Capítulo 14: Encuentro en la ciudad fronteriza.

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Tras unos días de camino el carruaje llegó a la ciudad fronteriza Diamaria, la última antes de entrar a la república de Ariba.

Sin embargo se encontraban con el mismo problema que habían tenido ya otras veces. Antes de siquiera poder poner un pie dentro tenían que lidiar con los guardianes de las puertas, a quienes no les gustaba el disfraz de Kein, como era obvio lo encontraban sospechoso.

—¡Quítate la máscara! —ordeno uno de ellos al chico, mientras le apuntaba con su lanza.

—No hay necesidad —respondió Marie, con calma.

La chica se interpuso y aparto un poco el arma con delicadeza. Después sacó de su bolsillo los papeles que le dio el conde y se los enseño al caballero, haciendo que este tragara saliva al verlos, nervioso—. El es uno de mis guardianes, puede pasar así.

—S-si señora.

El hombre se aparto ya sin oponerse. Era increíble el poder que conferían unas cuantas palabras.

El grupo entro en la ciudad, llena de comerciantes que esperaban a que fuera el día siguiente para poder pasar al otro país, pues la frontera solo se habría hasta medio día y en ese momento ya muy tarde, faltaba poco para que anocheciera.

Las calles estaban repletas de tiendas, locales de herrería y burdeles, lo que hacia que se llenara de olores diversos, algunos no tan agradables.

—No me imaginó que puedas hacer si viajas sin mi —dijo Marie a Kein lo suficientemente alto para que todos escucharan.

—Igual será difícil cuando salgamos del país, así que mejor no presumas —respondió el chico, sonriendo bajo la máscara.

—Silencio los dos —ordeno Leyi—. Kein, mantente atento, Nierya, Ci, es su parada.

Zalia paró el carruaje en una zona limpia a pocos metros de la puerta para que Nierya subiera al caballo de Ci. Según el plan ellas dos debían ir a buscar provisiones, ya que solo pasarían una noche en esa ciudad, al día siguiente partirían hacia el paso que dividía a un país del otro.

—Bien, nosotros conseguiremos un lugar para pasar la noche... —comenzó Leyi después de que Nierya fuera sujetada por Ci, pero fue interrumpido por Marie.

—Ve tú, yo iré a... —La chica comenzó a mirar a su alrededor, aparentando que buscaba algo, hasta que su vista se detuvo en una pequeña cafetería no muy lejos de ellos—. Ahí, Kein, acompáñame como mi guardián.

—Eso es muy peligroso, si algo te llega a pasar... —replicó Leyi, pero de nuevo fue interrumpido por Marie.

—¿Quien se atrevería a atacante mientras ando con alguien con esas pintas —dijo ella, señalando con la cabeza a Kein.

—Eso no te lo puedo negar. Esta bien, pero esperen ahí, ¿entendido?

—Si claro —respondió Marie con una sonrisa—. Vamos, Kein.

—¡Espera! —grito Nierya—. ¡Yo también voy!

—¡Ni hablar! —Ci tomo a la chica de su capa antes de que pudiera bajar del caballo—. Tú vienes conmigo, pequeña.

Nierya hizo un puchero, pero no discutió, solo vio con tristeza como los otros dos se alejaban.

Los chicos esperaron en silencio a que Marie y Kein entraran en el café para poder hablar, menos Nierya, quien no sabia que estaba pasando.

—¿Y que fue? —preguntó Ci con una sonrisa—. ¿Una cita? No... No los hubieras dejado ir solos. Así que, ¿que pasa?

—No lo sé, el chico estaba inquieto. ¿Acaso nadie más que nosotros dos lo notamos?

Theria Volumen 0. 0: El niño de cabello violeta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora