No Distance Left to Run

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-No te pedí que me ayudaras.

Carga un par de mis bolsas, el contenido no parece importarle, realmente parece que no le importa nada justo ahora.

-¿A dónde vas Jamie?

-¿Te importa a dónde vaya?

Guarda silencio, ¿Por qué toda mi vida circula en su silencio?

No estar tan lejos de casa me hace sentir mejor, así que con paso rápido pero algo tambaleante vuelvo al complejo con el detrás de mí.

No puedo permitir que su aura me llame de nuevo, no voy a dejar que me absorba por completo.

La lucha ya no es tanta, aun así mis manos duelen.

Mira el interior como si volviera a un lugar mágico, nada se ha movido, tal vez tiene un poco de polvo, pero todo sigue en su lugar.

Arrebato de sus manos en guantadas las bolsas y meto las botellas en el refrigerador haciéndome daño en las manos una y otra vez.

Sobre el piano hay una botella medio vacía.

-¿Quieres vino Damon?

Él no dice o hace nada, remueve los guantes de sus manos y los deja sobre el sofá.

El banco del piano hace más ruido de lo normal porque no puedo levantarlo, su figura me parece una simple sombra, solo eso es.

Su actitud juguetona, el brillo del sol en sus cabellos y el cielo entero en sus ojos, todo eso se ha ido y solo quedan nubes de lluvia, amarillo manchado de opacidad y el ánimo de un cadáver.

-¿Qué quieres aquí Damon?- la botella se incrusta en mi boca, el líquido helado me regala un adormecimiento tibio que, contrario a lo que cualquiera pensaría, me hace sentir bien.

-Ya sabes, has estado enfermo y venía a ver si vas a poder continuar con el proyecto.

-Sí, enfermo...

La botella vacía hace ruido al chocar con las dos anteriores que he tomado durante el día.

Las teclas de blanco puro llaman mis dedos, no puedo evitarlo, tengo que tocarlas.

Me importa poco que mis dedos estén llenos de tinta y grafito, esta vez, no podrás decir nada.

-Bach...- mi voz suena como un susurro que desea perderse en la nada, suspiro profundamente, mantengo el aire para mi unos segundos, el concierto triste ha comenzado de nueva cuenta, quien sabe en qué momento pueda dejar de tocarlo.- Quería mostrarte que tu estúpido talento me es indiferente, eres estúpido por creerte tanto por saber cantar bien Damon, eres un engreído, no entiendo cómo es que Suzi... ¿si se llama así verdad?... No sé cómo es que Suzi te tolera.-Pensar en todo lo que te podría hacer justo ahora me hace sentir aún más demente, quisiera estrellar tu cabeza en estas teclas, morder tu corazón y que lo sientas, que sientas lo que yo siento, matar cada razón para vivir que puedas tener.- Tráeme otra botella, sirve de algo Damon, ya hice todos tus jodidos dibujos, ya anime los malditos cortos, ya ideé los putos videos, trae otra botella, eso es lo que quiero como pago por soportarte.

La silla hace sonidos graciosos que en otra época nos habrían matado de risa, me miras de nuevo, y no sé si dejar esto y llorar o mantenerme aquí y soportar un poco más de esto.

-Se llama Suzi, estás por milésima vez en lo correcto Jamie, se llama Suzi y será la madre mi hijo- tu voz va atenuándose mientras caminas, no pensé que mi corazón pudiera romperse un poco más, no pensé que no me quedara más que esta fina capa de lo que sea que sigue protegiéndome un poco.

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