Segunda Oportunidad para el Amor || Sehun

Capítulo 20

Sehun Point of View...

Decir que parecía loco entrando y saliendo de casa, fue poco comparado con las miradas de algunos de los vecinos que pasaban a esa hora de la mañana rumbo a sus caminatas matutinas. Probablemente el aspecto que daba en ese momento era mera lastima. Incluso el tipo de la segunda casa de a lado no dejo de verme en todo el rato que estuvo regando el jardín del frente de su casa, y que decir de la muchacha de la casa de al lado, que cuando estaba barriendo la calle, no supo disimular que me miraba. ¿Tan lamentable me veía? Probablemente así era, y es que no había dormido en toda la noche.

Había recorrido la mayor parte del vecindario buscando a Arang, que no era como que ella hubiese entablado alguna amistad con algunas de las vecinas, porque la mayoría del tiempo estaba en casa, o en la galería que administraba Lia, recorrí cada bar cercano a casa, cuando la recordé ebria el día que nos cruzamos, incluso conduje hasta el rio con el corazón casi desbocado creyendo encontrarla ahí, Y cuando mi búsqueda se volvió en vano, lastimosamente me di por vencido a media madrugada, aunque no dejaba de pensar en ella. Y entonces había salido a la cochera en espera de Arang.

No había noticias de ella, y no quise armar escandalo llamando a mis padres o los de ella. Conociendo a los míos, se hubieran dejado venir en cuanto les dijera que no sabía dónde estaba Arang. Además de las obvias explicaciones que hubiesen pedido. Y que por supuesto no iba a molestarme en dar.

Intente comunicarme con ella, pero todas las veces que la llame al celular, aparecía un "Usuario fuera de servicio" y me mandaba al buzón de voz, a la única a la que me atreví a hablarle fue a Sun, se amiga, algo en mi cabeza me decía que había una mera posibilidad de que Arang estuviera en su casa. Pero cuando Sun me pregunto si algo había sucedido entre nosotros y dijo que Arang no se encontraba con ella, no supe que responder, y solo colgué la llamada.

— ¡¿Quieres parar de dar vueltas?! —espetó Suho, había llegado cerca de las diez de la mañana, al percatarse que no había ido a trabajar y porque según él, solo desaparecía y a él le dejaba todos los pendientes. Dejo la taza con café que tanto insistió en prepararme, sobre la mesa.

Inconscientemente caminaba de un lado para otro, observando el caminar de las manecillas del reloj, sintiendo el pasar de las horas con la incertidumbre de no saber nada de Arang. Mientras mi mente era invadida por esos pensamientos absurdos que lo único que hacían era hacerme perder la cordura, negándose a abandonarme por un momento. Lo cierto era que no podía, y no iba a parar mientras no tuviera noticias de ella. No cuando ya había amanecido e iba a ser mediodía y ella no había aparecido en todo el transcurso de la noche y por si fuera poco la ansiedad estaba acabando conmigo.

— ¡Para de una vez hombre! —grito Suho.

—No puedo hacerlo, no lo entiendes. No, obviamente no vas a entenderlo. No es tu esposa y la mujer que amas la que está desaparecida.

— ¡Espera ¿Qué?!—pare en seco. Dándome cuenta de lo que había salido de mi estúpida boca. —Sehun, t-tu, acabas de decir que amas a Arang.

Sí, lo había dicho. Haciendo caso omiso a la contestación que esperaba Suho de mi parte, saque mi celular del bolsillo de mis pantalones, con la mínima esperanza quizás de que Arang hubiese regresado al menos uno de los mensajes que le había enviado durante la noche. O que al menos se díganse a responder mis llamadas. Pero el teléfono estaba igual a como la última vez que lo había revisado. Con la última llamada que le había hecho a Sun.

—Mierda Idiota — ¿Desde cuándo Suho maldecía? Y me maldecía. Voltee encontrándome con su escrutadora mirada — Lo siento, la emoción del momento. Como sea. ¿Cuándo sucedió?