Capítulo 8

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Sehun

—Sehun... —Reaccione, mis brazos cayeron inertes y me aleje de Arang. Para después caminar con rapidez al auto y subir en el, dejándola a ella atrás.

Golpee el volante con fuerza, parecía que no me conocía a mí mismo. Arang entro segundos después, posicionándose en su lugar sin decir nada. Porque, ¿Que demonios me habia sucedido?

No me atrevía a verla a la cara, no tenía palabras para excusar mi repentino comportamiento. Así que simplemente encendí el auto y emprendí nuestro camino de nuevo.

Decir que estaba sorprendido, era poco, la sorpresa por mis actos era igual, o mayor a la de la misma Arang. Miles de preguntas inundaban mi mente en ese momento, preguntas a las que parecía no encontrarles respuestas. Y una de ellas era, ¿Qué me había hecho abrazarla? ¿En qué momento mi mente fue capaz de dominarme y la atraje a mis brazos?

La mas extraña, ¿Cuándo empecé a anhelarla, si me hice jurar a mí mismo que no me interesaría de nuevo en otra mujer?

Parecía que cuando estaba junto a ella, una fuerza desconocida nacía entre nosotros haciendo que me olvidara por completo de mis planes, y juramentos, que para ser exactos, era la misma fuerza que me había impulsado a seguirla aquella noche de mi regreso a Corea cuando la encontré en el puente gritando y llorandole a la noche. Que incluso podía ser esa misma fuerza que me impulso a ir de igual manera detrás de ella cuando la vi salir del restaurante donde me encontré con ella por segunda vez, porque si, la reconocí en el instante que salio del lugar y que puedo decir, fue esa misma noche, cuando ella y mis padres pusieron mi vida de cabeza.

Había pasado un momento agradable con ella, debía reconocerlo, luego de por segunda vez ayudarla. La pobre temblaba debido a la fría noche, y si a eso le añadíamos el aspecto de su rostro, bueno eso no hizo otra cosa, más que de mi naciera quedarme y aligerar eso que la estaba atormentando. Sorprendido por lo amena que había resultado la conversación entre nosotros.  Como las coincidencias que empezaron a surgir cuando me dijo que esa noche había ido a conocer al hombre con el que iba a casarse, bueno nuestros amados padres, no hicieron otra cosa más que sorprendernos, cuando resultó que yo era su prometido y ella la mujer con quien iba a casarme.

Si ya de por si no podía dejar de pensar en ella, cuando para mí era solo la "Chica desconocida del puente", menos pude sacarla de mi cabeza luego de que se anunciara lo de nuestro compromiso. Me había sorprendido lo fácil que había aceptado la vida que nuestros padres habían destinado para nosotros. Tan calmada y quitada de la pena.

Por como la había encontrado antes, hubiese supuesto que haría algún berrinche, o tal vez saldría corriendo, otra chica en su lugar lo hubiera hecho. Pero no. Arang no lo hizo. No se enojó o hizo algún berrinche, simplemente se quedó ahí, callada.

Su silencio despertó mi curiosidad, así que aunque sonara cruel, me puse a averiguar sobre su vida, obteniendo solo decepción al no encontrar nada de ella. Después me dije que estaba bien, que era mejor así, no saber de su vida, pues mis planes no eran precisamente estar toda mi vida a su lado.

No sabía cómo era que me sorprendía su actitud calmada, quizás si, cuando yo actuaba igual que ella. Sin embargo, en ese momento me daba lo mismo este repentino matrimonio... me sentía desesperado, lo único que buscaba era arrancar la imagen de Minah de mi cabeza a como diera lugar, quería borrar el vacío que sentía en mi pecho y que cada día que pasaba parecía hacerse más grande.

Minah parecía estar convirtiéndose en una maldición, mi maldición. Y yo tenía que alejarme de ella a como diera lugar... y para ello mi mejor salida, había sido ese matrimonio. Aunque pensándolo ya mejor, sonaba patético que quisiera olvidar a Minah casándome con Arang.

Segunda Oportunidad para el Amor || Sehun Where stories live. Discover now