Capítulo 5

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—Anda... Pero si son el tío Lucas y Cris...—Antoine terminó de abrir la puerta y observé como Mía me sonreía mientras se aferraba al cuerpo de su padre—¿Qué os trae por mi humilde morada?

—Humilde, humilde...—rió Cris

Anto sonrió.

—Venía a hablar con tu chica. Le debo una disculpa por lo de anoche.

—Lo veo complicado. Está metida en cama con una de sus migrañas; aunque no creo que tarde mucho en bajar, Mía está pachucha y no tardará en reclamar a su madre. Pasad, pasad.

Seguimos a Anto hasta el salón, donde nos sentamos en el sofá que no estaba lleno de juguetes de Mía.

—Siento el desorden pero no sé qué hacer ya para que no llore y deje dormir a Noa—Anto suspiró—. ¿Queréis tomar algo?

—Coca-cola—sonreí—. ¿Tú, Cris?

—Un vaso de agua está bien—murmuró tímida

—No te voy a comer, ¿eh?—rió Antoine—Eso lo dejo para Lucas.

Rodé los ojos.

—¿Vienes conmigo mientras papi va a la cocina?—abrí mis brazos para coger a Mía, pero ella puso cara de enfado y se abrazó a Antoine

—Te estoy diciendo que está mala—Anto besó la cabeza de Mia—. Sólo quiere a sus padres cuando está así.

Nos dejó solos en el salón.

—¿Qué pasó?—preguntó Cris mirándome

—¿Cuándo?

—Ayer. ¿Qué pasó para que vengas a pedirle perdón?

—Ah... No estoy orgulloso de ello. Noa dijo algo que no me gustó... Y de no ser por Antoine le habría pegado.

—Oh...

—Soy muy impulsivo. Demasiado, a veces.

—Te voy a ayudar con eso—sonrió y apretó mi mano

—Coca-cola y agua...—dejó una bandeja sobre la que estaban los vasos sobre la mesa y se sentó en el suelo con Mia—Cris... ¿me ayudas a ponerle el termómetro? Creo que tiene fiebre pero no se queda quieta y para ponérselo siempre tenemos que hacerlo entre dos.

—¿Y por qué ella y no yo?—frunci el ceño

—¿Todavía lo preguntas?—Antoine me miró serio y Cris se levantó para irse con él a intentar medir la fiebre de Mía

Me levanté y observé las fotos que había en el mueble. Una de ellas era de cuando Noa y Anto empezaron a salir, otra de cuando viajaron juntos a Disney, en otra salían con la familia de Anto, en la siguiente salían con Saúl y Lu y había una de las chicas solas; en el estante de abajo había cuatro fotos más: una de Mia cuando nació, ellos con Mía cuando ella empezó a andar, Anto con Mía durmiendo... Y la última era conmigo. En ella salíamos Noa y yo el día que me anunciaron que iban a ser padres. Anto había sacado la foto. Recordaba perfectamente ese día.

Bajé corriendo la cuesta para llegar al bar. Había quedado con Anto y Noa a las cuatro y por una vez me habían pedido que llegase puntual. Me quedaban apenas cinco metros de cuesta cuando me tropecé y los bajé rodando.

—¿Estás bien?—Anto me miraba divertido desde la puerta del bar con una sonrisa mofante en los labios

—Sí, sí...—Noa me ayudó a levantarme y me dio un abrazo—Estás muy cariñosa, enana.

Fix me {Lucas Hernández}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora