I'm Sorry About Yesterday

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Un invierno más, esta vez es el invierno de Japón; no me gustaría pensar en la cara de Rae cuando sepa que tengo un novio, seguro sería igual a la de Damon cuando supo, seguro sería como esa cara que pone cada vez que ve a Makoto a mi lado... Makoto... es una de esas personas que parecen distantes y lejanas la primera vez que los ves, como si pertenecieran a otro mundo y sonrieran cada eclipse solar total.

No hace falta saber dónde lo conocí o en qué circunstancias, Makoto es muy serio para la apariencia que tiene.

Últimamente por consejo de mi loca psiquiatra he estado practicando esta cosa llamada "flujo de consciencia", había leído sobre eso pero jamás me había puesto a pensar en ello, ahora en vez de solo pensar también escribo y se lo digo a él en pequeños susurros; él me escucha calmado y a veces cuando tengo que llorar me presta su fortaleza y me deja descansar, el sabe el pasado y sabe sobre todo lo que ocurrió hace ya tanto tiempo con Damon, no le importa en absoluto tener que espinarse de vez en cuando tratando de cultivar mis rosas, parece que florezco en el invierno.

En su pequeño departamento donde solo cabemos ambos me espera cada noche, tengo que seguir viendo a Damon, tengo que seguir dibujando y sobre todo, tengo que seguir sobreviviendo.

Entre sus brazos el flujo de consciencia es más fácil, enredar mis dedos en los largos mechones de su cabello me ayuda a dejar salir todo sin tanto dolor y lamentos, besa mis muñecas y me dice al oído lo mucho que le habría gustado llegar antes y yo... solo puedo asentir, deseando que esto sea para siempre.

Makoto, me dijo que su nombre significa "sinceridad" en cada una de sus palabras hay todo de eso, incluso cuando respira se que lo hace con ganas totales de seguir haciéndolo, ojalá, de verdad hubiera llegado antes.

Miramos la nieve caer desde la pequeña ventana, me abraza como si estuviera a punto de romperme y lo hago, en mil pedazos sin que se de cuenta, pero con la sensación de que lo sabe y duermo cobijado en el caramelo de sus pupilas.

Al sentir los rayos de sol golpear mi cara sé que tengo que dejarlo de nuevo e ir al rudimentario estudio que Damon instaló, no me despido porque sé que lo veré muy pronto, por que sé que justo ahora lo único que quiero es estar con él.

Ese lugar es como una cueva de cosas podridas, huele a Camden o a los bares más hediondos de Stoke on Trent; Damon está ahí con una guitarra desafinada y una botella de sake pisando nota por nota una melodía casi sacada de St Mary Matfelon en Whitechapel... está borracho otra vez, estamos solos otra vez y no quiero que esto esté ocurriendo.

-Apestas a ching chang Jay- lo odio.

-Bueno DeeDee, es mejor que apestar a putas, ¿tienes algo nuevo hoy?- tomo un cigarro de mi bolsillo y lo enciendo sentandome en ese pequeño escritorio que pude comprar en una tienda de segunda mano.

-Nah... nada nuevo, ¿cuando vas a cansarte de ese tipo? Me tiene hasta los huevos como lo miras; deberías aceptar que aún me amas de una vez Jay...

Normalmente cuando Damon está ebrio suele decir cosas terriblemente estúpidas, pero esta se gana el título de la cosa más estúpida que Damon Albarn ha dicho en mucho tiempo; las ganas de golpearlo se esfuman en cuanto pienso en la cara de Rae al decirme que no importaba mucho lo que le hiciera, también se van cuando analizo completamente mi corazón y sentimientos y no hay nada para él, solo es un feo recuerdo.

-Damon, por qué no te callas de una vez, ya te dije no se cuantas veces que Makoto no es un juego y que no voy a cansarme de él, ¿qué más necesitas para entenderlo?-remuevo mi cabello un poco, a veces me desespera más de lo que mi cuerpo puede soportar.

Cuando nieva, en Soho, en Nueva York o en Tokio, existe un silencio sepulcral que detesto, ese silencio me recuerda aquel invierno en el que casi muero por culpa de esta persona que ahora está aferrada a mí pidiendo disculpas por primera vez, esta persona que no se tentó el corazón y ahora suplica por perdón, este es el verdadero Damon Albarn.

-Lo siento... lo siento por lo de ayer...- susurra con la respiración entrecortada dejándome en el piso luego de colapsar sobre mi.

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