Capítulo 9

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Sin poder dormir mucho y haber madrugado tanto me encuentro cansado en clases, no tengo fuerzas o ganas para querer dejar mis ojos abiertos más tiempo; una almohada en clases me haría bien, pero la profesora me mira con impaciencia después de haber bostezado cinco veces por unos diez minutos o menos. La profesora está escribiendo unos garabatos, eso creo, no puedo apreciar muy bien lo que dice, el cansancio es demasiado pesado, pero si caigo termino castigado y no quiero estar horas extras en este lugar de guerra.

Muevo sin cuidado el bolígrafo por las líneas de la hoja, no estoy pendiente a lo que escribo solo estoy disimulando escribir, pero los ojos de la profesora no se apartan de mí, hasta dan miedo; bajo la mirada apreciando los jeroglíficos que he escrito y al volverla elevar, la profesora viene hacia mí.

Encontrándose delante de mí su mano cae en mi cuaderno, no quiero subir la mirada solo dejo el bolígrafo aun lado entrándome las ganas de bostezar.

— ¿Se puede saber lo aburrido que le ve a la clase? —Pregunta molesta.

Alzo mi rostro, tapo mi boca mientras dejo salir un airado de cansancio y pesadez.

—Lo siento mucho, ayer no pude dormir bien —intento disculparme, pero es demasiado tarde, la profesora señala con su mano la salida.

—En mi clase está prohibido sentirse cansado o no escribir correctamente —avisa dándome una mirada amenazante al instante que aprecia mi libreta y los "apuntes" que escribí. —. Necesito que se retire y para la próxima necesito un trabajo escrito del porque no se puede bostezar en clase.

No pienso en justificar sus palabras, me levanto, tomo mis cosas y salgo con mucho cuidado del salón apreciando los vacíos pasillos que me dan que elegir; la cafetería, el salón estudiantil, la biblioteca y muchos más...

Es la segunda hora de clases, pero parece demasiado temprano, la luz del sol apenas aparece entre las ventanas, los murmullos son pocos proviniendo de las diferentes aulas y mis pisadas se escuchan como ecos. Desde hace días he querido visitar la biblioteca, pero para mi suerte no he tenido la oportunidad, esta vez no quiero desperdiciarla, me encuentro caminando hacia donde debería quedar la biblioteca.

Antes no he tenido la oportunidad de decir lo inmenso que es este lugar; se varia por tres pisos: cuatro escaleras principales, una inmensa cafetería en el primer piso, la biblioteca también se encuentra en el primer piso, los salones están en el segundo y tercero, los baños en varios lugares, el gimnasio interno y gimnasio externo que son las canchas, la sala de química está en el primer piso ya que el primer grado y segundo se encuentra en el segundo piso pero el tercer grado y clubes están en el tercer piso; todo es muy organizado pero también hay pasillos que unen con otras cosas haciéndote confundir, hasta pienso que la primera impresión sería un laberinto.

Bajando las escaleras con mucho cuidado hacia el primer piso noto que más alumnas entran por la puerta principal, se ven mucho más mayores que las de segundo grado dándome la impresión que no conozco muy bien a las de tercero ya que los papeles en el consejo se basan en que cada una toma un grado distinto por lo cual yo vigilo con Isabelina el primer grado. Soy un inexperto hacia el tercero, como si es un área restringida para personal no autorizado, como yo.

A punto de cruzar hacia el pasillo derecho donde debe quedar la biblioteca, admiro sorprendido, sin disimular la sorpresa; una mujer de cabello ondulado no tan largo donde las puntas tocan los codos mantiene un flequillo delante y unos ojos verdes pálidos, pero no es eso todo lo que me sorprende, en su nariz abundan pecas que se esparcen por muchas partes de su rostro hasta desaparecer cerca de sus orejas. Sus facciones son idénticas a la de Evangelina, tiene una postura magistral y todo de ella muestra carácter; es como ver la misma imagen de Evangelina siendo mayor.

Soy Una Chica Por Ti [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora