Estoy cansado de subir y bajar escaleras, de ir de allá para acá, de detenerme y volver a moverme. El día pronto se acabará y no he podido pensar en las palabras para disculparme. Estoy huyendo de todas, no quiero encontrarme con nadie. Ni siquiera Henry pudo ser de ayuda. La única forma de contactarme con María es a través de mi celular, solo tengo que enviarle un mensaje. Pero, pedirle un encuentro o cualquier otra cosa que tenga que ver con el acercamiento, no creo que lo acepte. No tengo ni la más mínima idea de lo que piensa y me está condenando de fechorías que no recuerdo, soy culpable pero actuo como inocente.
Al final termine en el primer piso. El sol está cayendo lentamente, haciendo que los colores del cielo se combinen, como un mar de acuarelas. La melodía de un violín se empieza a escuchar, debe provenir del segundo piso. Tengo días que no veo a Norma, debe estar ocupada con la orquesta. Siempre practican en el instituto, listas para el gran baile.
Falta pocos días para ese evento y mi trabajo como parte del concejo, no como principal pero si como apoyo, debo demostrarlo, no estoy aquí solo para descubrir un misterio, ni siquiera he pensando en estudiar y los exámenes ya se aproximan. Pero, mi tiempo aquí no debería alargarse.
Me detengo observando el lugar donde estaba ayer con Carlota. Aria estaba adentro y estaba derramando su sangre. Ahora que lo pienso, ¿Aún seguirá lo que escribió?, ¿Alguien lo habrá limpiado sin que nadie se diera cuenta? Aún así, esta parte no es visitada por nadie en estos momentos. Camino con mucho cuidado para revisar la escena olvidada y que debió ser importante. De repente una persona sale del lugar y empieza a cerrar la puerta.
Es la Sra. Griffin. Ella mira para ambos lados y nota mi presencia. Yo no me detengo y camino hacia ella. Parece entender que me dirigio a su encuentro, por lo que me espera. Al detenerme secar de ella, miro el lugar y a través de las ventanas. Todo está en orden, las paredes están limpias, no hay señales de nada. Miro a la Sra. Griffin, ella actúa natural, está esperando que diga lo que vaya a decir, se siente apresurada y debe ser su trabajo.
—Disculpe las molestias, es solo que ayer vi una gran mancha en esa pared —señalo por la ventana a la pared del fondo, donde la mayor parte está oculta por cajas.
—Tú debes ser Noah Robinson ¿Verdad? —pregunta mirando bien mi rostro y notando conocerme. Asiento y doy una pequeña sonrisa al saber quién soy. —, bueno, no puedo asegurarte si ayer se encontraba algo ahí, este lugar no es limpiado por una persona y el cambio de personal es muy seguido, así que estarías perdiendo el tiempo —avisa pensativa y dándole vistazos al cuarto. Tengo que rendirme sí pienso sacarle información a la Sra. Griffin, parece que en serio no quiere decirme nada. Asiento resignada.
—Gracias por su tiempo —me despido y ella asiente marchándose. Ariana, dice no recordar nada y yo no recuerdo haber visto bien sus manos o brazos. No creo que la persona de ayer haya sido falsa o otra persona.
Está empezando a oscurecer. Tendré que ir a disculparme con Melissa. Debería pensar en aceptar su ayuda y hablar con las demás. Henry, de pronto tenga razón. La melodía del violín a desaparecido. Reviso mi celular y solo tengo mensajes de Ariana, está algo preocupada.
A punto de encaminarme hacia arriba, Amalia sorpresivamente está delante de mí, restringiendome el paso.
—Cuanto tiempo si verte, Noah —saluda mientras sus ojos me deparan.
—Fue un gusto verla, y si me permite, debo retirarme hacia mis deberes —aviso e intento huir por el camino que tomó la Sra. Griffin.
—¡Amalia! —una voz chillona aparece. —, deja de huir, por favor —habla con cansancio. No tengo que voltear para saber quién es, pero no quiero meterme en esos problemas ahora mismo. —. ¿Noa? —pregunta dudosa. Me siento descubierto.
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Soy Una Chica Por Ti [TERMINADA]
JugendliteraturDespués de una inolvidable fiesta, Neil Robinson no logra olvidarse de la chica con la que pasó la noche. Al pasar los días, confía fuertemente que está enamorado y cumplirá con una extraña promesa. Las ideas vienen y van de su mente, decidiendo que...