminando por la parte trasera de la escuela, en una banca, veo sentada a Ana con un chico de tercer grado llamado Esteban, si concideramos de los estereotipos de la escuela el también forma parte de la comunidad ''atractiva'' de chicos de tercero, y digo también porque yo pertenezco al mismo estereotipo, pero valla, Esteba y yo tuvimos diferencias, ya que Lucia iba en su salón de él, pero el jamos intento nada con ella, solo era su amiga, pero a veces siento que usaba su amistad como pretexto para hacerme enfadar, y si, ver a Ana ahí sentada con él me puso raro, raro no en el aspecto ''celoso'' o tal vez sí, pero no por ella, ni por él, más bien era la forma en como lo miraba Ana, realmente le interesaba cualquier estupidez que saliera de su maldita boca, además sonreía como si fuera afortunada de estar con él, aunque realmente él era el afortunado, después de las novias que ha tenido, ninguna se comparaba con Ana, pero él no lo apreciaba, él era uno más, un más que prefería a las guapas. La idea de que el pensara cambiar de guapas a bonitas con Ana, me estremeció, y de la nada un impulso se apodero de mi cuerpo, fui caminando hasta donde ellos estaban, Ana volteo y vi en su cara miedo, ¿Miedo de que? Tal vez a que Esteban se molestara si yo me le acercaba, pero para ese momento ya la había saludado de beso en la mejilla, y la cara de Esteban explotaba en furia reprimida. En la salida de ese mismo día espere a que Ana saliera de su aula, y la encontré.

-¿Te puedo acompañar?- Pregunto sonriente sin un gramo de miedo ni ansiedad.

-¿Acompañar a dónde?- Dice burlona y con una pequeña sonrisa.

-Pues a donde vayas.- Digo y ella ríe un poco, asienta con la cabeza y nos marchamos.

Caminando hubo un profundo silencio incómodo. Nada, ni palabras ni miradas, ella miraba a los lados y de vez en cuando me regalaba una sonrisa.

-Creo que te caigo mal.

-No, no, para nada, es solo que no sé de qué hablar.- Me asegura.

-Valla, valla, Anita a la que en el chat no le paran los dedos pero en persona no sale ni una palabra, ¿No será que te pongo nerviosa?- Le digo con un poco de sarcasmo.

-Ah... Me llamo Ana, no Anita... Y no David no me pones nerviosa.- asegura mientras se ruboriza.

-Bien, pues a mí sí me pones nervioso, porque me gustas.- Le digo mientras ella levanta las dos cejas y abre un poco la boca, es difícil descifrar si esta sorprendía u ofendida.

-Creo que también me gustas.- dice por fin de un enorme silencio. Le sonrió, y sin pensarlo me lanzo a sus labios y ella responde.

A partir de ahí, lo demás es historia, todos los días nos íbamos juntos, a veces cuando nuestra salida no coincidía ella me esperaba o yo a ella. Esteban paso a la historia, solo una vez, cuando ella y yo salíamos hubo un mal entendido, segun ella, no me quiso decir a qué hora salía, me moleste y al día siguiente una amiga mía me dijo que se había ido de la mano con Esteban, por supuesto le reclame pero ella negó todo, aun creo que fue verdad pero sinceramente no me afecto tanto como creí que lo aria, y desde ese día jamás me llego ningún rumor de ellos ni nada. 

El mal del mismo amor.Where stories live. Discover now