De entre todas las posturas posibles para dormir, aquella noche se habían decantado por la clásica cucharita. Kunikida cubría con el suyo el delgado cuerpo de Dazai, abrazándolo y transmitiéndole calor como si de una estufa humana se tratase. Tenían las piernas entrelazadas en un cariñoso lío que al observador externo le impediría discernir a quién le pertenecía cada extremidad. Sólo los cubría una sábana y es probable que esta acabase en el suelo en algún momento de la noche. El suicida se agarraba a los brazos contrarios como si fueran un peluche y el rubio de vez en cuando sentía cosquillas en la nariz por los finos mechones de su pareja. Ninguno estaba dormido, pero al menos el más vago de los dos trataba de conciliar el sueño. El idealista no.
Si se lo contaran a sus compañeros de trabajo, posiblemente no terminasen de creérselo. En la intimidad más absoluta, Doppo dejaba a un lado la rigidez de sus ideales y se convertía en un ser travieso con gusto por las carantoñas y los actos picantes. Por eso al no poder dormir decidió emplear su tiempo en cosas mejores. Sus manos se pasearon por los costados del moreno y comenzó a besuquear las partes del cuerpo del suicida que alcanzaba. Véase: su espalda y su nuca.
-Doppo... -Murmuró con voz adormilada el ex mafioso.
-¿Qué pasa, mi amor?
-Para...
-¿Por? ¿No te gusta?
-Quiero dormir...
Su tono sonó amortiguado por la almohada. Cosa normal, por otra parte, pues tenía medio rostro enterrado en ella. Sin embargo, Kunikida no le hizo ni caso, metiendo las manos bajo su camiseta y tratando de quitársela.
-Sólo un poco, Osamu.
-Estoy cansado... no quiero sexo...
-Sin sexo. -Aseguró-. Sólo mimos, nada más. Mimos sin camiseta.
-Déjame dormir...
Y no contento con esa respuesta, teniendo las manos justo donde las tenía, Doppo se aprovechó de uno de los puntos débiles más secretos y vergonzosos de su novio. Sobre la piel sin vendas comenzó a tocar con los dedos, rascando y haciéndole retorcerse. Sin poder evitarlo, el suicida estalló en escandalosas carcajadas.
-¡Ay! ¡No, Doppo! ¡Cosquillas no, cosquillas no! ¡Me rindo!
-¿De verdad?
-¡Sí! Me rindo, me rindo.
Riendo por lo bajo, el rubio detuvo su ataque y levantó por completo la tela que cubría la espalda de Osamu. Al sentir los besos que recorrían su columna vertebral y lo hacían estremecerse, el estratega se resignó a deshacerse de la prenda. Kunikida se lo agradeció con un suave mordisquito en la zona del omóplato y una serie de trémulas caricias con las uñas en las lumbares.
-Si luego eres el que más lo disfruta. -Comentó al cabo de un rato.
-Sigue con los mimos... y cierra la boca.
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Kiss me, Kunikida-kun [BSD yaoi] [Kunikidazai fanfic]
FanfictionConjunto de drabbles inspirado en un reto que me encontré por Tumblr: el askfic kiss meme. Y que sí, que dice ask, pero no va a ser necesario que nadie pida nada, tranquilos. Ya me encargo yo de enseñaros todos esos besos que Kunikida y Dazai pueden...