8 - A "spin the bottle" kiss

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Si estuviera algo menos ebrio, Kunikida no se habría prestado a participar en ese estúpido despropósito de juego. Pero, si estuviera algo menos ebrio, posiblemente también se habría perdido una de las noches más estimulantes de toda su vida.

Estaban de fiesta en la Agencia, eso ya de por sí dice muchas cosas. Y la encargada de distribuir el alcohol no era otra que Yosano. Ahora, juguemos a los detectives. ¿Quiénes habían acabado borrachos como auténticas cubas? ¡Exacto, Kunikida y Dazai! Ah, y la propia doctora, claro. Que no por ser buena -y asidua- bebedora una aguanta tres botellas de garrafón seguidas en forma de cubatas. El resto de trabajadores del lugar habían bebido algo menos y todavía conservaban sus cinco sentidos, o cuatro de estos como mínimo. Menos Atsushi. Atsushi estaba bastante más chispa, pero sin igualar el nivel de sus superiores.

Viendo doble, y por tanto pensando que tendría el doble de parejas que juntar, Akiko creyó que sería una idea maravillosa jugar a la botella. ¡Y el resto aceptaron! A veces Fukuzawa se preguntaba si realmente esos eran los detectives de renombre que habían salvado Yokohama de la destrucción unas cuantas veces, porque parecían una panda de adolescentes muy mamados. En fin.

La botella, a todo esto, debía de ser íntima amiga de la médico. ¿Por qué? Porque cuando Kunikida optó por hacerla girar en el suelo, frente a la salita de espera para los clientes de la Agencia, esta señaló a Dazai. Se hizo el silencio. El borracho idealista contempló el recipiente sin saber muy bien si maldecirlo o bendecirlo.

-¿Me vas a besar de una vez o vamos a estar como en un velatorio toda la noche? -Hipó Dazai. Tenía su propia botella medio llena en la mano. No sabemos muy bien de qué era.

-Es que en mi ideal no... no sé ni que chorradas tengo escritas, si te digo la verdad.

-¡Qué se besen! ¡Qué se besen! -Comenzó a corear Yosano.

-¡Qué se besen! -Secundaron los hermanos Tanizaki.

-¡Quiero dulces! -Chilló Ranpo. ¿Quién pensó que era buena idea darle una cerveza?

-Echo de menos a Akutagawa... -Lloriqueó Atsushi. Ese pico que tuvo que darse con Junichiro debió haberlo traumatizado.

Aquello era un caos. Y en medio del caos, la pareja más polémica y dinámica de la Agencia no dejaba de mirarse a los ojos.

-Esto va en contra de mi ideal, pero... ¿qué demonios? A la mierda todo.

Los gritos se volvieron una oleada de aplausos cuando el idealista se abalanzó sobre el suicida, besándolo y metiéndole la lengua prácticamente hasta la garganta. Dazai no dijo nada, no se quejó ni hizo comentarios de ningún tipo. No podría ni aunque hubiera querido, tenía la boca demasiado ocupada en otras labores. Pero su respuesta fue clara, visible para todos y existente. Él correspondió tan a gusto al beso mientras le pasaba los brazos por la nuca a Kunikida.

-Oye... que llevan así medio minuto.

-Déjalos, nii-sama. ¿Quieres hacer lo mismo?

-Akutagawa...

-Dazai, Kunikida, podéis parar de besaros ya, ¿sabéis?

Pero lo que hicieron, queridos amigos, fue dejarse caer dentro de la antes mentada sala de espera, siendo los primeros del grupo en abandonar la fiesta. La puerta se cerró en silencio tras ellos y nadie osó interrumpirlos. A la mañana siguiente amanecieron con poca ropa, una enorme resaca y Dazai no sabía qué había sido de su ropa interior.

Kiss me, Kunikida-kun [BSD yaoi] [Kunikidazai fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora