Hotline Bling

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Narra Mica

El entrenamiento fue mejor de lo que me esperaba, y junto con Congo eramos los segundos mejores del equipo en las estádisticas de los entrenamientos. Y eso que acababa de llegar. Tenía una enorme sonrisa, la cual desapareció cuando recordé que tendría que compartir vestuario y duchas con ellos.

-Si quieres puedes ir ahora, quedan cinco minutos, no vas a perderte mucha cosa.-Me comentó Congo.

-¿No debería preguntarle al capitán? ya que el entrenador no ha podido venir hoy...-Pensé.

-¡Paio!.-Gritó. Él chico se giró y lo miró confuso. Congo levantó la mano y le hizo un gesto para que se acercara, este rápidamente lo hizo.

-Creo que debería de irse unos cinco minutos antes o así, para estar sola en el vestuario y tranquila. No necesita esos pocos minutos donde solo hacemos la vuelta a la calma.-Dijo.

-Sí, estoy de acuerdo.-Asintió.-Estás en muy buena forma.-Me miró sonriente.

-Gracias.-Alcé mi barbilla y sonreí, me gustaba que reconocieran mis habilidades.

-¡El grupito se puede diluir!.-Gritó molesto Ramiro mientras se acercaba a nosotros.

-Le estábamos diciendo que debería de irse a duchar ya para que no se sienta incómoda.-Le explicó Paio.

-No me interesa, tiene que acabar cuando todos lo hagamos.-Respondió de malas maneras.

-¿Quién te crees que eres? entiendo que te duela un poquito que con mi primer entrenamiento esté casí a tu nivel, pero tampoco es para que me quieras amargar la vida por eso.-Lo miré mal.

-No eres tan importante como para hacer que pierda mi tiempo en eso. Esto es un equipo, Flor cuando estaba aquí no se quejaba por compartir vestuario con chicos.-Recriminó.

-A lo mejor por que ya os ha visto a todos sin ropa en su maldita cama y no le importaba.-Le grité en la cara.

-Fuera, fuera del equipo. No vas a hablarme así.-Me miró desafiante.

-Chicos...-Quisó poner paz Congo pero lo corté.

-Ten el valor de sacarme del equipo y te aseguro que el trabajo de física no lo vamos a hacer, ¿sabes lo que significa eso, verdad?.-Lo miré con una enorme sonrisa.

Narra Rama

-Ten el valor de sacarme del equipo y te aseguro que el trabajo de física no lo vamos a hacer, ¿sabes lo que significa eso, verdad?.-Me miró con una enorme sonrisa cargada de altivez y orgullo. Siempre tenía que quedarse por encima mía, tener la última palabra.

-Vuelve a hablarme así y...-

-Bien, has dado un pasito para atrás al pensar en las consecuencias, así me gusta. Hablamos luego para ver cuando hacemos el trabajo.-Se dio media vuelta, pensaba que yo era egocéntrico e irritable, pero ella cruzaba hasta mi límite.

-No tengo tu número.-Mascullé. Ella se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos.

-Es verdad, estás acostumbrado a tener el número de todas las niñas.-Rió.

-¿Niñas? son mujeres.-Reí.

-Una mujer jamás estaría ni por cinco minutos de placer contigo.-Borró la sonrisa de mi cara.

-Tranquila, yo tampoco estaría nunca contigo.-Rodé mis ojos.

-Ya te llamaré yo luego.-Se encogió de hombros.

-Vaya, para no querer estar conmigo tienes mi número, y nunca te lo di yo, de hecho hasta ayer desconocía tu existencia.-Sonreí de medio lado.

-Ojalá pudiera decir lo mismo de ti, pero eres de dominio público, obtener tu número es más fácil que obtener el del delivery, ya encontraré alguna amiguita tuya que me lo pase.-Me guiñó un ojo.

Competencia de egos ; RamaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora