Allan
Me encontraba solo en casa. Mamá, papá y mi hermano, estaban de viaje. Regresaban mañana, por la mañana.
Seguía repitiendo y repitiendo, como hace una semana, fui un tonto, soy un tonto y seré un tonto. Por dejar a Megu, ella no se merecía algo así. Quisiera regresar el tiempo, nunca haber aceptado aquella cita, detener aquel beso. No he vuelto a ver a Megu, desde entonces. No porque no quiera, ella nunca sale, me he pasado horas y horas esperando detrás de esa puerta. Con una esperanza, pero no. Mis esperanzas cada vez son menos, cuando veo las luces de su cuarto apagarse. Si la pudiese ver por tres segundos, solo eso le pido, para decirle dos palabras. Aquellas que han estado rondando en mi cabeza, desde aquella noche. "Te Amo"
Muchas veces no vemos la importancia de las palabras, para nosotros son solo eso "simples palabras" yo he encontrado el significado de mis palabras, desde que encontré para quien iban dirigidas. Las palabras son especiales, siempre y cuando la persona para quien va dirigida es especial.
DIN DON DAN
Al escuchar el ruido, volví a la realidad, dejando mis pensamientos por un lado. Estaba en mi cuarto, acostado, con la luz apagada y las cortinas cerradas. Viendo hacia la nada, como siempre.
Decidí abrir la puerta, debo confesar, que por un momento mi animo subió; solo de imaginarme que, quizá quien tocaba la puerta era aquella chica, que me robo el corazón.
Al abrir la puerta, me llevé la sorpresa más grande de mi vida. Quien estaba detrás de esa puerta, era una chica. No cualquier chica, tampoco "mi chica" al verla, ella estaba volteada, su mirada en los arbustos. Me atemorice, sé que es una chica, pero me intimida. Dudé en hablar, quizá podría salir corriendo, pero no.
-¡Oye! Creo que... -no tenía la menor idea de a quien se dirigía.
-¿Aby? -dije dudoso.
-¡Hola! -Dijo con normalidad. Su tranquilidad me asustaba. Esperaba más de ella. No lo se, tal vez un grito por su parte ¿un golpe? Pero no, solo era ella hablando con tranquilidad. Nada normal de ella.
-¿Que haces aquí? -pregunté nervioso.
-Vengo de visita. -contestó inspeccionando cada rincón de la casa, con la mirada.
-¿Tú?¿de visita? -traté la manera de hablar tranquilo.
-¡Sí! ¿Algún problema con eso? -y allí estaba la Aby que conozco, tanta normalidad me asustaba.
-Si, es decir no. Lo que trato de decir es que, no puedo creer que tú Aby Ross, este de visita. -no sabía lo que estaba diciendo, estaba muy nervioso.
-Explicate. -exigió.
-No te esperaba ver, después de lo que paso, ya sabes el "pequeño problema" -dije haciendo comillas con mis manos. Ese tema me incomodaba.
-¿Pequeño? Bueno, eso ya quedo en el pasado. Recuerda, pasado pisado y presente... -se quedó callada. -es el presente. -continuó.
-¿Esta bien? -no sabía si confiar en ella o no.
-¿Qué no me invitarás a pasar? ¿O comeremos aquí la pizza? -sostenía en sus manos la caja de pizza, con su típica expresión.
-Sigues siendo la misma. Ven acá. - la atraje hacia mi y la abracé. Le hacía falta, era como mi hermana pequeña. Que puedo decir, la quiero mucho. Entramos y ella miraba cada rincón, como hace un momento.
-¿Estas sólo? -preguntó.
-Sí. ¿A qué has venido?
-A ver una película y comer pizza. Te extraño. - esto último lo dijo, con la mirada hacia otro lado.
-yo también, ¿cómo esta... -no me atreví a preguntar. No estaba seguro de su reacción.
Fui a la cocina por dos vasos con agua. No sentamos en la sala a ver la película y comer. Me la estaba pasando bien.
De pronto, tuve mucho sueño. Como que si no hiera dormido es semanas. El sueño, poco a poco me venció.
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Miradas que Enamoran (Mario Bautista)
Teen Fiction-¿Nerviosa? -Preguntó. -¿Por qué motivo? -lo desafío. -Lo mismo me pregunto ¿Por qué motivo la "Reina del sarcasmo" está nerviosa? -Me quedo en silencio. -¿Dónde quedó aquella chica sarcasmo? -Continúa. -Simplemente estoy en modo "No hablo con idiot...