Capítulo 3: Tercera reclusa.

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—¿Le han dicho alguna vez que está para comérselo? -digo admirando al agente.

—Señorita. -mira los papeles. -Gómez, estamos aquí para interrogarla, no para hablar sobre mí.

—Por supuesto, para ir a la cama primero hay que conocerse, y dígame, ¿qué clase de interrogatorio?, ¿la postura que más me gusta?, ¿qué me pone más cachonda? Puedo responder la que sea.

Él suspira.

—¿De qué conoce a Katherine Boyer?

Me cruzo de piernas, ¿te interesa Katherine? Pues entonces mis piernas se cierran para tí, imbécil.

—De una fiesta. -digo cabreada.

Puedo cambiar de humor de un momento a otro, si me enfadas, prepárate porque te arranco los huevos y los uso para restregártelos por la cara.

Huevudo.

—Necesito que me cuente cómo empezó todo y cómo acabaron aquí.

—Qué remedio. -suspiro.

Días antes...

Si por algo me conoce la gente es por las fiestas, no me pierdo ni una, Ofelia Gómez no se pierde ni la fiesta de cumpleaños de un niño que no conoce.

Y sí, mi nombre es Ofelia, mis padres son unos apasionados por los nombres raros, y no tuvieron otra idea que llamarme así.

Suerte que estoy buena, si no fuera así, no querría imaginar la de risas que se montarían con mi nombre. Porque por muy triste que suene, en ésta universidad te respetan si estás buena, ¿una mierda? Pues sí.

Pero prefiero que me llamen Lia. Así que, quedaos con ese nombre.

¿Por dónde iba? Ah sí, que no me pierdo ni una fiesta.

Una noche fui con mi amiga Charlotte a la fiesta que montó un tal Bryan, no sé quién era, solo sé, que tenía un buen polvazo y que tenía que follármelo.

—Está rodeado de tías. -dice Charlotte analizando el terreno. -¿Cómo piensas acercarte a él sin que te empujen?

Eso no es problema para la experta en ligues.

—Mira y aprende. -le digo a mi alumna.

Me acerco a él moviendo las caderas, me coloco mi pelo rubio y ondulado hacia un lado, camino sensualmente y a cámara lenta hasta él mientras escucho en mi cabeza la canción de Selena Gómez "Fetish".

Hago unos pasos de baile mientras camino hacia él, deslizo mi mano por mi pierna y entonces me encuentro con su mirada posada en mí.

Atención captada.

Ahora camino hacia él sin dejar de mirarlo, y cuando llego, las chicas que lo rodean me miran.

—¿Qué quieres? -me dice una de ellas molesta.

—A tí nena. -digo y me lanzo a besarla.

Ella al instante me empuja y se aparta.

—¡Qué asco! -dice y se va, el resto de amigas la siguen.

Genial, chico para mí.

—Chaval, córtate un poco, se nota la pedazo de erección que llevas. -digo mirando su paquete.

—¿Q-quién eres tú? -dice nervioso.

Este es el efecto que provoco en los chicos, los intimido, y luego me los tiro, así soy yo.

Sin embargo, antes de que pueda lanzarme a besarle, una pedazo de loca se sube a la mesa del comedor con la botella en la mano y comienza a cantar como una despavorida sexual.

Hora De Ligar, Chicas. © [1ª temporada] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora