~Para un mayor disfrute de este capítulo, por favor, reproduzcan el vídeo, gracias~
-Estoy seguro de que no podré hacerlo, no quiero matarlo pero quiero.
Rae Flynn tomaba notas rápidamente, la libreta que tenía en la mano tenía una ilustración que Jamie le había hecho, entre una de sus muchas pasiones, Rae amaba los cómics de Jamie.
-Pienso que debes dejar de beber e inyectarte cosas en los brazos, seguiré diciéndote esto hasta que te hagas viejo o dejes de hacerlo... o mueras en el intento Jamie.
-¿Tienes escrito en esa libreta todo lo que te digo?
-Sí, casi todo, pero repites muchas cosas, así que no vale la pena escribir todo de nuevo.
Jamie se había acostumbrado a recibir respuestas vacías de parte de su psiquiatra.
-¿Qué tal que me encierras? Así no mato ni muere ni nada, incluso podría dejar de hacer todo lo que tú quieres que deje de hacer.
-No, así no vale, tienes que hacerlo tú solo.
-Rae...
La doctora se levantó y caminó hasta Jamie haciendo sonar sus botas de cuero.
Tomo un mechón de cabellos castaños y de un momento a otro le dio varias patadas en la espinilla.
-¡Esto definitivamente no me gusta Rae!
-¿Estas vivo verdad?
-¡Si, y lo odio!
-¡Cállate!
Rae siguió golpeando la espinilla de Jamie hasta que se tiró al suelo con los ojos apretados.
-Ya pasó una semana de que saliste del hospital Jamie, tus heridas siguen infectadas y sobre todo sigues pensando igual.
-No quiero ir a ningún lado Rae...
El cuerpo de Jamie se volteó hasta quedar boca arriba, miró al techo y al desordenado cabello de la doctora, había pasado una semana ya, Rae era el único contacto con la realidad que tenía y hablar con ella había estado ayudándolo a tolerarse.
-Jam, podrías estar encerrado, claro que si... pero, siento que puedo confiar en ti y darte tiempo para aprender a aceptarte de nueva cuenta... ¿Qué sientes Jamie?
El suspiro profundo llegó hasta los oídos de Rae, quien se sentó en el piso cruzando las piernas.
-Siento que estoy en una especie de pausa, después de verlo por última vez pensé que me sentiría mejor, pensé en, dejarlo solo con los cortos, los videos y todo esto, pensé en no reclamar nada, en dejarle todo a él, pensé que dejaría de nevar y podría estar tranquilo, irme del apartamento, buscarme una novia y tener otro par de niños, pero cuando salí del apartamento Rae... seguía nevando, seguía ansioso, seguía horrible, con marcas en todas partes, con el corazón roto, con su nombre en mis labios todavía.-cerró los ojos como siendo arrullado por su propia voz- siento que vivo dentro de un castillo de cartas; el aire se deshará de todo eventualmente y yo moriré dentro de ese todo, él no va a darse cuenta de nada, porque no estoy ni siquiera en segundo término, dejé de existir para el como hombre, no sé qué seré ahora... a veces tengo este sueño sobre el fin del mundo... el cielo se pone de un color que no podría describir y de la nada aparecen dos lunas pero les tengo tanto miedo que no puedo mirarlas, sé que están ahí y me reprimo a mí mismo porque tengo curiosidad de verlas, pero me aterran.
-Pensaré sobre ello Jam, la sesión se acabó por hoy... si vas a viajar pronto, necesitarás avisar en recepción y esto- de alguna de las bolsas en su bata, Rae sacó una tarjeta con su nombre y el número de su móvil- si tienes que llamar hazlo, no importa la hora o el lugar del mundo en el que estés, solo llama cuando lo necesites, contestaré siempre.
Al levantarse sacudió un poco su cabello y tomó impulso para salir corriendo del consultorio, Jamie sonreía por primera vez en muchos días.
El camino a casa había sido idéntico todos esos días, solo que no había vuelto a encontrar a Damon, no sabía si eso lo hacía sentir feliz o triste.
Los antibióticos y el vino no se llevaban bien, le quedaba claro todas las noches cuando el ardor en el estómago lo despertaba de sus sueños artificiales.
Recordaba que la doctora le había dicho que si iba a llevar a cabo su terrible venganza, tenía que estar de una pieza.
-Dejarás de beber Jam- se dijo a si mismo tratando de imitar el tono de voz de Rae.
Rio un poco y comenzó a afeitarse esa maraña que le funcionaba de barba.
Al lavarse la cara notó en sus rasgos un poco de sus hijos, la nariz de Rocky, los labios de Denholm, su mirada estaba en ambos.
Se había perdido de todos, Cass había estado llamando, su mamá le había mandado una postal navideña y el solo había hecho un guiñapo de sí mismo.
Pensó en ir un tiempo a Sussex, pero al ver sus muñecas decidió que no era lo adecuado, la zona seguía amoratada y purulenta, no quería hacer pasar a su madre por eso.
Aun no sabía nada de Jane y sus hijos, no sabía a donde ir.
La sonrisa boba que el mismo se había pintado en el rostro desapareció y sin pensarlo mucho se resguardo en un abrazo a sí mismo en el helado piso del baño.
El castillo hecho de cartas estaba colapsando, pero no sería la primera vez.
-No fue promesa, pero aquí está, es extraño por que tenía mucho que no estaba tan activa, y eso que he estado más ocupada que jamás en la vida.
Sería lindo que me dijeran que les parece el papel de Rae, a mi me parece muy linda, muy peculiar.
Espero también que no se acostumbren, si tienen tiempo leyéndome saben que estos periodos de actividad van y vienen, es algo que no puedo controlar.
Gracias por seguir leyendo.
¡Nos leemos en la próxima!
-G
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Follow You
Lãng mạn-¿En qué piensas luego de tanto tiempo al escuchar su nombre? -Traición. -¿En qué piensas cuando ves su imagen? -Traición. -¿Por que estás haciendo esto entonces? -Por que alguna vez le prometí que lo seguiría hasta el fin del mundo y siento que deb...