El destino en veces puede ser demasiado cruel haciendo que una persona sufra y pase por momentos duros en su vida, pero al final siempre hace que esa persona tenga su recompensa.
Tsunayoshi no es la excepción, ya que después de pasar por tantas co...
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Era sábado por el mediodía, los rayos del sol se colaban por la ventana del cuarto de Takeshi. Tal cuarto era un desastre por la noche anterior. Vasos y basura tirados en el suelo, alcohol tirado por todas partes, etc.
En el escritorio se encontraba el mayor de los tres festejantes acostado dando ronquidos muy molestos. Y tenía un traje negro puesto.
En el suelo se encontraba el dueño de aquella habitación mientras abrazaba una botella de sake completamente vacía. Este tenía ropa muy reveladora, quién sabe de donde la sacó, y junto al traje llevaba un látigo, todo esto era de color negro.
Y en la cama se encontraba acostado el castaño que todos conocemos y amamos, derramaba saliva de su boca y tenía su cara rayada de garabatos con marcadores de colores, en su cabeza llevaba un gorro de fiesta.
Abrieron la puerta de la habitación y se trataba del dueño de la casa. Que al ver al escena se quedó sin palabras. Había logrado escuchar algunas cosas que pasaron anoche pero al ver las consecuencias no supo que decir.
Sentía feo despertarlos ya que al parecer terminaron de festejar muy tarde, pero no soportaba el hecho de que el cuarto de su hijo siguiera hecho un desastre.
Se acercó a donde estaba su hijo y lo sacudió levemente.
-Takeshi.........Takeshi ya levántate.- le dijo hasta que el Yamamoto menor empezó a abrir lentamente sus ojos pero con el llegó un fuerte dolor de cabeza.
-Hola uugggh....- el joven sentía como su cabeza iba a explotar. Vio a su alrededor como había quedado el desastre en su habitación -Que loco estuvo anoche...ugh.- volvió a quejarse mientras se sentaba y veía a su papá.
-Despierta a los demás mientras que les hago el "desayuno", ya es mediodía. No quiero que Reborn-san llegue por Tsuna y no quiero que vea todo este desastre.- dijo el Yamamoto mayor y salió de la habitación dejando al joven con un gran deber.....Despertar a sus amigos.
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Se paró lentamente y se dirigió a despertar a Ryohei primero quien aún seguía roncando como si nada en su escritorio.
-¡Senpai....Senpai despierte por favor!- dijo sacudiéndolo fuertemente ya que no era fácil despertar al albino. -Senpai.....Hana vino a verlo.- con eso dicho el mayor abrió sus ojos y se paro rápidamente.
