Capítulo 20: Las profesoras suplentes son las más sorprendentes.

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JASMINE

Todos tenemos que tomar decisiones en nuestra vida, puede que a veces esas decisiones sean egoístas, pero esas veces, lo egoísta suele ser lo correcto.

Decidir no participar en el robo era una de esas decisiones.

Mi mente apenas se centraba en algo, miraba la televisión, veía en Netflix series para distraerme de lo que mi mente quería sacar a la luz, y aún así, no estaba centrada en nada. Estaba como en un limbo.

Y dudo que en estas condiciones, mi ayuda sirviera de algo a las chicas.

Estaba haciendo lo correcto, tomar mis cosas e ir a clase era lo adecuado para una joven adulta.

Incluso sentada en mi sitio dejaba que mi mente divagara por numerosos pensamientos, desde cucarachas cagando, que sinceramente, no sé qué cojones hago pensando en eso; hasta las chicas preprando las cosas.

Ah, y delante estaba el profesor.

Un momento, no es profesor, es profesora.

¡Un momento! ¡¿Qué?!

—Queridos alumnos, seré vuestra profesora de psicología, puede que algunos me reconozcais por haberme visto sentada ayer con vosotros —clava su mirada azul en mí —Pero solo quería conoceros antes de venir, estaré unas semanas mientras vuestro profesor se recupera de la sobredosis que sufrió el martes —se aclara la garganta y bebe agua —¿Alguna objeción?

Esto tiene que ser una broma.

¡La lesbiana acosadora resulta ser mi jodida profesora!

—¿Es legal el acoso? —digo levantando la mano.

Ella eleva una ceja curiosa y sonríe de lado.

—Estamos en clase de psicología señorita Fitser, no de derecho, pero obviamente, no es legal —dice poniéndose sus gafas —Y hablando de esto, ¿qué opináis del acoso? Hay personas que lo ven como algo romántico, perseguir a la persona que amas para que se enamore de tí.

Vuelvo a levantar la mano y a abrir la boca.

—¿Lo dice por experiencia propia?

Ella frunce el ceño y todos los de la clase me miran mientras yo clavo mi mirada en ella.

—Señorita Fitser, una de las normas reglamentarias de esta universidad, es mantener el respeto hacia el profesorado —dice seria —Y como parece que esa norma y usted no están muy familiarizadas, cuando finalice la clase, va a esperarse —coge uno de sus libros y lo abre mientras que yo siento todas las miradas sobre mí —Página 22 —anuncia.

Necesito a las chicas, definitivamente las necesito, cargar con un secreto que puede arruinar el matrimonio de tus padres, sumándole el hecho de tener una presión en el pecho por no estar haciendo lo correcto, y ahora tener a una acosadora como profesora; me consume.

Sin embargo, no rechisto, decido callarme y seguir la clase.

Bueno, por seguir me refiero a seguir las agujas del reloj hasta que marcan de una vez el fin de la primera hora.

Hora De Ligar, Chicas. © [1ª temporada] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora