Los ojos del agente me miran bajo un total escrutinio, trata de analizarme, trata de intimidarme, pero lo que no sabe, es que nadie en este planeta es capaz de tal cosa.
—Katherine Boyer —murmura sin apartar su mirada de la mía.
Obviamente yo no desvío mi mirada de la suya, eso demostraría debilidad, y yo jamás demostraré esa cualidad.
—Veo que se sabe mi nombre —vacilo.
—Es lo único que sé de tí, puesto que sabes cubrirte muy bien las espaldas—dice serio—Esas chicas no merecen que las hayas arrastrado a esto.
Intenta hacerme sentir culpable para que hable, pero lo que no sabe, es que tengo una abogada en camino, y hasta que ella no esté aquí, no pienso soltar prenda.
—Todos tenemos muchas opiniones, la suya y la mía no están para nada en el mismo bando.
Él frunce el ceño, estoy comenzando a exasperanle, bien, porque pienso hacer que se deje el cerebro en este caso. Como bien ha dicho, estoy totalmente cubierta, eso quiere decir que me sacarán de aquí en cuestión de segundos, y en cuanto me saquen, no tardarán en sacar a las demás.
—Naciste en Francia, ¿por qué acabaste en Estados Unidos?
—No tuve más opción. -digo encogiéndome de hombros.
Él vuelve a fruncir el ceño.
—Piensas que por venir de una familia adinerada puedes hacer lo que te dé la gana, pero para algo está la justicia y el departamento de policía, y si sigues en esa postura vacilona y tratando de ser un misterio para todo el mundo—por fin se pausa para tomar aire, se estaba poniendo rojo—Vas a acabar muy mal, Katherine.
—¿Sabe? Llevo aquí unos segundos y ahora entiendo por qué su mujer se largó de casa —su cara de sorpresa no puede ser mayor—Eres aburrido de cojones, aburrirías hasta a una cucaracha cagona.
Amy y las cucarachas...
—No tengo ni la menor idea de cómo has adquirido esa información, pero en cuanto consiga el permiso de registro de tu propiedad, despídete de tanto secreto y tanto misterio.
—Usted puede hacer lo que quiera, que seguirá siendo igual de aburrido.
Él da un golpe en la mesa y por un momento me sobresalto, pero luego vuelvo a mirarle vacilante.
La mejor forma de enfrentar al enemigo, es siendo inexpresiva, no muestres ninguna emoción, de ese modo se derrotará a sí mismo por la desesperación.
—Juro que llegaré al fondo de este caso, y créeme que acabarás pagando lo que tienes que pagar —gruñe.
En ese momento entra mi abogada por la puerta, lleva una falda de lo más moderna, unas gafas de sol que acaba de quitarse, y unos estupendos tacones de aguja.
Amo la ropa, me voy a fijar en todos los conjuntos siempre, tenedlo en cuenta.
—Soy la abogada de la señorita Boyer, cualquier pregunta que tenga que hacerle, será delante de mis narices. —me encanta ésta mujer—¿Entendido agente... —mira su placa—¿Ronald?
Él mira a mi abogada y luego me mira a mí, yo permanezco impasible en la silla mientras aguanto la sonrisa que quiere aparecer en mi boca.
—Entendido —dice él —Bien, necesito saber por qué decidiste formar un grupo de amigas.
—Irrelevante —dice mi abogada al instante.
—Perdone, pero necesito empezar por algo, no es irrelevante que le pregunte eso —dice Ronald.
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Hora De Ligar, Chicas. © [1ª temporada] [Completa]
HumorPasos para ser una chica normal: NINGUNO. SOLO TIENES QUE SER TÚ. Cinco chicas, cada una con distintas personalidades, se ven envueltas en problemas con la policía por delitos de robo. Amy Winzerberg, es la chica más adorable que puedas conocer, es...