Un pie y luego otro. Despacio para no quemarse. Dazai se estremeció al sumergir en el agua caliente su sensible piel sin vendar. Ante la atenta mirada de su amante se sentó dentro de la bañera, dejando que el agua le cubriese hasta los hombros. Kunikida sonrió al verlo y al contemplar lo adorable que le resultaba. Normalmente él era más de duchas, los baños de espuma se le hacían una pérdida de tiempo. Pero un capricho era un capricho, y no podía resistirse a la mirada suplicante de su novio y compañero sin sucumbir como un bobo.
No intercambiaron palabras al principio. Osamu se dio la vuelta y dejó que el idealista enjabonase su espalda, tratando de borrar las cicatrices plateadas que la cubrían con una suave esponja y algo de gel de aroma a vainilla. Ronroneó ante el masaje, dejándose mimar. El precio para eso había sido despojarse de todas y cada una de sus vendas, pero le había salido barato en comparación con el producto adquirido. Eso sí, todavía sentía cierta vergüenza impropia de él por esos quince minutos que estuvo deshaciendo ataduras. En ese cuarto de hora, Doppo no despegó sus ojos dorados de su cuerpo, contemplando como dejaba a la vista una piel nívea llena de amargas historias.
El vapor ascendía lentamente, separándose del agua y actuando como un bálsamo para relajar a ambos detectives. Kunikida dejó la esponja a un lado y abrazó el delgado cuerpo del moreno con brazos y piernas, atrayéndolo hacia sí hasta que tuvo su espalda pegada al pecho. Dazai se acomodó entonces en ese torso fibroso, giró el cuello y alzó el rostro. Doppo devoró sus labios casi por instinto, como si lo hubieran pactado. Sus lenguas se entrelazaron mientras se comían la boca, intercalando en su danza dulces mordiscos y delicados lametones. La lengua del moreno se paseó por los dientes contrarios mientras la del rubio exploraba su paladar. El contacto y la sensación de humedad se propagó por sus cuerpos como un relámpago. Y las manos del segundo detective comenzaron a moverse al ritmo que su beso marcaba, ocasionando sus caricias una serie de gemidos amortiguados por la actividad que sus cavidades bucales llevaban a cabo.
Cuando se separaron, Osamu se dio la vuelta por completo y dejó que el idealista lo pegase a su torso. Sus brazos lo atraparon en una jaula de la que no quería la llave, apretándolo con cariño. Mirando desde arriba a su novio, Dazai se acomodó en sus caderas y volvió a descender hacia sus labios, probándolos de forma fugaz. Las manos de Kunikida no tardaron en posarse sobre sus glúteos hundidos bajo el agua caliente.
-Dime, Doppo -susurró en tono seductor-, ¿vamos a tener sexo en la bañera?
-Sólo si quieres. -Concedió el idealista-. Aunque la última vez te lo pasaste muy bien.
-No fui el único que lo disfrutó. Y viendo dónde tienes las manos, yo diría que quieres repetirlo.
-A ti no puedo engañarte, ¿eh?
-Ni a mí ni a nadie. -Restregándose tentador contra el tonificado cuerpo de Doppo, el suicida se permitió morder el lóbulo de su oreja para susurrarle al oído sus próximas palabras-. Eres como un ideal abierto.
-Pues vamos a practicar posturas que vienen en otro libro. En uno indio.
Osamu rio, traspapelándose el placer en sus carcajadas. Las bocas de ex mafioso y profesor de matemáticas se juntaron de nuevo, rebosantes de pasión. Y el agua se desbordó de la bañera a causa de sus movimientos.
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Kiss me, Kunikida-kun [BSD yaoi] [Kunikidazai fanfic]
FanficConjunto de drabbles inspirado en un reto que me encontré por Tumblr: el askfic kiss meme. Y que sí, que dice ask, pero no va a ser necesario que nadie pida nada, tranquilos. Ya me encargo yo de enseñaros todos esos besos que Kunikida y Dazai pueden...