Capítulo 20

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Cris

Le até la corbata a Lucas y besé sus labios cortamente tras hacerlo.
Él me dedicó una sonrisa.

—Estás preciosa.

—Y tú nervioso, se te ve a leguas. Sólo tienes que llevar a la novia al altar, no eres tú el que va a decir sí.

Sonrió de nuevo.

—Ya. Pero aún así...—se encogió de hombros

—Venga, tira, que tienes que recoger a Noa.

—¿Estarás bien?

—Estamos a dos pasos del lugar, estúpido.

Ambos reímos y, tras darnos un dulce beso, salimos a la vez de la habitación del hotel que nos habían dado.
Él se dirigió al piso superior y yo bajé para subir al autobús, donde ya me esperaban los demás. Era increíble lo mucho que le había crecido la barriga a Pau en apenas seis meses, y ella estaba muy cansada pues los niños no dejaban de darle patadas.

—¡Cuñada!—Theo se acercó para darme un abrazo

—Rata—sonreí y le devolví el abrazo

Subimos al autobús, dado que Saúl estaba en la Eurocopa sub-21 me senté con Lu y fuimos charlando todo el camino. Sabía que me estaban ocultando algo, pero no quería presionarla para que me lo dijese. Ya faltaba apenas un mes para que naciese su hijo, el pequeño Alex.

Bajamos del autobús y entramos en el palacio donde sería la ceremonia. Antoine ya estaba allí, junto al altar, y observó como Mía corría hacia él para abrazarlo.

—Se le ve nervioso—mencionó Ángela llegando donde nosotras

—Lleva nervioso más de un mes—reí

Me senté entre las chicas y esperamos un rato hasta que empezó a sonar la música. Antoine le dio a Mía a su madre y se giró para ver al tiempo que lo hicimos todos. Noa iba guapísima, pero mis ojos eran para Lucas. Al verme sonrió y me guiñó el ojo mientras seguía caminando.

Tras una muy bonita ceremonia nos condujeron al jardín para los aperitivos mientras los novios se hacían fotos. Lucas me rodeó con sus brazos.

—Algún día esos seremos nosotros...—susurró en mi oído cuando Anto y Noa entraron de nuevo

Me estremecí. Realmente quería pasar el resto de mi vida con Luquis pero... ¿Y si nos hacíamos daño? ¿Y si no funcionaba? Besé a Lucas para olvidarme de todo y él me guió hasta el comedor para cenar.

Nos sentamos con Lu, Pau, Theo, Ángela y Toni. Llegado el momento del ramo las cuatro nos pusimos en el grupo de las solteras, y lo cogió Luna.

—Una pena que Saúl no esté aquí para verlo—rió Antoine colocándose con Lu y su ahora mujer para la foto

Después cortaron la tarta y llegó el momento de dar el muñeco de la misma. Tras recorrer el comedor tres veces se acercaron a nuestra mesa. Hicieron amago de dejarlo delante de Ángela y Kroos, pero lo pusieron ante nosotros. Antoine colocó las manos en mis hombros y Noa rodeó el cuello de Lucas para la foto, fue en ese momento cuando Lucas se arrodilló ante mí iluminado por varios focos.

—Cristina—me cogió la mano—, pronto hará un año desde que nos conocemos y no me imagino como vivir la vida sin ti. Puede parecer precipitado, pero yo tengo claro que eres el amor de mi vida. Quiero que seas mía y yo ser tuyo, quiero despertarte todas las mañanas con besos y caricias, o jugar con nuestros futuros hijos. Quiero envejecer a tu lado, y por eso... Por eso me arrodillo hoy a ti, para pedirte ante todo el mundo que por favor te cases conmigo.

Enmudecí mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. Quería decirle que sí, pero mi acto reflejo fue salir corriendo. No podía decirle que sí si tenía miedo a dañarlo.
Me senté en una de las sillas del jardín.

—Hey.

Noa se sentó a mi lado y me dedicó una sonrisa.

—Deberías estar dentro disfrutando de tu día—murmuré secándome las lágrimas

Noa me cogió las manos.

—¿Qué ha pasado ahí dentro? Has dejado a Lucas en shock.

—No lo sé—suspiré—. Tengo miedo a decir que sí y hacerle daño. A que no funcione.

—Todas tenemos miedo a eso. ¿Nunca te he contado que Antoine tardó más de un año en conseguir que aceptase una cita? Me daba miedo porque era futbolista, aunque yo estuve enamorada de él desde el primer minuto.

—Y mira, aquí estáis.

—Hay que arriesgarse, si no hacemos las cosas por miedo, ¿qué clase de vida vivimos?

Sonreí.

—Gracias.

—Anda, ven aquí—me estrechó entre sus brazos y estuvimos un rato abrazadas

Agradecí mentalmente tener amigas como ella. Sabía que me iba a apoyar en todas las decisiones que tomase.

—Ahora vete y dile a Lucas que sí.

Asentí y volví a correr dentro, me saqué los tacones y los dejé fuera para correr más cómoda. Lucas estaba de espaldas hablando con Antoine cuando yo llegué corriendo. Se giró para ver quién era, tenía los ojos rojos de haber llorado, me lancé a sus brazos y lo besé con fiereza. Sus brazos rodearon mi cuerpo y yo puse una mano en cada una de sus mejillas, haciendo que me mirase.

—El miedo me hizo necesitar tomar aire. Pero sí, sí quiero casarme contigo. Lucas Hernández, quiero pasar el resto de mis días contigo.

En su rostro se formó una sonrisa, una de las más sinceras que me ha dedicado nunca, me besó dulcemente, estaba llorando.
Se arrodilló ante mí de nuevo,sacó la cajita y me puso el anillo mientras todos los invitados aplaudían. Volvimos a besarnos, Lucas era mi luz, mi mundo.

Tras nuestro momento, la pareja de recién casados abrió el baile. Lucas y yo les seguimos poco después. Dejé que él me guiase en todo momento y, tras un par de bailes, nos anunciaron que saldría el primer autobús al hotel.
Pese a que Lucas adoraba las fiestas, nos despedimos de los novios y subimos al vehículo.

—Te quiero, Cristina—fueron las únicas palabras que escuché el resto de esa noche acompañadas de  nuestros gemidos, pues hicimos el amor hasta el amanecer

Fix me {Lucas Hernández}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora