¿Felices los cuatro?

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Narra Rama

Por ahí iban. Mi hermano y Mica hablando y riendo por el pasillo, ya los nombraban como la nueva pareja ideal del instituto. Rodé mis ojos cuando pasaron por mi lado. El estúpido de Nacho de verdad le compraba el cuento a Micaela, que era como yo en un cuerpo de mujer. Tenía un chico diferente para cada día del año, y solo lo usaba para limpiar su imagen. Qué irónico, nunca pensé que una chica iba a hacerme la competencia en eso de no tener sentimientos.

Pero ella iba más allá. Yo sí que era capaz de desarrollar un vínculo afectivo. Por ejemplo, con las chicas de una noche no, pero a Flor...no podía romperle el corazón, aunque ella sabía la verdad de nuestra relación. Vigna pensaba que en algún momento ella me haría cambiar, pero yo dudo que ella sea la chica que me cambie el chip. Aún así no puedo dejarla.

-¿Molesto?.-Escuché una voz a mis espaldas. Era Congo.

-¿Debería fiarme de ti? ahora eres el nuevo mejor amigo de Micaela.-Enarqué una ceja.

-No mezcles las cosas.-Negó con la cabeza.

-No soy el único al que le gusta mezclar cosas ¿o personas?.-Me hice el loco.

-No critiques en ella lo mismo que tú haces.-Me recriminó.

-Es diferente.-Cerré mi taquilla.

-¿Por qué? ¿Por qué es una mujer? ¿O por qué te gusta de una manera distinta al resto de chicas?.-Elevó las cejas.

-Puede que me guste.-Suspiré.-Y no, la diferencia es que las chicas saben a lo que voy. Ella no lo deja en claro, juega con tu mente, es retorcida y no es clara. Yo no hago eso.-Retomé su pregunta.

-¿Por qué lo dices?.-Frunció el ceño.

-Dice que me odia, no soporta mi forma de ser, mi ego...y ella es peor que yo. Sin embargo, para provocarle tanta repulsión ya me ha besado dos veces. Una fue ayer, y me dijo que no quería estar con mi hermano, que yo le importaba...y ahora míralos.-Respondí.

-No lo sabía...quizá quiera hacerte sufrir. Espera que des el primer paso.-Analizó.

-Quiere que me arrastre para luego decirme ''no'' y reírse de mi. Lo sé. Es por eso que no voy detrás de ella, pero si me besa tampoco voy a apartarla.-Reímos los dos.

-Si es como tu dices mejor aléjate, o tenla como amiga. No te conviene entonces.-Sugirió.


Narra Mica

Odiaba la clase de Francés, detestaba el idioma, la gramática y la pronunciación. Era una asignatura donde siempre sacaba 9, se me resistía el diez. No soportaba las clases con esa aburrida maestra, ni lo aburrida que me parecía la lengua.

-No te he visto con Ramiro en todo el día, sin embargo con su mellizo si. ¿El calentón no era Nacho? ¿O se han invertido los roles?.-Susurró Dalila, siempre nos sentábamos juntas.

-No, no se ha invertido ningún rol. Lo de Nacho no significó, ni significa nada. Y Ramiro es solo un entretenimiento.-Me encogí de hombros.

-¿Sólo un entretenimiento? díselo a tu cara cuando lo ves con Florencia o alguna otra chica. Se te transforma el rostro.-Soltó una risita.

-Cállate.-La fulminé con la mirada.


Narra Rama

-¿Te pasa algo?.-Me preguntó mi hermano.

-No.-Actué como si me interesara la lección para poder ignorarlo, pero él siguió.

-¿No será por lo de Mica verdad?.-Volvió a la carga.

-¿Con cuantas chicas he estado? ¿De verdad crees que me importa?.-Le quité importancia.

-Con muchas, pero ninguna te ha rechazado.-Contestó.

-Si yo le hubiera pedido algo, podría haberme rechazado. Pero no lo he hecho.-Le cerré la boca.

-Señores Nayar, y sus dos compañeras de detrás. ¿De qué hablas los cuatro que es tan entretenido?.-Nos llamó la atención la profesora.

-De nada.-Contestó la rubia.

-Bien, para el próximo martes, quiero un trabajo sobre por qué dominar el francés es importante. Tenéis una semana, así que no quiero menos de un nueve. Ah, y trabajo grupal, los cuatro juntos. Así hablan y se divierten en su tiempo libre y no en mis clases.-Nos sonrió venenosamente.

Genial, otro vez tendría que trabajar con ella y verle la cara fuera de clase y los entrenamientos. ¿Acaso la vida se estaba riendo de mi? ¿Me merecía esto? ahora tendría que soportar a la acaramelada pareja y quedarme marginado intentando hacer el trabajo de todos junto con la dulce Dalila. ¿Podía ser peor?


Narra Mica

Pude ver de reojo la reacción molesta de Ramiro. Parece que no le agradaba la idea de que su hermano y yo trabajásemos con él. Mi venganza continuaría hasta quedarme satisfecha. Quería alargar un poquito más su sufrimiento. El quiso competir, su ego contra el mío, no iba a superarme tan fácil. La profesora se giró y comenzó a escribir unos apuntes en la pizarra. Me incline hacia delante apoyándome en la mesa, hasta llegar al oído de Ramiro, quien estaba sentado en el pupitre de delante junto con su mellizo.

-He vuelto.-Canturreé suavemente, viendo como se le erizaba la piel.

Hablaría con Nacho nada más acabar la clase, y con él delante. Quiero empezar ya este divertido trabajo de Francés y verle la cara de bobo a Ramiro.

-¿Te parece si empezamos esta tarde Dali?.-Me acomodé en mi asiento.

-¿Por qué eres tan mala?.-Rió.

-Él empezó queriéndome usar como a todas, ¿o no te acuerdas? le ofrecí mi ayuda, me sentí mal creyendo que le cause un terrible malestar físico, le presté mi casa, mi tiempo, mis cuidados y le di una cita, ¿y te tengo que refrescar la memoria sobre como me lo pagó? Ahora, le toca a él.-Sentencié.

Competencia de egos ; RamaelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora