Capítulo 15

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Tras el entrenamiento de aquel día pasé a recoger a Cris a la universidad para ir a su piso y recoger las últimas cajas que quedaban en él.
Para celebrar que nos íbamos a vivir juntos habíamos invitado a cenar a Anto, Saúl, Oblak, Théo, Kroos y sus respectivas parejas.

—Se acabó lo de ser soltero de oro, ¿eh?—Théo me dio un codazo divertido—Se te ve embobado.

—Enamorado es la palabra adecuada—sonreí

—Bueno, quiero mínimo cinco sobrinos.

—¿Acaso nos ves cara de conejos?—levanté una ceja—Danos tú cinco sobrinos a nosotros, no te jode.

—Paula ha dicho que en el tercero se planta.

Ambos soltamos una carcajada que llamó la atención de Mía, la cual jugaba en el suelo con un juguete.
Miró hacia nosotros frunciendo el ceño.

—Ese gesto es muy de Noa—rió Théo

—Bueno, teniendo en cuenta que es clavada a Anto cuando era bebé, algo mío tenía que tener—Noa rió entrando en el salón y agachándose junto a su hija—. ¿Quieres una galleta, princesita?

Mía extendió la mano para coger la galleta que Noa tenía en la suya.

—Si también es golosa como el padre—reí

Noa sonrió de lado y se quedó allí sentada mientras observaba como su hija mordía la galleta.

—¿Sigue en pie eso que me dijiste por teléfono o ya te has arrepentido?—preguntó mirándome—Porque estamos ultimando detalles y tenemos que hablar con...

Le hice un gesto para que se callase y asentí. Théo frunció el ceño.

—¿Qué estás planeando Lucas?

—No te emociones y grites que te veo venir—lo avisé—. En la boda de los dos pesados estos le voy a pedir a Cris que se case conmigo.

Théo enmudeció, abrió la boca pero la volvió a cerrar.

—Enhorabuena—dijo en un susurro—. Por fin has encontrado a la chica adecuada.

Sonreí y me dio un abrazo.

—Amá—Mía balbuceó y se puso de pie para caminar fuera del salón

Noa se echó hacia atrás.

—¡Anto! ¡Mía va!

—¡Ya la tengo!

Noa me miró.

—¿Ya has elegido anillo?

—Sí. Lo tengo a buen recaudo.

—No se lo habrás dado a Anto para que te lo guarde, ¿no? Porque te recuerdo que perdió el mío y me pidió matrimonio con uno de plástico hasta que lo encontró dentro de unos calcetines.

Solté una carcajada.

—Tranquila, tranquila. Lo tengo guardado yo.

—No sé qué será peor—rió

Luna entró en el salón para avisarnos de que la cena estaba lista. Su vientre ya estaba bastante crecido y ya sabían que era un niño lo que esperaban.

Nos sentamos a cenar en el jardín para ponernos al día. La noticia bomba fue el embarazo de Ángela. Llevaban seis meses buscando un niño y lo habían conseguido, Ángela estaba ya de ocho semanas.

Tras la cena, las chicas se quedaron charlando junto a la piscina mientras nosotros recogíamos las cosas y poníamos el lavavajillas. Cuando salimos al jardín estaban sentadas con espacio entre ellas para que nos sentásemos también nosotros.
Me senté junto a Cris y ella se acurrucó a mi lado para que yo le diese calor.

—¿Viste a Mía?—preguntó sonriente

Busqué a la pequeña con la mirada. Estaba sentada entre las piernas cruzadas de Noa pero con el cuerpo inclinado hacia la pierna de esta, dormía plácidamente. Antoine se quitó la chaqueta y la puso por encima de su hija.

—Podéis tumbarla en mi habitación si queréis—ofrecí

—Una vez que se tumba en la cama no hay manera de levantarla—declinó Antoine

Mía se movió y se tumbó abrazando la mano de Anto.

Miré a los demás. Saúl tenía sus manos sobre el abultado vientre de Luna mientras le susurraba a ella algo al oído; Oblak acariciaba el pelo de Elena, la cual se había tumbado con la cabeza en las piernas de él; Toni y Ángela se estaban sonriendo cuales adolescentes hormonados y mi hermano y Paula se estaban comiendo a besos.

Miré a Cris y me di cuenta de que había cerrado los ojos y estaba apoyada en mi hombro.
Estuvimos un rato en silencio, disfrutando de la compañía los unos de los otros hasta que Antoine miró el reloj y soltó un pequeño bufido.

—Tenemos que irnos, mañana vamos a coger un avión temprano para ir a Maçon.

—Nosotros también nos vamos ya—Lu se levantó con ayuda de Saúl

—Pues nos vamos todos—mi hermano también se puso en pie

Antoine cogió a Mía del suelo y la colocó entre sus brazos bien protegida con la chaqueta. Noa vino hacia nosotros y le dio un abrazo a Cris.

—Creí que tu amigo era yo—hice un puchero y Noa me dio un abrazo

—Y lo eres, pero Cris es Cris.

—Eso me ha dolido—reí y besé su cabeza

Anto se acercó a darle dos besos a Cris y luego con cuidado me dio un abrazo.   Besé la cabecita de Mía y me despedí de los demás.

—Qué vacía queda la casa ahora—rió Cris

—Ni te vas a dar cuenta de que está vacía... Y lo vas a agradecer—sonreí pícaro

Ella me devolvió la sonrisa, íbamos a besarnos cuando sonó el timbre.

—Te apuesto un beso a que es Griezmann que se ha olvidado algo.

Cris abrió la puerta y yo me acerqué a ver quién era. Mi chica me llamó con terror en la voz y fui corriendo.
Ante nosotros estaba su ex.

—Cristina, sal de ahí—pedí mientras cerraba los puños con rabia

Cris retrocedió, pero el chico la agarró de la muñeca.

—Te vienes conmigo, nena.

—Suéltala.

—Y si no, ¿qué?

Pasé la lengua por mis labios.

—Suéltala.

La agarró con más fuerza. Mi puño impactó en su barbilla, haciendo que se tambalease hacia atrás y soltase a Cris.

—Creo que te dejé claro que no quería volver a verte cerca de ella.

—Tú no eres nadie. Eres un mísero maltratador.

Apreté los dientes y eché el puño hacia atrás para volver a golpearlo. Cris me tocó el hombro, como la primera vez que me frenó de matarlo a ostias.

—Vamos dentro, Lucas. Ya has hecho suficiente.

—Pero...

—No queremos escándalos, ¿vale?—me hace mirarla a los ojos y se pone seria—Aunque he de reconocer que enfadado me pones bastante...

No hicieron falta más palabras. La besé con fiereza y nos adentramos en la casa dejando las prendas de ropa de camino a la habitación. Fue una noche de pasión y lujuria, de no dormir, pero sobre todo de demostrarnos el amor que sentíamos el uno por el otro.

Con ella, todo era infinitamente más fácil.


Fix me {Lucas Hernández}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora