Capítulo Uno.

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-¡Oh, Joseph!- Dije colocando una de mis manos en mi frente, echándole algo de drama. -¡Amado mío, no me dejes sola en éste mundo!- Me arrodillé frente a el cuerpo de mi compañero de teatro, el cual estába "muerto".

-¡Corte! ¡Corte! ¡Paren ya!- Rodé mis ojos, odio que arruinen mis escenas dramáticas. -¡Sebastián, deja de reírte! ¡Se supone que estás muerto, no coleando como lombriz!- Gritó Fernando, mi profesor de teatro. El timbre sonó. - Ugh, vamos no pierdan el tiempo, largo de aquí.- Nos indicó mientras colocaba sus dedos en el puente de su nariz.

Sebastián rió. Idiota.

(...)

Las clases acabaron y las vacaciones comenzaron. La mayoría de los adolescentes de mi escuela se irían a acampar, pasar el rato en la playa con sus amigos o familias. Pero yo no, mi única amiga es una niña exploradora que vive al lado de mi casa, mamá anda con sus amores de un rato y papá se fue de casa. Genial.

Llegué a casa, tire mi mochila en el sofá y me dirigí hacia el refrigerador.

Me preparé un sándwich y me eché a ver Netflix, la vida de toda adolescente antisocial.

El timbre sonó, sonó, y sonó. Quiana.

-¡Despegate del timbre! ¡Ya lo oí!- Suspiré de cansancio. Al abrir la puerta se encontraba una Quiana muy sonriente.

-¡Que hermoso que ya estemos de vacaciones! ¿No?- Ella se puso pensativa. Era una niña muy rara.

-No lo creo, ¿vas a entrar?- Cuestioné a la pequeña personita, su madre era muy obstinada, pero me amaba. La niña también.

-¡Oh, por supuesto! ¡Santo Domingo, tengo tanto que contarte sobre lo que pasará en éstas vacaciones!- Tan activa como siempre, Quiana alegraba mi día, mayormente.

-¿Sí? ¿Qué es?- Sonreí, a ella se le iluminaron los ojitos.

Ella soltó un mini gritito.

-¡Unos amigos que hice en Los Angeles vienen a quedarse en la casa del frente! Y... ¡Oh, por lo mares! ¡Ellos son hermosos!- Sonreí ante la idea de nuevos niños con los que Quiana podría jugar y dejar de interrumpir mi Netflix.

-¿Si? ¿Y mamá lo aprueba?- Ella asintió frenéticamente. -Bien, ¿cuándo vienen?- La pequeña que tenía en frente empezó a correr y gritar de felicidad por todo el comedor. Sus palabras eran bastantes claras "Why Don't We viene mañana.", no presiento nada malo.

(...)

Okey, desde ayer que no veo a Quiana y al frente supongo que ya están sus amigos, porque ayer vi a el camión de mudanzas allí.

Bien, he de admitir que estoy siendo muy feliz. Ya saben, desparramada en el sofá de mi sala, con frituras de las que busque, viendo "American Horror History" ¿Quién podría pedir más?

El timbre sonó.

Una.
Dos.
Tres.
Tres veces.

-¡Ya voy!- Maldije a Quiana por lo bajo y me levanté hacia la puerta. Pero al abrir la puerta, Quiana no se encontraba sola. Ella estaba con cinco chicos más detrás de ella.

-¡Hola, tú!- Alargó la última letra.

-¡Hey, pequeña personita!- La abracé.

-Mira, ellos mis mi amigos de "El ley"- Hizo comillas con sus deditos. Reí. -¡Oye! No te rías, mamá dice que es más corto que decir todo el nombre.- Se cruzó de brazos.

-Sí, pero se pronuncia "L.A."- Su boca se formó una "O" mientras asentía. Reí.

-¿Podemos pasar? - Sonrió la chiquita.

-¡Oh, que mal educada que soy, adelante!- Y así fué como mi vida, y otras cosas que ya olvidé, acabaron en algo más raro de lo que parecía y con dramas dignos de telenovelas.

Hey, ustedes.
Voy a ser algo directa, idc.

Necesito saber si quieren que la protagonista tenga por nombre:

•Un nombre que yo elija.

•Un nombre que ustedes elijan.

•Una de ustedes sea la protagonista.

•O, una simple raya en la cual ustedes coloquen su nombre allí.

Eso, bai.

Love u.❤

Mis Vecinos Cantantes [Why Don't We]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora