17 - A kiss on the cheek

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La idea de instalar una cafetera en la oficina fue de Yosano. Durante una de las temporadas altas en materia criminal en Yokohama, los pobres detectives de la Agencia no daban abasto con tanto trabajo y parecían auténticos zombies. Y claro, con semejante revuelo no hay cristiano que encuentre un ratito para bajarse a la cafetería a tomar un merecido descanso y un capuchino. Durante un par de meses, ni el mismísimo Dazai pudo dedicarse a vaguear. Por eso la ocurrencia de la doctora fue tan brillante y tan bien recibida por todos sus compañeros. E incluso ahora, con la marea baja y el ambiente más calmado, la seguían usando para no interrumpir su jornada laboral más de lo necesario, que las demandas no se pagan solas. Si al final Dazai y Ranpo no iban a ser los únicos genios.

Con una taza de café en una mano y unos informes en la otra, el suicida caminó hacia su escritorio, al lado del de Kunikida. Sus ojos pasaban raudos por las líneas, leyendo el desenlace de uno de sus últimos casos. El reporte en cuestión les acababa de llegar desde las oficinas de la policía para informarles de la pena que le había caído al criminal. El tipo en sí era un proyecto de asesino que había tratado de cargarse a cierto político. A Osamu realmente no le interesaba mucho, pero Doppo siempre insistía en hacer los informes lo más completos que fuera posible. Y eso incluía tener que meter el desenlace, incluso si Fukuzawa ya se había hecho spoiler con las noticias.

-Parece que al adicto al cóctel Molotov le van a caer diez años de prisión. -Comentó, tomando un sorbo de su taza y dejando los papeles encima del teclado de su portátil.

-Pocos me parecen. -Masculló Kunikida mientras tecleaba-. Estaba como una regadera.

-Pero al final no mató a nadie.

-A ti casi te vuela la cabeza, Osamu.

-Exagerado. Sigo vivo, que es lo que cuenta.

-Vivo y molestando a todo el mundo en un radio de cien metros a la redonda.

-Amplía a un kilómetro. Ayer le añadí uno de sus vinos favoritos a la gasolina del coche de Chuuya.

-Eres diabólico.

-Sólo un poquito. -Riendo tanto por la cara de su novio, que era un cuadro, como por la explosión que sonaría en unos cinco minutos en la zona del paseo marítimo, el ex mafioso se inclinó hacia un lado en su asiento. Rápido, como si no quisiera que Kenji o los Tanizaki los vieran cuando en realidad le daba igual, depositó un beso en la mejilla contraria. El idealista frunció el ceño, regañándolo con la mirada. No es que les importase mucho, porque todo el mundo sabía ya de su relación, pero uno de los dos poseía tendencias más discretas que el otro-. Piensa que a ti no te he explotado el coche.

-Porque no tengo. Ahora cierra la boca y vuelve al trabajo.

Kiss me, Kunikida-kun [BSD yaoi] [Kunikidazai fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora