Narra Mica
Era un lluvioso viernes. El cielo estaba encapotado, tan gris como el pelaje de un ratón. La lluvia caía sin parar y la tormenta le acompañaba. Era música para mis oídos. Si, amaba los días lluviosos, amaba el ruido de la lluvia, como las gotas de agua adornaban cada ventana o coche. Adoraba los días lluviosos y de tormenta, mientras yo disfrutaba de esto mis compañeros miraban preocupados y frustrados, viendo como sus planes de fin de semana se iban como el exceso de agua por las alcantarillas de la ciudad.
Teníamos hora libre, y todos hablaban, gritaban o hacían cosas estúpidas. Yo sólo me quedé sola sentada en última fila, al lado de la venta. Contemplando la lluvia y reflexionando mientras veía el oscuro y revuelto tiempo que hacia fuera del edificio.
-Atención.-Escuché una voz gritar, se hizo un enorme silencio.-Hoy fiesta en el hotel Nayar.-Proclamó Gonzalo, y todos comenzaron a gritar y aplaudir. Vaya, que almas caritativas.
-¿Vendrás?.-Me preguntó Nacho. ¿Cuándo había llegado? ¿Llevaba mucho tiempo a mi lado? ni si quiera lo había visto.
-No. Estos días me gusta pasarlos en casa, mirando como llueve desde mi habitación con una taza de café y un buen libro. Y si tuviera novio haciendo otras cosas.-Me encogí de hombros.
-Bueno, en eso podría ayudarte.-Me guiñó un ojo divertido, yo reí.-Mi hermano creo que hará lo mismo. Pero acabará enfadado porque el ruido y los invitados interrumpen su día de desconexión.-Rió.
¿Así que le gustaba pasar los días lluviosos como a mi? como si de un mecanismo se tratase, algo encajó perfectamente. La bombilla imaginaria se me iluminó, quizá era el momento para estar con Rama de una manera relajada y con un ambiente que ambos disfrutáramos.
-A lo mejor lo invitó a mi casa.-Enfoqué con mi mirada a Ramiro.
-¿Para qué? ¿Leer libros y tomar tazas de café? ¿O haces cosas de novios?.-Preguntó.
-No te compete Nacho, déjalo mejor.-Me levanté y fui hasta donde estaba Ramiro.
Narra Rama
Noté como alguien se sentaba a mi lado. Quizá era Florencia, o mi hermano. O Gonzalo insistiendo en que fuese a la fiesta de esta noche en mi casa. En cualquier caso no me interesaba ninguno de los tres. Estaba concentrado escuchando música y pensando.
-Hola.-Me sacó un auricular obligándome a prestarle atención.
-¿Se te ha perdido algo?.-Ironicé con una amarga sonrisa después de su desplante y comportamiento la última vez que cruzamos palabra.
-Sí, mi capitán.-Susurró con dulzura, ahí estaba de nuevo.
-Se directa, créeme que la histeria me aburre demasiado.-Rodó sus ojos.
-No vengo a ser histérica, aunque nunca lo soy, esa es tu percepción.-Me miró divertida.
-Claro, mi percepción.-Me quité el otro auricular, la miré y resoplé.
-Bien, ahora sí.-Agradeció mi gesto.-He oído que los días lluviosos lo pasas de una manera peculiar, la única vez en el año que rechazas una fiesta.-Comenzó.
-Me gusta estar tranquilo de vez en cuando.-Contesté con simpleza.
-Pero dudo que en tu casa puedas disfrutar de ese placer, por lo que han dicho.-Se refirió a lo que anunció minutos atrás Gonzalo.
-¿A dónde quieres llegar?.-Suspiré.
-Tu hermano me lo ha dicho. Y da la casualidad, por raro que parezca, que es algo que tenemos en común. Me gusta estar sola y tranquila estos tipos de días, leyendo con el ruido de la lluvia y la tormenta de fondo.-Respondió.-Pero no me importa que te vengas, sería triste que te privaran de ese momento de relax sólo para ver como adolescentes se besan, alcoholizan y etcétera, etcétera, etcétera.-Concluyó.
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Competencia de egos ; Ramaela
FanfictionEran el dúo perfecto, dos atletas, con buen físico, destacados estudiantes, un futuro brillante...lo único que los separaba era su ego. «La audición para ser animadora es en el gimnasio» «Pensaba que los atletas eran hombres, no niños de papá y mam...