Capítulo 3

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—Mi abuelo te adoraba—Cris le sonrió a Fernando mientras yo les hacía una foto con su móvil—. Y me contagió su pasión por ti.

Fer le dio otro abrazo.

—Tienes una novia muy guapa, Luquis—me miró alzando las cejas

—No es mi novia—rodé los ojos—. Es una amiga.

Cris se sonrojó un poco.

—Muchas gracias, Fernando.

—Puedes llamarme Fer, tengo la impresión de que vamos a vernos muy a menudo...—rió—Me voy ya, tengo que recoger a los niños en el colegio de camino a casa. Nos vemos, Cris.

—¿Tienes planes para esta tarde?—sonreí

Ella negó.

—No voy a salir contigo, Lucas.

—Tenía que intentarlo—reí—. ¿Quieres que te presente a las chicas?

Se encogió de hombros.

—¿Ya te han arreglado la moto?—pregunté mientras subíamos las escaleras

—Todavía no. He venido en autobús.

—Pues te acerco yo. Total, no tengo nada que hacer.

—No quiero molestar...

—No molestas. Mira, aquí están.

Nos acercamos a Luna y Noa, en el regazo de la cual estaba Mía.

—Hola, chicas—sonreí

—¡Luquis!—Lu me dio un abrazo—¿Qué tal estás?

Me encogí de hombros.

—Todavía duele.

—Ay, pobrecito—Noa acarició mi mano—. Te daría un abrazo pero si me levanto ahora la niña protesta.

Ambos reímos.

—Bueno, ella es Cris. Cristina, ellas son Luna y Noa, las novias de Saúl y Anto respectivamente.

—¡Encantada!—Lu le dio dos besos—Tú eres la famosa chica del bar de la que tanto habla Saúl, ¿verdad?

—La misma—Cris rió

—Eres mucho más guapa de lo que Anto había dicho—sonrió Noa y se levantó para darle dos besos, lo que conllevó que Mía se quejase—. Ya está, Mía, ya pasó.

La pequeña me miró y me sonrió.

—Voy a ducharme. Nos vemos en un rato, Cristina.

—¿No puedes llamarme Cris?

—Ehm... No—le eché la lengua y bajé las escaleras a trote

                               (...)

—¿Qué estudias?—pregunté mientras ponía rumbo a su casa

—No estudio.

—¿No? ¿Trabajas entonces?

—Empecé la carrera de psicología... Pero él me obligó a dejarla para cuidar la casa. Algún día quiero retomarla pero... No tengo dinero para hacerlo—esbozó una triste sonrisa

Frunci los labios.

—No quería...

—No pasa nada. No lo sabías.

—Bueno... Hemos llegado.

Cris sonrió.

—Gracias por traerme, Lucas—besó mi mejilla—. Espero que volvamos a vernos pronto.

Fix me {Lucas Hernández}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora