22. NYU

18.9K 1K 3
                                    

Sinceramente,

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sinceramente,

Walter Greenwall

Decano de la Universidad de Nueva York.

Mis ojos se abrieron a la vez que sonreí por la información de la carta.

-No puede ser. - Susurré, mirando a mi hermana.

-¡No puede ser, joder! - Grité, saltando.

Jamie miró la carta y casi se le salen los ojos de las órbitas. Saltó conmigo, abrazándome fuertemente.

Esto es algo grandioso, Abby! - Alabó y asentí frenéticamente.

-Y odio arruinar tu felicidad pero... ¿Que dirá Leo? - Me recordó y mi corazón se rompió en mi pecho.

-Espera- - Le interrumpí. -¿Qué- qué pasa con la escuela? Bueno, quiero decir, me he graduado del instituto pero estoy a punto de recibir mi carta de aceptación.

-¿Escuela? - Reflexionó y asentí levemente mi cabeza. - Bueno, quizás cuando pueda confiar en ti y me quiera, te dejaré ir.- 

Me explicó esto el primer día que me cogió. De todos modos, ha cambiado desde entonces... ¿verdad?

-N-no lo sé. - Susurré. Puso su pequeña mano en mi hombro, masajeándolo tranquilizadoramente.

-Lo siento, no debí sacar el tema. - Murmuró, mirando al suelo avergonzada.

Le dije en bajo que no se preocupase por eso, y metí la carta en le bolsillo trasero de mi pantalón.

-Bueno, ¿qué queréis hacer? - Kiera sonrió y suspiré de alivio. Una cosa que amaba de ella era que siempre me podía animar.

-Quiero cocinar. - Estaba en un estado de desesperación por tartas y no iba a comprar una de mierda en una tienda.

-Estoy segura de que Leo tiene alguna para hacer en algún lado. - Jamie rió, buscando en los estantes.

Vamos a hacer un poco de tarta! - Kiera gritó alegremente.

(***)

10 minutos después teníamos una tarta haciéndose en el horno con azúcar por encima.

Sólo ponlo por 10 minutos mas! - Dije estresada, cerrando la puerta del horno.

-¡Se va a quemar! - Jamie lloriqueó, abriendo el horno de nuevo.

-Entonces ponlo por 8 minutos. - Gruñó Kiera. Intentó apartar un poco de azúcar, pero solo hizo un desastre.

-Mira, en la caja pone que 35 minutos y lo hemos puesto por 25. - Señalé la caja y Jamie gruñó, poniendo el temporizador a 10 minutos.

Limpiamos el suelo tan bien como pudimos en 10 minutos, esperando pacientemente al horno para sonar. Finalmente sonó y lo enfrié rápidamente y corté tres trozos.

-Esto es el cielo. - Kiera gimió, tumbándose en el sofá de cuero. Encendí la televisión escuchando las voces al poco de encenderla, sin imagen aún en la pantalla.

-Bueno, Jamie, escupe los detalles sobre Brandon. - Moví mis cejas y Kiera rió como la chica de instituto que es.

-A, a, mi me gusta mucho. - Se ruborizó , Kiera y yo reímos.

-Gustar o amooooooooor. - Bromeé.

-Él dice que me quiere, pero yo no estoy segura de si le quiero todavía. - Admitió, jugando con su pelo.

-Te entiendo. - Asentí. -No te sientas presionada para amarle.

-¿Y qué tal con Leo?

-Él me quiere, demonios, y yo no estoy ni siquiera segura de que me gusta.

Suspiré.

-Está intentando cambiar y la pasada noche mostró su progreso.

-Awwww. - Jamie canturreó y rodé mis ojos en broma.

-Me pregunto que estarán haciendo los chicos. - Me pregunté en alto. Jamie se encogió de hombros y Kiera se burló, murmurando un 'a quién le importa' en bajo.

-Asi que Leo y tu se gustan. - Reí y Kiera me miró molesta.

-Sí, es un encanto. - Respondió sarcásticamente.

-No es tan malo. - Susurré.

-No lo es. - Jamie me apoyó. Sonreí, todo el mundo se ha dado cuenta del cambio de Leo, y me encanta.

-Bueno, Brandon está muy bueno. - Kiera dijo de repente y todas estallamos en risas.

(...)

Eran sobre las 6 y los chicos no estaban en casa aún. Jamie y yo comenzamos a preocuparnos, mientras que Kiera estaba sentada comiendo palomitas, viendo Los Vengadores.

-¿Qué demonios estarán haciendo? - Jamie dijo estresada.

Mi corazón iba cada vez mas rápido y la cabeza me latía por el estrés.

Estaba preocupada, ¿que podría estar haciendo Leo? ¿Habría perdido su temperamento? ¿Se habría emborrachado?

Tragué saliva, intentando poner a un lado los pensamientos.

Por favor, solo ven a casa Leo.

Reclamada [EN EDICIÓN/TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora