Capítulo 12: Un trato justo.

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KATHERINE

La táctica de Lia me había servido para salir corriendo, lo que no esperaba, es que esa zorra reaccionara tan pronto, y encima, disparándome a mí.

Caigo al suelo al instante con la pierna sangrando.

—¡Katherine! —es lo último que escucho de Rafael antes de que Alexa le pegue un tiro entre ceja y ceja y caiga al suelo muerto.

Sus muertos pisados.

Ella se acerca de nuevo a mí como si fuera un león y yo su presa a punto de ser devorada.

—Pero que tenemos aquí... —la muy zorra presiona mi herida con sangre y vuelve a mirarme —Tienes un segundo para contarme qué coño has venido a hacer a mi casa, y más te vale que sea la verdad —me enseña la pistola—No dudaré en volver a usarla.

—No creo que quieras saberlo —digo retándola con la mirada— Pero ya que insistes, te he cogido algo prestado de la caja fuerte —suelto con orgullo.

—Mira pedazo de puta, me habías caído bien pero la has cagado, dame lo que hayas cogido antes de que me arrepienta de no pegarte un tiro entre ceja y ceja ahora que tengo la ocasión —dice enfurecida.

Y una mierda mona.

—No creo que quieras cogerlo de mis bragas —gruño y le guiño el ojo.

La idiota se queda mirándome con cara de no entender mi idioma, y sin esperármelo, me da otro disparo en la otra pierna.

¿Pero es que esta zorra no sabe defenderse sin armas?

—¡Joder zorra! ¡¿Es que no sabes jugar limpio?! —digo mirando su arma con el ceño fruncido.

—Juego para ganar, reina —dice la zorra como si fuera una de sus frases estrella —Habla —me insiste.

—Tendría que narrarte la biblia para que entendieras por qué lo he hecho —ni hablar pienso contarle mi vida a esta rubia —Pero podemos zanjar esto ahora, te propongo un trato —digo apretando los puños al sentir la sangre discurriendo por mi preciosa pierna.

—Desembucha —dice curiosa.

Hace tiempo que me prohibí coger armas, no está entre mis reglas, porque las armas son el objeto más peligroso que pueda existir, tanto, que te quita la vida con solo presionarla.

Lo sé de primera mano...

¡Y esta zorra acaba de pegarme dos balazos en cada pierna! ¡Rompería mis normas y le quitaría la pistola para darle un balazo entre ceja y ceja sin que se lo espere! Pero no, eso me hace ponerme a su bajo nivel de autodefensa, yo no dependo de un objeto para seguir viva, yo dependo de mí misma.

Así que, uso mi preciosa inteligencia para salir de ésta.

—¿Tienes un problema con los italianos, no? —esta loca ha matado a una líder de la mafia italiana, tiene un jodido grano en el culo a punto de estallarle y está aquí tan tranquila disparándome a mí.

Ella asiente sin decir nada.

—Déjame vivir y yo misma me encargaré de hacer desaparecer tu problema, ¿qué me dices? —esto me va a salir caro, la abuela me va a matar.

Hora De Ligar, Chicas. © [1ª temporada] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora